¿Cómo evaluar el desempeño? Este es un problema que adquiere relevancia cuando los profesores se dan cuenta que sus estudiantes son diferentes y sus habilidades no pueden ser juzgadas por un solo criterio. Por esta razón, se examinan qué formas hay para calificar a un alumno, las formas existentes y las características que presentan cada una de ellas, las ventajas que representan para la educación, así como los inconvenientes que plantean.
Desempeño significa rendimiento o capacidad y en el ámbito educativo, prácticamente es la forma en que alguien se comporta en el salón o las actividades escolares. Este es un factor muy importante a calificar porque abre la puerta a todo un conjunto de información sobre las fortalezas de la gente o hasta las áreas de mejora que requieren más trabajo y tiempo.
Tipos de evaluación.
Existen diferentes formas de determinar el desempeño de una persona. A continuación, se presentan algunas formas comúnmente utilizadas en una unidad didáctica:
1. Pruebas escritas: son una forma estandarizada de ver el rendimiento de los estudiantes. Se pueden usar para medir el progreso durante el curso o para ver el rendimiento en un examen final.
2. Exámenes orales: pueden ser utilizadas tanto para la autoevaluación como para valorar al mismo instructor. Los jóvenes pueden presentar sus ideas y opiniones de manera oral, lo que les ayuda a demostrar sus conocimientos de la materia.
3. Tareas y proyectos: todas estas actividades están diseñadas para mostrar a los niños su proceso de pensamiento y demostrar los logros de sus habilidades personales. Los estudiantes deben ver por cuenta propia la situación en la que se encuentran una vez que han completado el proyecto o tarea asignada.
Herramientas para evaluar.
Es muy importante calificar el comportamiento, el esfuerzo y el trabajo de las personas durante el curso escolar para saber cuáles son las áreas que deben mejorar. Para ello, se pueden utilizar diferentes instrumentos como:
Tests: permiten conocer cuál es el nivel de conocimientos de los alumnos y cuáles son sus puntos fuertes y débiles. Es importante diseñarlos bien, teniendo en cuenta los objetivos que se han trabajado y procurando que no sean demasiado largos ni difíciles.
Observación: es una herramienta muy útil para conocer el progreso de los alumnos y su participación en clase. También nos permite detectar problemas o dificultades que puedan tener. En este caso, además del desempeño académico también se juzga el comportamiento de la gente, por lo que también se considerá la parte humana.
Portafolios: son una forma de recoger todos los trabajos realizados por los alumnos durante el año y así poder seguir su evolución. Además, sirven para valorar otros aspectos como la creatividad o la motivación.
Proyectos: son una muy buena opción cuando queremos que los jóvenes trabajen de forma más autónoma y muestren sus capacidades para resolver problemas.
Evaluación por competencias: consiste en valorar si los estudiantes han adquirido determinadas competencias como el trabajo en equipo o la comunicación.
Indicadores.
Determinar correctamente el desempeño de un estudiante puede ser complicado, pero hay algunas preguntas que pueden ayudarte a analizar si lo están haciendo bien o no. En este sentido, cada unidad didáctica suelen tener criterios a los que prestar más atención, para que al momento de terminar el ciclo se juzgue si se cumplió el objetivo o hay cosas que cambiar.
Lo bueno de estos métodos es que nos permiten saber si algo más está pasando con los niños, por lo que funcionan como indicadores que apoyan a los maestros para saber que algo anda mal.
Uno de los indicadores principales del desempeño de un estudiante es si entrega sus tareas a tiempo. Si los jóvenes están entregando constantemente sus tareas fuera de plazo, puede ser una señal de que no están siguiendo el ritmo del curso, tiene dificultades para gestionar su tiempo o simplemente no tiene interés por las actividades de la escuela.
Otro indicador importante es la participación en clase. Muchos profesores toman en cuenta la participación de los estudiantes cuando eligen las calificaciones o, incluso, puede ser un factor determinante en la asignación de créditos. En este aspecto, es posible que una persona con poca participación en clase no está escuchando al profesor ni se prepare para el examen.
Con este conocimiento es responsabilidad del docente realizar estrategias pedagógicas que permitan que cada persona aproveche al máximo las unidades didácticas para aprender de manera correcta y seguir avanzando en todos los ciclos escolares.
Propósito de una evaluación.
El objetivo principal de esta herramienta es identificar fortalezas y debilidades. Esto le permite a un educador brindar la asistencia necesaria para que las personas puedan mejorar en sus áreas más débiles. Sin embargo, cabe mencionar que esto también requiere disciplina y dedicación de todas las partes involucradas, es decir, tanto maestros como alumnos. Los docentes pueden ser unos expertos en identificar las áreas de conocimiento más débiles de un individuo, pero sin el interés ni la autocritica de los jóvenes no será posible alcanzar una solución.