
Se pueden considerar como los procesos por los que pasan las personas durante las etapas de la adolescencia, donde uno se desarrolla físicamente, las relaciones sociales varían o buscan un deseo por encontrar su propia identidad. Según los expertos, se trata de un periodo que comienza a los 11 años y aunque puede concluir de diversas maneras, hay muchos cambios que tienen un impacto duradero en las siguientes etapas de la vida.
Suceden muchas cosas, tales como la pubertad, crecimiento físico y alteraciones emocionales. Como resultado, el cerebro de las personas que antes dependían de sus padres se altera aún más, y sus pensamientos, sentimientos y acciones también pasan por una transición, en lo que conocemos como cambios físicos, psicosociales y afectivos.
Sucesos entrelazados.
Esta época de la vida trae consigo muchos cambios corporales, muchos de los cuales son difíciles de comprender al principio.
Cuando un adolescente crece, su estado mental y emocional también cambia. Los problemas de apariencia y autoestima de los jóvenes pueden empeorar a medida que maduran. Como consecuencia de ello, puede aumentar la autoconciencia y la preocupación por lo que piensan las personas a su alrededor.
El estrés es especialmente común en los adolescentes debido al rápido crecimiento social y emocional que se produce durante esta época. La ansiedad, los dolores de cabeza y hasta consecuencias en la autoestima de los niños son efectos que se pueden presentar de un momento a otro.
A pesar de la regularidad del crecimiento físico, no todos los jóvenes experimentan el mismo conjunto de alteraciones. Algunos mantienen un peso estable durante toda la adolescencia, mientras que otros ganan o pierden una gran cantidad de peso a lo largo de este periodo. En estos años de formación, no hay una única manera de parecer o sentirse; cada uno es único y pasará por muchas fases hasta sentirse cómodo consigo mismo.
Efectos que se sienten.
El aspecto psicosocial también se ve afectado en esta etapa. Son capaces de ponerse en el lugar de otra persona y darse cuenta de que varios individuos pueden tener puntos de vista diferentes en un mismo escenario.
El crecimiento de las habilidades sociales y el deseo de conocer nuevos temas es el resultado de esta mayor capacidad intelectual, pero también conduce a una sed de conversación, que a menudo hace que los jóvenes vean como aburridos a las personas que los rodean y que por ende, formen una actitud rebelde.
En este aspecto, también es probable que se modifique por completo su círculo social y que esto suceda muchas veces. Después de todo, es un momento donde buscan un lugar donde sentirse cómodos y aceptados.
Normalmente, los miembros de la familia se alarman por la incoherencia que experimentan los adolescentes y no saben cómo afrontarla, pero como es algo por lo que también pasaron, pueden ofrecer apoyo y comprensión.
Una personalidad inconsistente.
El cerebro sigue evolucionando, lo que significa que los talentos cognitivos y el proceso de pensamiento avanzan a un ritmo acelerado. Esta etapa es un momento en el que es probable que experimenten una amplia gama de emociones, desde la euforia y la esperanza en el futuro hasta la ansiedad y el miedo por la incertidumbre de no saber el rumbo de la vida.
En este sentido, cuando se es joven las personas tratan de encontrarse a sí mismas, de modo que sepan cuál es su propia identidad y cómo encajan en la sociedad siendo ellos mismos. Esto se experimentará de diferentes formas:
- Teniendo nuevas amistades.
- Practicando nuevos pasatiempos.
- Utilizando diferentes modas.
Es así como todos estos cambios suceden en una etapa que los jóvenes deben aprovechar al máximo para conocerse a si mismos, ya que es un periodo de la vida tan exigente como agradable. A los que ya la han vivido, sólo les queda tener paciencia para ver en qué clase de adultos se convertirán estos jóvenes, fomentar el sentido de independencia de sus hijos, educarles sobre las repercusiones de sus actos y, sobre todo, dedicarse a desarrollar relaciones estrechas en la familia y la sociedad.