La filosofía existe desde los albores de la civilización, y es un campo que sigue evolucionando con el tiempo. Puede considerarse como una exploración de la naturaleza de la realidad, el conocimiento, los valores, la razón, la mente y el lenguaje. Ésta nos ayuda a pensar de forma crítica sobre nuestras vidas y sobre cómo interactuamos con los demás en la sociedad.
Involucrándonos en la indagación filosófica, podemos llegar a comprendernos a nosotros mismos y a nuestro entorno, lo que puede ayudarnos a tomar mejores decisiones para nosotros y para los que nos rodean. El pensamiento filosófico fomenta la apertura mental al cuestionar las creencias o suposiciones aceptadas sobre las cuestiones más importantes de la vida, y en muchos casos, esto se logra dándole sentido a nuestro alrededor o estableciendo entes.
Ente – algo que existe.
Una entidad formal en filosofía se refiere a cualquier concepto o idea que haya sido aceptada como verdadera por los filósofos a lo largo de la historia; estas entidades suelen denominarse «verdades» o «principios» o simplemente como algo que puede percibirse.
Se pueden mencionar desde las leyes de la lógica (como la no contradicción), las teorías éticas (como el utilitarismo) y los conceptos metafísicos (como el determinismo). En este aspecto, proporcionan un marco para comprender la realidad: nos permiten dar sentido a lo que observamos en el mundo que nos rodea proporcionando explicaciones lógicas de por qué se producen determinados fenómenos.
Además, el estudio de las verdades filosóficas nos permite conocernos mejor a nosotros mismos: nos permite reflexionar sobre nuestros pensamientos y acciones desde una perspectiva objetiva para que seamos más conscientes de nuestras motivaciones e intenciones. En última instancia, ver nuestra realidad por medio de los entes proporciona a las personas un mayor control sobre sus vidas, ya que tienen acceso a niveles de comprensión más profundos de los que dispondrían sin este tipo de concepto.
Un elemento de la ontología.
La ontología es una rama de la filosofía que se ocupa de la naturaleza y la estructura del ser, o de las entidades. Trata de responder a preguntas como «¿Cuáles son los elementos más básicos que componen la realidad?» y «¿Cómo interactúan estos elementos?».
Puede ayudarnos a comprender cómo percibimos nuestro mundo, explorando lo que existe en él y cómo se relacionan esas cosas entre sí. Si comprendemos esta relación entre objetos, acontecimientos, ideas, personas y demás, podremos comprender mejor nuestra propia vida. Por ejemplo, si intentaras decidir si algo es verdadero o falso, podrías utilizar el razonamiento para determinar su validez basándote en tus conocimientos sobre las propiedades del objeto.
Este tipo de pensamiento nos permite comprendernos mejor a nosotros mismos y a los que nos rodean; nos ayuda a formar relaciones significativas entre nosotros, al tiempo que nos brinda una oportunidad de crecimiento personal. Además, ayuda a tener claridad a la hora de tomar decisiones, ya que nos proporciona un marco a partir del cual podemos evaluar diferentes opciones de forma objetiva, sin que los prejuicios o las emociones nublen nuestro juicio.
Por tanto, en última instancia, al examinar las entidades dentro de sus respectivos contextos utilizando principios filosóficos como la ontología, podemos desarrollar una mayor conciencia de nosotros mismos, así como mejores habilidades para tomar decisiones, lo que en última instancia conducirá a resultados más saludables tanto personal como profesionalmente.
Habilidades para la vida.
Mediante estos procesos de cuestionamiento podemos tener nuevas ideas sobre la mejor manera de vivir nuestras vidas éticamente, al tiempo que tenemos en cuenta las perspectivas de otras personas. Además, la filosofía proporciona herramientas para comprender temas complejos como la política o la economía desde múltiples ángulos, de modo que uno pueda formarse sus propias opiniones con conocimiento de causa, en lugar de limitarse a aceptar lo que oye sin pensar más.
Al final, los entes son uno de tantos elementos que sirven de guía para darle sentido a las cosas, basadas en la reflexión y no en reacciones instintivas impulsadas únicamente por la emoción.