El sentimiento de que todos los acontecimientos resultan negativos, que no se tiene suerte o que incluso todos están en contra nuestra puede ser algo más grave que se tiene que atender. Si bien esto puede ser parte de unas emociones cuyas causas son difíciles de explicar, por medio de lo que conocemos como victimismo crónico, podemos entender más sobre este tema en particular.
Es común ver este tipo de actitud en personas que están desencantadas con el mundo y se sienten inseguras en nuestra sociedad. Parece que la mayoría de las veces, estos pensamientos deben de venir de una experiencia traumática que contamine el día a día. No obstante, no todas las situaciones van a requerir una experiencia fuerte, ya que pueden ser resultado de situaciones cotidianas que les causen insatisfacción e incluso que bajen su autoestima.
Victimismo crónico: ¿Qué es?
Es una forma de pensar que se caracteriza por una baja autoestima, donde el aferrarse a la victimización como estrategia para lidiar con los problemas es una herramienta típica para cualquier situación. Estas personas creen que ellos son las víctimas de todo, incluso de situaciones en las que no han incurrido directamente.
En este sentido, la victimización es la actitud de culpar a otra persona o grupo por el sufrimiento propio. Es una reacción emocional normal ante el dolor o la vulnerabilidad, pero si se usa como estrategia para enfrentar la vida, puede llevar a graves problemas personal y sociales.
¿Cómo se manifiesta?
Suele surgir en personas que están cansadas de sufrir y que buscan la justicia en todos los aspectos de su vida. Esta forma de pensar tiene tres características principales:
- La tendencia a culpar a las personas o circunstancias externas por todo lo malo que les pasa.
- La negativa a reconocer la propia responsabilidad ante la situación en la que se encuentran.
- La creencia en que solamente hay un camino para superar las dificultades y ser felices.
Para evitar esta situación, lo mejor sería intentar reducirlo y controlar sus consecuencias. Centrarse exclusivamente en los objetivos propios y no tratar de ser un mártir. El detalle aquí es que un individuo difícilmente se dará cuenta de sus propias circunstancias por su cuenta. Uno de los puntos más importantes para tratar esta situación es reconocer el problema, pero también es el paso más difícil, por lo que hay que hacer mucho énfasis en el apoyo necesario del entorno para solucionar este problema.
¿Qué personas utilizan el victimismo crónico?
Es una forma de pensar que afecta a personas que manifiestan una alta sensibilidad emocional hacia ellos mismos o hacia situaciones en las que se ven privados de su derecho. A menudo, estas personas pueden lidiar con este tipo de conducta agravando su entorno, lo cual les da mayor fuerza para mantener la vista puesta en ellos mismos y no en lo que tienen enfrente.
El objetivo del victimismo crónico es defenderse y creerse víctima, generando un enfoque auto-defensivo y reactivo. La existencia de este tipo de comportamiento puede provenir de diferentes factores, como el estrés o la frustración.
Los factores para desarrollar esta clase de actitudes son bastante complicados de entender, pero se puede resumir en simples palabras: la culpabilidad y el miedo. El primer motivo está relacionado con la supuesta falsa sensación de que las personas son constantemente atacadas en sus derechos e intereses y esto les lleva a una identificación con la victima, lo cual en sí mismo produce un sentimiento de culpa. El segundo motivo tiene que ver con la necesidad de derivar la responsabilidad por los problemas a terceros, es decir, al exterior. Esto trae como resultado un miedo incontrolable a las consecuencias, ya sea emocionales o físicas.
La importancia de lidiar con el Victimismo Crónico
Es un problema psicológico que afecta a personas de todas las edades, pero es particularmente común en aquellos que están en el periodo de la adolescencia o la adultez. Puede llevar a comportamientos proselitistas, autocompasión, depresión y agresividad.
Las personas en esta condición pueden tener muchos rasgos comunes, incluyendo sentimientos de culpa, depresión, ansiedad y problemas en el lenguaje. Hay que tomar en cuenta que son particularmente vulnerables a la exclusión y la frustración. Además de estar afectados mentalmente, este tipo de actitud también puede afectar la vida social, económica y relacional de las personas.
La gente con este comportamiento tiene dificultades para ver las cosas en perspectiva y generalmente se sienten débiles y solas. Por lo tanto, es importante lidiar con este problema antes de que se convierta en un grave obstáculo para el desarrollo personal.