En una era donde los hábitos de consumo son cada vez más grandes y donde las personas tienen más variedad de donde elegir, se vuelve más necesario hacer una clasificación para todos los elementos que podemos elegir en nuestras compras y conocer los criterios para cada grupo nos puede ayudar a saber qué es lo que adquirimos exactamente.
Los productos que vemos en el mercado o los servicios que ofrecen diversos profesionales son parte de un sistema más grande donde interactúan tanto comerciantes como consumidores. Es gracias a estos factores que se pueden agrupar todas las cosas que compramos a diario y que nos permiten darnos cuenta que tienen muchas características más.
Productos.
Se trata de un objeto, un artículo un servicio que es vendido con tal de satisfacer o responder alguna necesidad en específico. En este sentido, pueden ser cosas tangibles o intangibles, desde algo que podamos comer, hasta una idea que alguien nos quiera compartir. Dependiendo de la industria, puede ser el resultado del trabajo y el esfuerzo, o de un proceso de refinación de materias primas.
Como no se tiene mercancía igual y cada una responde a necesidades diferentes es que se tiene que pensar en herramientas que consideren sus características únicas y hasta las marcas o proveedores que las distribuyen.
Clasificación.
De acuerdo a características como sus usos o hasta finalidad es que se pueden poner en un determinado grupo. También hay que tomar en cuenta que dichos criterios pueden variar en diferentes lugares, pero que al menos se sigue una base para construir dichas normas.
Consumo.
Como su nombre lo dice, son los elementos que adquirimos para consumir y tiene la característica de que se pueden comprar constantemente, sin pensarlo demasiado, ya que tienen costos generalmente accesibles y se pueden dividir aun más.
De conveniencia.
Son los que se consiguen como un hábito, debido a que no presentan mucha dificultad para ser adquiridos, es decir, están siempre disponibles o sus costos son bastante asequibles. En este sentido, pueden entrar una gran variedad de alimentos o artículos que se considerarían parte de la canasta básica de cualquier persona
Por Impulso.
Se trata de productos que los clientes en realidad no necesitan pero que son colocados estratégicamente para generar un interés y en caso de éxito, una eventual compra. Su nombre lo dice todo, pero en algunos casos pueden responder a alguna necesidad o simplemente tratarse de un lujo.
De compra o comparación.
En este caso se tiene más cuidado al adquirir estos objetos, ya que se analiza desde la calidad, el precio o hasta la reputación de la marca. Se pueden dividir en homogéneos y heterogéneos, donde en el primero se tienen objetos prácticamente iguales que no hay un factor determinante que influya en la decisión, mientras que en el segundo se distinguen más características y esto se vuelve más relevante al momento de elegir, independientemente del precio.
Emergencia.
Se trata de todo aquello que se compra debido a una emergencia en particular y a pesar de lo que se podría pensar, se pueden agrupar muchas cosas. Desde medicinas hasta impermeables para usar durante una lluvia repentina.
Durabilidad y tangibilidad.
En este caso se incluyen las cosas de acuerdo a su duración, y hasta la frecuencia con la que están en el mercado para ser comprados. También puede ir más allá e incluir todo aquello que no sea físico pero que aún así se pueda ofrecer y se pueden dividir de esta forma.
Duradero.
Como su nombre lo indica, se trata de los objetos que tienen un ciclo de vida más largo, por lo que requieren un análisis más cuidadoso al momento de comprarlos e incluso se realizan muchas estrategias para promocionar su venta y convencer a la gente de adquirirlos. Puede ser desde una lavadora, una consola de videojuegos o hasta ropa del uso diario.
No duradero.
Se trata de productos físicos que se acaban rápido, por lo que están disponibles en muchos lugares y su precio no suele ser muy elevado. Se puede tratar de bebidas embotelladas, aceite para cocinar o hasta un tinte de cabello.
Servicios.
Por otro lado, se tienen todo aquello que es considerado intangible, por lo que entran en esta categoría una gran cantidad de servicios, los cuales requieren desde más control, hasta más confianza por parte de los clientes. Se puede incluir desde el transporte o un servicio de limpieza.
Industriales.
Por otro lado, se incluye mercancía que surge a partir de materia prima y que pasan por un tratamiento que da como resultado un producto final que llega al mercado. Se podría considerar como cosas más sofisticadas, pero también puede haber partes compradas como un hábito.
- Materiales. Se trata de todo aquello que pasó por un proceso de manufactura y que previamente fue una materia prima, tales como la madera o los metales para hacer tablas o tornillos respectivamente.
- Suministros. Son piezas requeridas para un buen funcionamiento, se pueden adquirir sin problemas y forman parte de un área específica, tales como los lubricantes o hasta lápices.
- Bienes. En este caso se trata de elementos físicos que son necesarios para realizar otras tareas, ya que se puede tratar de maquinaria o hasta partes de computadora.
Otros criterios.
Como se mencionó, en diferentes lugares se pueden tener clasificaciones diferentes de acuerdo a los hábitos de consumo de la población o alguna norma en particular, y en el caso de los siguientes puntos se hace más énfasis en prácticas poco usuales, pero que siguen formando parte del mercado.
De especialidad.
Se trata de productos que son diferenciados por alguna característica en especial, ya sea la marca o alguna clase de reputación. Por esto se está dispuesto a hacer un mayor esfuerzo, ya que no se trata de algo que sea muy accesible, porque incluso puede ser difícil de encontrar. El caso más representativo se da con los carros de lujo, donde las comparaciones sobran y una vez que alguien se plantea el objetivo de conseguir uno de estos vehículos, invierte el tiempo y el dinero necesario para lograrlo.

No buscados.
En este caso, el cliente no tiene la más mínima idea de que clase de mercancía tiene enfrente, porque no es algo que quiera o nunca pensó que tendría que adquirir. En este sentido, incluso se puede tratar de una situación que lo obligue de mala gana a obtener esta clase de artículos, ya que están incluidos los seguros o incluso los servicios funerarios. Por esta razón, del lado del vendedor requieren un esfuerzo adicional para darse a conocer y hacer rentable su negocio.