
Son muchas las dificultades a las que se enfrentan los estudiantes a la hora de estudiar. Para algunos, puede ser difícil encontrar tiempo para estudiar con una agenda muy ocupada. Otros pueden tener dificultades para concentrarse y retener la información. Algunos simplemente no disfrutan del proceso de estudio y lo encuentran tedioso, por lo que empiezan a desarrollar malos hábitos que complican aun más el proceso.
Sea cual sea el motivo, los alumnos que no estudian con eficacia pueden sufrir importantes consecuencias. Las malas notas y las bajas calificaciones en los exámenes son sólo algunas de los posibles problemas. Para tener éxito en la escuela, es importante que los estudiantes encuentren formas de superar estos retos y hacer del estudio una prioridad, además de evitar malas practicas que se vuelvan costumbre.
Malos hábitos.
Éstos pueden incluir cualquier cosa, desde no prestar atención en clase, hasta no hacer los deberes, pasando por procrastinar el estudio para los exámenes. Todos estos hábitos pueden dificultar el aprendizaje y el recuerdo de la información, y pueden hacer que bajen las notas.
Una de las peores cosas que puedes hacer es tratar de atiborrar todo tu estudio en una noche antes de un examen. Esto suele provocar una mala retención de la información y un mayor nivel de estrés. Es mucho mejor repartir los temas en varios días o incluso semanas. Así tienes tiempo para comprender realmente el material y no es tan probable que olvides lo que has aprendido.
Otro mal hábito es saltarse las clases. No sólo te pierdes las clases importantes, sino que también pierdes la oportunidad de hacer preguntas y de que te aclaren los conceptos con los que tengas problemas. Si tienes problemas para mantenerte al día con el material, habla con tu profesor o con el asistente sobre las formas en que pueden ayudarte a tener éxito en su curso.
Por supuesto, nada de esto importará si no haces los deberes en primer lugar. Las tareas se asignan por una razón: ayudan a reforzar lo que se ha enseñado en clase y te dan práctica adicional con el material. Si no haces regularmente esto, es muy probable que tus notas se vean afectadas.
Ejemplos de malos hábitos de estudio.
No es raro que los estudiantes tengan problemas y dificultades a la hora de estudiar. Esto puede deberse a una serie de factores y tratar el mismo tipo de cuestiones generales también puede ser difícil, ya que puede ser complicado encontrar nuevas soluciones a viejos problemas, pero conociendo bien los casos que pueden derivar en malos hábitos, es posible hacer un esfuerzo para evitarlos.
- Pasar la noche estudiando. Pasar la noche estudiando puede ser difícil si no sabes gestionar bien tu tiempo.
- Comer sólo con comida rápida. Esto no es una buena idea, ya que necesitas comida sana para alimentar tu cerebro.
- Subestimar las interrupciones. Juzgar mal las interrupciones puede llevar a perder la concentración y el tiempo.
- No organizar bien el tiempo. Es un problema común entre los estudiantes, porque dificulta la planeación y genera presión innecesaria cuando se hace mal.
- Escribir demasiados apuntes. Esto puede resultar abrumador y dificultar la búsqueda de información importante más adelante.
- Falta de planificación. Puede causar problemas cuando se trata de estudiar para un examen o escribir un trabajo en el último minuto.
- Ir directamente a la solución. Esto no es una buena idea, ya que necesitas entender el material para poder hacer bien los exámenes o trabajos.
- Hacer los mismos problemas. En materias de ciencias exactas donde se requiere practicar ecuaciones esto es problemático, porque no se desarrolla el conocimiento y solo se vuelve experto en una fracción del tema.
Los peligros de los malos hábitos de estudio.
Este tipo de practicas pueden tener varias consecuencias negativas. La primera y más importante es que pueden conducir a malas notas. Si no estudias con eficacia, no te irá bien en la escuela. Esto puede hacerte retroceder académicamente y dificultar que te pongas al día.
Además, también pueden provocar un aumento de los niveles de estrés. Cuando tienes dificultades en los estudios, es fácil sentirse abrumado y estresado. Esto puede afectar a tu salud mental y física. Además, los también pueden dañar tus relaciones con la familia y los amigos. Cuando te peleas constantemente con ellos por los deberes o descuidas tu vida social en favor de los estudios, esto se resiente en tus relaciones personales, tanto con la familia que espera que te vaya bien en la escuela, como con las personas cercanas que quieren verte bien.
¿Cómo evitar los malos hábitos de estudio?
Empieza por establecer un horario regular para estudiar. Asegúrate de reservar suficiente tiempo cada día o semana para cubrir toda la materia, e intenta mantener el mismo horario en la medida de lo posible. Una vez que hayas establecido una rutina regular, presta atención a cómo estás estudiando.
- ¿Intentas abarcar todo en una sola sesión?
- ¿Tomas descansos y repartes el trabajo en varios días?
- ¿En verdad estás aprendiendo?
Repasar la información justo antes de un examen puede ayudarte a aprobar ese examen concreto, pero no es una forma eficaz de aprender el material o retener la información a largo plazo. Si te cuesta concentrarte durante las sesiones de estudio más largas, intenta dividir tu trabajo en periodos de tiempo más cortos con descansos de cinco minutos entre ellos.
Asegúrate de tomarte un tiempo libre, ya que concentrarte demasiado en las tareas escolares puede llevar al agotamiento. También vale la pena mantener un registro de lo que te funciona y lo que no. Cada persona aprende de forma diferente, así que experimenta con distintas técnicas hasta que encuentres un sistema que te ayude a retener la información y a mantener la motivación durante el periodo escolar.
Empezar a crear un buen habito.
Los buenos hábitos de estudio son importantes para los estudiantes de todos los niveles porque ayudan a gestionar el tiempo, a concentrarse en los estudios y a obtener mejores notas. La gestión del tiempo es una habilidad clave para este fin porque tienes que hacer malabarismos con las clases, los deberes, las actividades extraescolares y la vida social. Si no gestionas bien tu tiempo, es fácil que te retrases en los pendientes.
La concentración también es importante porque es fácil distraerse con cosas como las redes sociales o el teléfono cuando intentas estudiar. Es fundamental encontrar un equilibrio entre el estudio y la relajación para no agotarse.
Al final, los estudiantes de éxito tiene ciertas cosas en común que garantizan un buen desempeño. Desarrollan sólidas habilidades de gestión del tiempo, aprenden a concentrarse intensamente a pesar de las distracciones y hasta establecen patrones sobre las estrategias que mejor les funcionan para su memoria y concentración.