
Es una hortaliza perenne de la familia de las amarilis, conocida como ajo chalotero, chalote o cebolla-ajo, ya que se parece y huele mucho al ajo. Se puede comer crudo, marinado, frito y guisado de diversas maneras en la cocina. Como no sólo es delicioso, sino también beneficioso para la salud, merece la pena conocer más sobre esta verdura y las posibilidades que brinda a la cocina de las personas.
Prácticamente son un pequeño tipo de cebolla que tiene una textura sólida y un sabor delicado. Los chefs los utilizan a menudo en la cocina francesa por su capacidad para realzar el sabor y la complejidad de las comidas.
Un ingrediente variado.
Debido a su forma es fácil confundirla con las cebollas, pero éstas en cambio, necesitan más tiempo para madurar y tienen un sabor más amargo, además de que son más grandes. Puede mantenerse más tiempo conservado, por lo que hace que sea una opción popular para la preparación de alimentos que queramos guardar, además de que es más fácil de cultivar y cualquiera puede hacerlo incluso en su propio jardín.
Otro punto a tomar en cuenta es que el sabor y el aroma de una cebolla común son más pronunciados, ya que es bien sabido que incluso pueden hacer llorar a las personas al cortar o picar trozos de ésta.
A diario, muchas personas confunden en la cocina y utilizan las cebollas comunes como si fueran chalotes. Como estas dos verduras son tan diferentes, no es la mejor manera de hacerlo. El echalote tiene un sabor y un aroma menos amargo, su forma es diminuta, casi similar a los dientes de ajo en forma y tamaño, y si al final no se pueden ver la diferencia, basta con cortarlas para ver que no lastimaran los ojos al punto de hacernos llorar.
En este sentido, también se parece, huele y actúa como el ajo en muchos aspectos. Por esta razón también suele ser confundido con este ingrediente, por lo que para el paladar poco conocer puede ser complicado diferenciarlo.
Beneficios para la salud.
Se digieren mucho más rápido que las cebollas normales, tiene pocas calorías, lo que las convierte en una de las verduras más saludables del mercado. En general, de entre sus numerosos beneficios para la salud destacan su alta concentración de vitaminas y minerales: Vitamina A, vitamina B y hasta radicales libres.
Están llenas de proteínas y carbohidratos, lo que las convierte en un alimento completo y el fósforo, magnesio, calcio y el hierro son sólo algunos de los minerales que contiene. La adecuada formación de dientes y huesos, el correcto funcionamiento del sistema neurológico y el buen funcionamiento del corazón se ven favorecidos por estos componentes.
Consejos útiles para cocinar.
Conviene dejar que los echalotes se cocinen suavemente en un sartén caliente antes de utilizarlos en un plato. Esto les dará un sabor más suave y una textura más flexible. Para evitar que los demás ingredientes se vean afectados, hay que añadirlos sólo antes de servir. Otra alternativa que se tiene en la preparación es asarlos. De esta forma realzan su sabor y se vuelven crujientes.
Por último, también pueden añadirse a los alimentos durante todo el proceso de cocción. En este caso, resultarán muy aromáticas y sabrosas. Combinada con ajo, por ejemplo, pueden combinarse para hacer una deliciosa mayonesa para agregarla a pan o galletas.
Al final, sin importar si son crudas o cocinadas, tienen un sabor inconfundible. Sin embargo, es importante tener en cuenta que cuanto más se calienten, más valor nutricional pierden. Como su sabor no es tan fuerte como el de otras verduras, es ideal para utilizarla en ensaladas y sándwiches, y en general, en muchos platillos que podamos imaginar.
Si bien puede que no sea tan popular con algunos cocineros, es un ingrediente que nos permite innovar en nuestros platillos para crear algo diferente pero sabroso, agregando una verdura muy versátil para comer.