
En el universo existe una gran cantidad de materia, desde lo que podemos apreciar en nuestro sistema solar, hasta lo que se encuentra más allá de nuestra galaxia, pero son unos pequeños objetos en particular los que llaman nuestra atención porque siempre han estado ahí e incluso porque los hemos creado: los satélites.
Estos cuerpos no se destacan por tener unas características muy sobresalientes, ya que normalmente acompañan a otros astros de mayor tamaño, pero el hecho de que puedan tener su propia clasificación los hace únicos en su tipo. El más famoso sin duda es el que tenemos en nuestro planeta, pero cómo existen más es necesario saber qué son exactamente.
Satélites.
Se trata de un objeto que órbita un planeta o una estrella, el cual puede ser una luna, una máquina u otro planeta trasladándose alrededor de algo más grande. El término se puede confundir con las máquinas que se lanzan cohetes al espacio, pero estos aparatos también entran en esta categoría y simplemente se les considera como artificiales. En cuanto a los naturales, se tiene todo aquello que se encuentra en el espacio y que se formó sin intervención de los humanos.
¿Por qué se crearon los satélites?
Fue en la década de 1950 cuando se inició la exploración espacial, un hito histórico que llevó a la creación de los satélites. Estos dispositivos se concibieron para ser lanzados al espacio con el objetivo de orbitar la Tierra y proporcionar información y servicios que serían difíciles o imposibles de obtener de otra manera.
También hay que tomar en cuenta el contexto de la época, donde la carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética iba dando sus primeros indicios.
Con el lanzamiento del primer satélite artificial, el Sputnik 1, por parte de la Unión Soviética en 1957, se demostró que era posible enviar objetos al espacio y hacer que orbitaran la Tierra. A partir de entonces, comenzó una carrera por parte de otros países para tener uno propio en órbita.
Después de esto, se han convertido en una herramienta vital en la vida moderna, ya que se utilizan para una gran variedad de aplicaciones, como la comunicación, la observación de la Tierra, la navegación y la investigación científica. A través de ellos, es posible enviar señales de televisión y de radio, proporcionar servicios de internet y teléfono celular, y monitorear el clima, el tráfico marítimo y terrestre, la agricultura, la pesca y las reservas naturales.
¿Para qué sirven?
Las máquinas que orbitan la tierra tienen tecnología avanzada que les permite tomar fotografías de la superficie para hacer mapas o apoyar aparatos que utilizan señales como la televisión, las llamadas telefónicas o en casos más modernos el GPS.
En años recientes la cantidad de éstos fuera de la atmósfera de nuestro planeta ha aumentado, generado preocupación por la basura espacial que se puede generar, pero es innegable la necesidad que se tiene de éstos porque facilitan las comunicaciones, las lecturas del clima y hasta investigaciones más allá del universo.
En el caso de los naturales, no se tiene uso en específico, ya que por diversas circunstancias terminaron en la órbita de una masa más grande. Aún así se pueden mencionar algunos efectos debido a su presencia tales como: el bloqueo de la luz solar y por lo tanto la formación de eclipses como los que se presentan con la luna o generar cierta influencia con su fuerza de gravedad como en el caso de las olas en los mares.
¿Cómo son capaces de orbitar?
Una vez que salen de la tierra reducen su velocidad hasta el punto en el que quedan en equilibrio y la misma gravedad evita que caigan a la superficie o se alejen en el espacio exterior. Es por esta razón que los satélites suelen ser los objetos de menor tamaño, ya que se sabe que la fuerza de la gravedad depende de la cantidad de masa, de modo que un planeta o una estrella más grande tendrá la materia suficiente para atraer diferentes astros a su órbita.
Dentro de un satélite.
Con lo mencionado anteriormente se podría considerar a la tierra e incluso a casi todo el sistema solar como un conjunto de satélites que se mueven alrededor del sol. Por supuesto, en este sentido influye la perspectiva desde la cual veamos la situación porque incluso el sol puede puede ser afectado por nuestra galaxia, por un agujero negro o incluso algo aun desconocido en el universo.
Al final, en estas maquinas podemos encontrar un reflejo de lo que somos como seres humanos: pequeñas piezas que se mueven en un gran universo, influidos por factores externos y desconocidos. Pero a pesar de nuestra pequeñez, podemos tener un gran impacto en nuestro entorno y en el universo que nos rodea.
Así como un satélite puede enviar señales que viajan a través del espacio, nosotros podemos enviar mensajes de amor, esperanza y acción para crear un mundo mejor.