Desde la antigüedad las civilizaciones han sabido elegir la ubicación de sus asentamientos, ya sea por las condiciones del clima, por el ecosistema del lugar o simplemente por la conveniencia que ofrece y en este sentido, tanto el río Tigris como el río Éufrates tienen ciertas características que los hacen sobresalir.
Cuando se tienen cuerpos de agua muy cercanos es más fácil poder establecerse, ya que se cuenta con una fuente permanente para cosechar y por lo tanto, un medio por el cual las sociedades pueden subsistir. No es casualidad que una de las primeras civilizaciones sedentarias estuvieran entre este sistema de ríos y aunque con el paso de los años muchas cosas han cambiado, mantiene su importancia en la actualidad.
Río Éufrates y Tigris
Están ubicados en el continente asiático, más específicamente donde ahora se encuentran los países de Turquía, Siria e Irak. La razón por la que se suelen mencionar ambos al mismo tiempo es porque aunque tienen orígenes diferentes, su proximidad permitió el surgimiento de lugares como Mesopotamia, cuyos habitantes crearon asentamientos aquí y cuyo nombre describía muy bien su estado, ya que significa «la tierra entre los ríos».
Tigris.
Mide unos 1850 kilómetros aproximadamente y nace en el lago hazar ubicado en Turquía, para después pasar por el punto donde se forma la frontera entre dicho país y Siria, continuando su trayecto por Irak, siendo Bagdad uno de los lugares más importantes que cruza hasta llegar al río Shatt al-Arab, uniéndose con el éufrates y desembocando en el golfo pérsico.
Su flujo es más susceptible a provocar inundaciones, ya que los terrenos por los que pasa incrementan demasiado la velocidad del agua, la cual se forma en gran parte por la nieve y las lluvias, además de que tiene varios afluentes con los que se encuentra y le dan más fuerza. Su nombre en el antiguo persa significa veloz o flecha, lo cual explica bien esta tendencia, además del porqué no hubo tantos asentamientos en sus orillas.
Éufrates.
Es el más largo en el suroeste de Asia, extendiéndose unos 2800 kilómetros aproximadamente, comienza desde el punto donde los ríos Karasu y Murat se vuelven uno, para pasar por los montes tauro en Turquía, hasta Siria y atravesando la mayor parte de Irak hasta llegar al río Shatt al-Arab, donde se une con el tigris y finalmente desemboca en el golfo pérsico.
Su agua proviene en su mayoría de nieve derretida y precipitaciones, y como se puede ver en los mapas, recorre una mayor distancia, además de que tiene pocos afluentes. Esto provoca que su flujo sea más calmado y no presente tantas inundaciones. Debido a esto son más las civilizaciones que se establecieron en las orillas del éufrates, ya que varias de sus ruinas aun son visibles en la actualidad.
Importancia de ambos.
Alimentación y transporte.
Desde el pasado funcionaron como un sistema de irrigación para el cultivo de alimentos y por el cual muchos grupos de personas cambiaron sus estilos de vida, pasando a ser sedentarios. Las tribus que llegaron por primera vez aquí venían de las zonas montañosas o de lugares donde faltaba el alimento y la tierra no era fértil, por esta razón se dio el movimiento hacia las proximidades del tigris y éufrates, ya que había suficiente agua, terrenos donde era posible cultivar y alimento.
Tomando en cuenta que en el pasado la gente también se movía para comerciar o viajar, se aprovechaba el flujo para trasladarse de un lugar a otro, de modo que también era una importante vía de transporte. Además, varias especies de peces los habitan, por lo que también ofrece otras formas de alimentación.
Avances tecnológicos y creación de ciudades.
Debido a la naturaleza propia de estos lugares, en ciertas temporadas se desbordaban, provocando inundaciones que tenían que ser controladas de alguna forma. Lo que hizo la gente en su momento fue poner unas cuantas barreras en las orillas para evitar que el agua llegara hasta ellos y a partir de esto se fue creando un sistema más complejo de irrigación, ya que se crearon canales, pequeñas presas y estanques para almacenar el agua en temporadas de escasez.
Estas innovaciones permitieron que se fundaran las primeras grandes ciudades y que a partir de ahí comenzara la historia de muchas civilizaciones. En la actualidad su uso en la agricultura se sigue manteniendo, pero también es utilizado en la generación de energía por medio de presas, las cuales también controlan su flujo, y como un suministro de agua para el consumo de la gente.