En el mar es posible encontrar muchas cosas desconocidas que no se adecuarían a la vida en la superficie pero de igual forma es posible ver elementos que se pueden apreciar en cualquier lugar del mundo y en este caso en particular, algo que se ha formado en el fondo del mar son las conocidas dorsales oceánicas, las cuales pueden tener su equivalente en la tierra.
Nuestro planeta es el escenario de muchos fenómenos naturales a gran escala y con el paso de millones de años éstos le han dado la forma que tiene en la actualidad. Muchas de las características que vemos ahora tienen que ver con el movimiento de placas enormes, cuyos efectos se pueden ver en los paisajes alrededor y por supuesto, también en los océanos. Una vez visto esto se entenderá que incluso todo aquello bajo el agua tiene cierta similitud con una superficie.
Dorsales oceánicas.
En términos simples se trata de una cordillera formada por el movimiento de las placas tectónicas en el fondo del mar. Uno de los factores que influyen en la formación de éstas es el magma en el interior de la tierra, ya que al ser expulsado y formar un suelo nuevo, éste tiene las características de ser divergente por lo que se generan nuevos flujos y los océanos se empiezan a separar. Si se toma en cuenta la fuerza que tiene el choque de grandes masas de tierra y la expulsión de magma en la corteza terrestre, es normal pensar que se formen grandes sistemas montañosos.
El fenómeno responsable de su formación es el mismo que provoca que los continentes se hayan formado y que en la actualidad se sigan separando, de modo que se tiene el mismo efecto tanto en la tierra como en el agua y unas expectativas de que los territorios aumenten la distancia entre sí con el paso de los años.
Características.
Como se encuentran alrededor del globo y prácticamente están conectadas entre sí, tienen una extensión aproximada de 65,000 km. La mayor parte de ésta es submarina y la profundidad promedio que alcanzan es de 2.5 kilómetros. Además de montañas, también podría considerarse un sistema volcánico por todas las erupciones que ocurren ahí, con el detalle de que la mayoría de estos eventos pasan desapercibidos.
El ritmo de su desplazamiento puede variar, ya que pueden haber dorsales oceánicas que sólo se muevan 1 o 2 cm por año, pero también existen casos donde el movimiento llega hasta los 20 cm por año. Esto también nos ayuda a entender la topografía de estos sistemas, ya que entre más pequeño es el movimiento el terreno suele ser irregular y estrecho, mientras que al ser más grande se tienen elevaciones menos pronunciadas y un terreno más despejado.
Enigma constante.
Debido a la naturaleza del lugar su estudio es relativamente complicado porque a pesar de que se cuenta con cierto conocimiento, en realidad se sabe muy poco porque no es posible llegar con facilidad a estos lugares y el movimiento de las placas y la actividad volcánica los hace algo peligrosos.
A pesar de todo lo mencionado, este es un proceso bastante lento que lleva millones de años y como están involucrados el núcleo de la tierra y el movimiento de la corteza, no es algo que se pueda evitar, pero probablemente tampoco sea algo que represente un cambio notable en el futuro cercano. Aún así, nos ayuda a conocer más sobre la naturaleza de nuestro planeta y sobre el hecho de que debajo del agua aun existen muchas cosas por estudiar.