
Las personas somos seres sociales que trabajamos en conjunto y salimos adelante apoyándonos los unos a los otros, pero para que todo esto suceda adecuadamente las ideas deben transmitirse correctamente y es así cómo se introducen las funciones de la comunicación, las cuales cumplen ciertas metas y abarcan acciones de la vida diaria.
Cuando la gente platica entre si, no se dan cuenta de que están realizando una actividad muy importante para ellos a causa de lo natural que resulta hablar, porque de esta forma se pueden escuchar opiniones, consejos o simplemente se puede saber lo que piensan los demás. Es por esta razón que resulta importante conocer cuáles son los objetivos de esta acción para ser más eficientes al hablar y escuchar.
Funciones de la comunicación.
En una plática pueden salir a relucir muchas emociones que reflejan parte de nuestra personalidad o alguna meta que tenemos en particular. Hay gente que puede tratar de controlar por medio de las palabras a quién los escucha, pero también puede ser utilizado como un medio para motivar los compañeros o amigos.
Sus formas prácticamente son muy variadas porque aparte de ser un vínculo entre los sentimientos de un individuo y el mundo exterior, también pueden tener un propósito informativo, ya que nos puede permitir evaluar y tomar decisiones, y desde que los humanos han hablado esta ha sido una de las maneras predilectas para transmitir información. Dicho esto, es posible identificar ciertos puntos que hacen única a la comunicación.
Emotiva.
Recibe este nombre porque su objetivo es captar la atención del interlocutor por medio de un mensaje donde se refleja la opinión de quien emite un texto o las palabras. Por esta razón suele ser algo escrito o dicho en primera persona, de tal forma que la subjetividad es más evidente.
Como involucran las emociones también se le conoce como función expresiva, ya que prácticamente es una forma de mostrar los pensamientos, las preocupaciones o los sentimientos que tienen los emisores.
Referencial.
En este caso se tiene todo lo contrario del anterior, ya que es más común la utilización de la tercera persona y la falta entera del punto de vista del emisor. Por esta razón, en este caso se tiene una tarea más informativa utilizando términos más claros y concisos, dándosele más importancia al significado.
También es conocida como denotativa y debido a su naturaleza está limitada a ciertos temas más técnicos o informativos, tales como textos científicos, educacionales o hasta gubernamentales. Se caracteriza por utilizar un lenguaje objetivo donde todo es imparcial y no hay opiniones ni pensamientos propios.
Metalingüística.
Recibe este nombre por el metalenguaje, por lo que habla de lo que se refiere a sí mismo y se enfoca en el código. Se trata de una función más utilizada para explicaciones o descripciones de mensajes codificados. Si bien puede parecer algo complejo, se trata de situaciones cotidianas donde un cartel puede tener algún significado implícito o donde un texto como una poesía se puede interpretar de distintas formas.
Conativa.
Aquí se puede notar un estilo único donde se utilizan las palabras para lograr un objetivo claro, el cual es tomar una actitud desafiante o retadora con quienes nos escuchan. Debido a esto se toma una estructura en segunda persona y el uso de verbos en imperativo es más frecuente, porque tienen mayor impacto y cierto nivel de persuasión con la gente.
Debido a sus características también es conocida como función atractiva, porque lo que busca es convencer, de modo que el enfoque se da en el receptor o el destinatario de los mensajes.
Fática.
Esta sirve para establecer un canal de comunicación o incluso para interrumpirlo por completo. Dicho de otra forma, en vez de la conversación, la importancia recae en el remitente y el receptor. Esto se puede ver perfectamente en los saludos cotidianos porque son una forma adecuada de iniciar una charla con un simple «buenos días», o de terminarla con una despedida.
Poética.
Combinan varios puntos, porque su enfoque está dirigido tanto al código como al significado y por medio de diferentes elementos del lenguaje y la gramática, tales como las metáforas o las rimas, transmite un sentido único y diferente al de una conversación normal.
Como su nombre lo indica, es una característica muy encontrada en la literatura y por supuesto, en la poesía. Su meta está en la elaboración de lo que se quiere decir y por esta razón, se tiene mucho cuidado al seleccionar el vocabulario porque las cosas se pueden interpretar de varias maneras o incluso se puede buscar darle un valor estético a las palabras.