
Todos los seres humanos necesitamos un plan de vida para el futuro. Esto es algo tan simple como tener una meta en mente y luego trabajar hacia ese objetivo. Puede ser algo tan grande como realizar el trabajo ideal o algo más modesto, como ahorrar suficiente dinero para pagar las vacaciones anuales. En este sentido, necesitamos algo que nos motive a actuar y muchas veces esto se logra por medio de un proyecto de vida.
A lo largo de nuestra historia, nos toparemos con muchas oportunidades y desafíos, y tendremos que tomar algunas decisiones difíciles. Sin embargo, si nos tomamos el tiempo para planificar cuidadosamente el futuro, podremos disfrutar de los frutos de nuestro trabajo durante muchos años. La vida es imprevisible, por lo que nadie sabe lo que le deparará el futuro. Aun así, podemos estar preparados para lo que nos espera si planificamos de manera adecuada
¿Qué es un proyecto de vida?
Es un plan de acción que nos ayuda a alcanzar nuestros objetivos y metas a largo plazo, ya que es una herramienta que sirve para darnos dirección y propósito, y nos ayuda a tomar decisiones en función de nuestros deseos. Por esta razón, hacer uno nos ayuda a vivir de manera más consciente y significativa, ya que es una visión de cómo queremos vivir y qué queremos ser.
Su principal función es permitirnos establecer metas y asignar prioridades a lo que sea más importante para nosotros. Una vez que tengamos claro lo que queremos, debemos evaluar la consecución de dicho objetivo en el largo plazo. Por ejemplo, evaluaremos si requiere sacrificios especiales (como estudiar o trabajar hasta tarde), si proporcionará las recompensas necesarias (una vida plena y satisfactoria), y qué riesgos hay que tomarnos en cuenta.
¿Cómo elaborar un proyecto de vida?
Para elaborarlo, se debe considerar la situación actual, las aspiraciones y propósitos personales, y el impacto que tendrán en las personas. Después de todo será el mapa que haremos nosotros mismos para apoyar nuestras decisiones en temas de educación, carrera, familia y otras áreas personales igual de importantes.
Existen diferentes maneras de elaborar un proyecto de vida, ya que cada individuo es diferente y sus prioridades no son las mismas, pero todos deben responder a las mismas preguntas: ¿Qué quieres lograr? ¿Cuáles son tus propósitos? ¿Cómo vas a alcanzarlos?
En este sentido, la elaboración de este plan requiere introspección, reflexión y honestidad con uno mismo. Se debe ser realista acerca de lo que se puede lograr y estar dispuesto a trabajar duro y tener disciplina para ver resultados.
Algunos aspectos que debes considerar son:
- Los objetivos. ¿Qué quieres lograr a corto, mediano y largo plazo? Deben ser específicos, medibles y alcanzables.
- Valores y principios. ¿Qué cosas son importantes para ti? Esto incluye tus principios, creencias y preferencias.
- Tu situación actual. ¿Cuál es tu situación laboral, económica y personal? Debes ser honesto contigo mismo para determinar en qué punto de tu vida estás.
- Tus recursos. ¿Qué recursos tienes a tu disposición? Tales como dinero, tiempo, habilidades, etc.
La clave aquí es ver las cosas de la manera más realista posible, ya que es mejor empezar a trabajar desde una posición donde se ubique bien la realidad de cada persona.
¿Cuál es su importancia?
La importancia de esta visión radica en las ideas que generamos corto, mediano y largo plazo, las cuales nos ayudarán a ver que tanto hemos mejorado. Además, nos ayuda a visualizar el futuro que queremos construir y nos motiva a trabajar día a día para lograrlo. En este sentido, nos da una dirección en la que avanzar y nos motiva a seguir adelante.
Otros beneficios incluyen el desarrollo de habilidades interpersonales y el aprendizaje de cómo manejar el fracaso, ya que no siempre lograremos lo que planeamos al principio. Esto también plantea otra cuestión importante que hay que considerar.
¿Cómo cambia a lo largo del tiempo?
Es importante tener en cuenta que este proyecto no es estático, sino que va cambiando conforme nosotros vamos cambiando y evolucionando.
Por ejemplo, cuando éramos niños probablemente no pensábamos mucho en el futuro y solo queríamos disfrutar el presente. Pero a medida que fuimos creciendo, comenzaron a surgir nuevas inquietudes y objetivos a cumplir, de repente había ideas diferentes en nuestra mente y queríamos estudiar una carrera, viajar, independizarnos o hasta formar una familia.
La gente cambia con el tiempo, y sus aspiraciones tienden a evolucionar. Un proyecto de vida es una forma de documentar estos cambios y ayudar a planificar el futuro. Por esta razón, no hay una manera correcta o incorrecta de hacerlo, pero el proceso puede servir para visualizar dónde se quiere estar en un futuro cercano o lejano. También puede ser útil para evaluar los progresos realizados a lo largo del tiempo y determinar si se está encaminado hacia la meta deseada.