
Las necesidades energéticas de las personas han cambiado con el paso del tiempo y en esta era moderna la demanda crece cada vez más por el uso de nuevas tecnologías o situaciones como la sobrepoblación, y a pesar de los cambios que ha habido, la gasolina sigue siendo una de las opciones más importantes.
El origen de la utilización de combustibles se puede ver con el comienzo de la era industrial, porque todas estas máquinas requerían más poder y cuando se volvieron más sofisticadas o se crearon nuevos medios de transporte, la tendencia que siguió el mundo fue el procesamiento de los hidrocarburos. En este sentido, se tiene uno de sus derivados y para entender su relevancia en el mundo hay que comprender sus propiedades.
Gasolina.
Se trata de un combustible derivado del petróleo y que se usa en la combustión que se da en los motores de algunos vehículos. La que usan la mayoría de las personas consiste en una mezcla de cerca de 200 hidrocarburos. Las refinerías que hay alrededor del mundo son la clave para conseguir este producto.
Como se consigue a través del oro negro y se ocupa en la gran mayoría de los automóviles, su producción está muy relacionada con la riqueza de los lugares donde se encuentra. Si bien su propósito puede parecer muy específico, son sus usos donde radica su importancia, ya que sin ésta no hay traslado de mercancías, la gente no puede viajar muy lejos o la comunicación se vuelve más complicada.
Características.
Uno de los propósitos de este combustible es aprovechar la energía que libera por diferentes procesos, pero la forma en la que se producen éstos también determinará su calidad, por lo que hay diferentes propiedades a tomar en cuenta.
Octanos.
Esto hace referencia la calidad del octanaje, que es una forma de medir las cualidades antidetonantes de la gasolina, lo cual sucede cuando en los motores se presentan ruidos metálicos o golpeteos que lo pueden dañar a largo plazo. En este sentido se tiene una medida para ver la resistencia al martilleo, ya que cuando ésta es baja se generan unas reacciones donde se incendia prematuramente, lo cual culmina en una combustión incompleta, que en general es lo que denominamos detonación.
El grado de las gasolinas es determinado por los octanos y aunque el nombre puede variar en diferentes países, se va desde la regular hasta la premium. Sus moléculas normalmente contienen de 4 a 12 átomos de carbono e incluso su composición se puede cambiar de acuerdo a la temporada, ya que tanto en invierno como en verano hay pequeñas diferencias en el producto final.
Aunque en cada lugar varían las composiciones, se tiene una referencia donde el isoctano tiene un valor de 100, mientras que el heptano es cero. En este sentido, las reacciones prematuras que tienen como consecuencia la detonación se dan más en hidrocarburos lineales, disminuyendo en las estructuras ramificadas y siendo bastante bajos en los aromáticos. De acuerdo a esto, los alkanos se encuentran en mayores cantidades, mientras que los alquinos y alquenos en un porcentaje bastante bajo.
Volatilidad.
Prácticamente es la propiedad que mide la capacidad de evaporarse de una sustancia de acuerdo a su punto de ebullición, que en este caso es bastante bajo, porque va desde los 40°C hasta los 120°C. Es aquí donde se empiezan a ver parte de los efectos negativos que tiene este combustible, ya que se liberan al aire moléculas que contaminan crean otra clase de problemas. Aún así, esto está relacionado con la eficiencia, ya que lo que más se busca en la gasolina es que los motores enciendan fácilmente tomando en cuenta la temperatura del lugar.
Esto se puede ver de igual forma con su presión de vapor y nos ayuda entender las variaciones que existen entre las estaciones. En invierno se producirá con una presión de vapor más alta, para facilitar el encendido con temperaturas más bajas, mientras que en verano se tendrá la situación contraria porque se tienen los días más calientes del año. Esto debido a que cuando la presión de vapor es mayor, la volatilidad también y por lo tanto, el punto de ebullición es menor.
Aditivos.
De acuerdo a la situación se le suelen agregar a la gasolina otras sustancias para mejorar su rendimiento o evitar otros problemas y que van desde detergentes hasta pequeñas cantidades de metales.
Con el paso del tiempo, ésta puede oxidarse, formando un tipo de resina que conocemos como gomas, las cuales se adhieren a las cámaras de combustión u otras partes y contribuyen al daño de los motores. Para evitar esto, se agregan antioxidantes que previenen la formación de dichas gomas o retardan su formación, y de igual forma se agregan anticorrosivos que protegen los contenedores o los tanques donde se almacena el combustible.