En los organismos existen una gran cantidad de elementos que cumplen ciertas funciones y crean un equilibrio en el cuerpo. Están desde los que forman parte de las células o las moléculas, hasta las que tienen un valor nutricional y entre todos estos destacan por su naturaleza los oligoelementos.
Se sabe que los seres humanos tienen una serie de elementos muy abundantes en su composición, ya que son los que permiten que se generé la vida debido a su estructura y al tipo de enlaces que forman. Entre éstos se encuentra el oxigeno, el carbono, el hidrógeno o el nitrógeno, con los que se tendría más del 90% de la composición total, pero los porcentajes restantes también son importantes, ya que aunque en menor cantidad hay elementos indispensables para la vida.
Oligoelementos.
Son los elementos presentes en los seres vivos, en cantidades muy pequeñas pero con tareas importantes que incluso determinan la supervivencia de los organismos. Son desde catalizadores en las enzimas, y hasta forman parte del metabolismo en reacciones de oxido-reducción. Tanto plantas, animales y humanos los requieren y aunque el número necesario varia, sus efectos cuando se tiene una deficiencia o un exceso son problemáticos.
Hierro.
Es un componente de la hemoglobina y ayuda en el transporte del oxigeno en la sangre y los músculos. Las consecuencias de su deficiencia son bien conocidas, ya que provoca anemia y los síntomas que la acompañan como debilidad o palidez. Su consumo es de varias formas, pero en las personas es por el pescado o diferentes tipos de carnes.
Calcio.
Uno de los más conocidos en la nutrición de la gente, ya que es una parte importante en el desarrollo adecuado de los huesos en los jóvenes. Por esta razón la deficiencia de éste causa problemas como la osteoporosis. Se adquiere por el consumo de productos lácteos, aunque también tiene otras fuentes.
Oligoelementos esenciales.
Gracias a los avances de la tecnología, se pueden conocer sus funciones y la importancia que tienen, ya que aunque no componen ni siquiera el 0.02% del peso total del cuerpo, la falta o el exceso de éstos genera ciertos efectos en la salud que en algunos casos requieren acciones inmediatas.
- Zinc. Presente en el metabolismo de proteínas y carbohidratos, cuando hay menos el crecimiento de las personas se ve afectado e incluso se puede caer en depresión.
- Cobre. Ayuda a la generación de glóbulos rojos y el metabolismo oseo, de modo que al hacer falta hay problemas en los huesos y su desarrollo, pero al haber de más hay vomito y nauseas.
- Yodo. Tiene funciones en el metabolismo del tejido y tanto su deficiencia como su exceso puede provocar hipotiroidismo.
- Cobalto. Parte de la vitamina b12, ayuda en la formación de glóbulos rojos aunque si hay más de lo debido es toxico.
- Manganeso. Tiene tareas tanto en la reproducción como en la inmunidad, al haber menos la coagulación es afectada y con exceso la fatiga es común.
- Cromo. Presente en el metabolismo del colesterol, su deficiencia provoca una tolerancia a la glucosa anormal y con exceso hay problemas en los riñones.
- Molibdeno. Activo con los aminoacidos, los casos de taquicardia e irritabilidad cuando hace falta son comunes.
- Selenio. Sirve como un antioxidante, al haber menos se presentan problemas en el corazón y con exceso se genera una selenosis, que provoca la caída del cabello o las uñas.
A pesar de tener una cantidad casi nula de estos minerales, están presentes en muchas tareas importantes en los organismos, de modo que esto permite entender la razón por la que una nutrición adecuada cuenta con todos estos elementos. Se suelen consumir en una dieta normal a una escala de microgramos, pero eso es suficiente para suplir a las moléculas que lo necesitan.