
Cuando tenemos una conversación con una persona, hay ocasiones en que las cosas que decimos asumen ciertos hechos como verdaderos, pero en la práctica habrá veces que esto será difícil de comprobar. Aun así, sigue siendo posible confirmar o hasta refutar ciertos hechos por medio de los argumentos inductivos.
La verdad es algo muy difícil de confirmar, ya que son muy pocos los individuos que pueden cerciorarse de un evento en particular cuando alguien más lo cuenta. Sin embargo, con la suficiente información y el uso adecuado de la lógica es posible llegar a un resultado basado en las probabilidades, pero muy efectivo.
Argumento inductivo.
En los argumentos que poseen una naturaleza inductiva, se tienen conclusiones que son un resultado probable de las premisas planteadas el principio. Esto quiere decir que lo que concluimos no es algo tan evidente, y para llegar a dicho planteamiento se tiene que hacer un análisis diferente, ya sea en base a analogías, inferencias u otras herramientas.
En base a esto podemos decir que una de sus principales características es la generación de nueva información a partir de las premisas con las que se comienza. Cómo funcionan de acuerdo a la posibilidad de algo y no en base a una verdad absoluta, se dice que son probables o poco probables y en este sentido, su validez no garantiza nada.
La esposa de López es trabajadora.
El hijo de López es trabajador.
El papá de López es trabajador.
Todos los López son trabajadores.
Si bien las premisas tienen un orden y una estructura muy clara, la conclusión no es algo que podamos saber sólo con la información que se nos brinda. El hecho de que ciertos miembros de la familia tengan una actitud especifica, no garantiza que otro pariente comparta la misma personalidad o valores.
En este punto también llegamos a otro concepto muy común en este tema, el cual es la generalización, ya que a pesar de que las premisas se caracterizan por ser de una naturaleza individual, el desenlace casi siempre suele generalizar el panorama.
Fuerte o débil.
La clasificación que reciben este tipo de argumentos, se basa en la probabilidad de que su conclusión pueda ser refutada inmediatamente o se mantenga firme con el paso del tiempo, lo cual es prácticamente lo opuesto a su contraparte deductiva. En este aspecto, se dice que es fuerte o débil dependiendo del resultado que suceda, pero también de la forma en como las premisas sustenten la resolución.
El alumno A aprobó la materia.
El alumno B aprobó la materia.
El alumno C también aprobó la materia.
Todos los alumnos pasaron la materia.
En este caso, aunque la tendencia inicial en cada enunciado nos muestra que los estudiantes les fue bien en su curso, la realidad es que el trabajo de sólo tres personas no es un buen indicador para evaluar el desempeño de todo un grupo.
Esto nos brinda una buena forma para poder identificar si se trata de un elemento inductivo o no, ya que siempre que involucre predicciones sobre el futuro, se encontrará en esta categoría por el simple hecho de que no sabemos si es algo que se cumplirá o no.
El dólar subió de precio hace tres años.
El dólar volvió a subir precio hace dos años.
El dólar aumentó su precio nuevamente hace un año.
El dólar seguirá incrementando su valor todos los años.
Si bien se tienen datos que sustentan la deducción a la que llegamos, son muchos los factores que influyen en esta situación en particular, por lo que simplemente se vuelve muy difícil concluir algo certero.
También cabe mencionar que existe una correlación directa entre la naturaleza de la conclusión y el tipo de argumento que se tenga en este caso, ya que cuando sea fuerte, será muy probable que todo sea verdadero, mientras que en el caso de uno débil, se llegará a un elemento falso, difícil de comprobar o muy fácil de refutar.