La resiliencia es una cualidad del carácter o dureza mental que se caracteriza por la capacidad de afrontar eficazmente los acontecimientos desagradables. También puede referirse a la capacidad de los sistemas, las organizaciones o las comunidades para soportar la adversidad y seguir funcionando con recursos reducidos. En este aspecto, son más optimistas y asumen más riesgos que los demás, además de que también son más creativas, independientes y espontáneas.
Aunque no existe una definición única de la resiliencia, en general se considera un rasgo de la personalidad que permite a los individuos actuar. Se ha demostrado que es importante no sólo ante el peligro inmediato, sino también después de acontecimientos traumáticos, como una catástrofe natural o una enfermedad que pone en peligro la vida.
Características.
Hay muchas características que se han sugerido como indicativas de la resiliencia, incluyendo un fuerte sentido de autoconfianza y motivación, una perspectiva positiva, la afirmación del poder personal, la perseverancia a través de tiempos difíciles y un fuerte sentido de comunidad y red de apoyo.
En este sentido, hay ciertos puntos donde todas las personas con este tipo de personalidad se parecen:
- Tienen una perspectiva positiva. En lugar de pensar en lo negativo, se centran en las oportunidades de la vida. Creen que cualquier cosa puede superarse si te lo propones.
- Son capaces de aprender de sus errores. So son perfectas y lo saben, por esta razón cometen errores, pero aprenden de ellos rápidamente.
- No se rinden fácilmente. Incluso cuando algo parece imposible, no se rinden y tratan de buscar la mejor solución a sus problemas o incluso alternativas que ofrezcan resultados similares.
- Son capaces de comunicarse bien. Saben hablar sobre sus sentimientos e ideas de forma eficaz.
- Pasan a la acción en lugar de esperar a que las cosas sucedan. No se sientan a esperar a que las cosas ocurran, sino que actúan siempre que es posible, lo cual también refuerza su confianza porque saben que pueden lograr las cosas.
- Tienen un fuerte sentido de la comunidad. Valoran las relaciones con los demás. Construyen conexiones significativas con otras personas y se apoyan en ellas cuando se enfrentan a tiempos difíciles. En este aspecto, conocen sus limitaciones y saben cuando es el momento ideal para pedir ayuda.
- Son realistas. Relacionado con el punto anterior. Sabiendo cuales son sus capacidades pueden tomar decisiones más lógicas y razonadas. Aun así, no dejan que esto los detenga, ya que son conscientes de sus limites y saben desde donde hay que empezar a trabajar para superarlos.
- Abiertas al cambio y dispuestas a probar cosas nuevas. Cuando se enfrentan a un nuevo reto, no dudan en aceptar lo que se les presente. Esto hace que sean personas que se adaptan a diferentes situaciones sin muchas dificultades.
- Procesar información y tomar decisiones rápidamente. No se sienten abrumados por las situaciones de estrés. Pueden pensar con claridad e idear soluciones sobre la marcha.
¿Se aprende o se nace así?
Es una habilidad innata o conseguible que facilita sobrevivir a situaciones adversas, a través de una mayor flexibilidad mental y física. Esta aptitud puede ser aprendida en cualquier edad, pero se mostrará más fuerte en personas que heredan elogio de sus familias, estén lejos de la violencia y tienen una imagen positiva del proceso de aprendizaje. Por esta razón está asociada con una mayor autosuficiencia emocional, autoestima y autoconfianza.
Podría parecer que estas son las características de gente especial que tiene todo desde el principio, pero la realidad es que se trata de hábitos que cualquiera puede desarrollar con el tiempo y poniendo el esfuerzo suficiente. En este aspecto, hay que entender que no es algo que simplemente ocurre. Requiere esfuerzo, dedicación y a veces incluso un poco de suerte.