En una reunión de trabajo se tiene la oportunidad de interactuar con los demás miembros de tu equipo y obtener ideas nuevas y creativas. Sin embargo, para que las actividades sean realmente efectivas, debes asegurarte de estar preparado. En este aspecto, hay herramientas hechas para estas situaciones, y una que destaca por sus beneficios es la lluvia de ideas.
Este concepto, también conocido como brainstorming, es una técnica utilizada para generar planes y soluciones creativas. Se realiza en grupo y consiste en permitir que fluyan libremente las opiniones de todos los participantes, sin censura ni crítica. El objetivo es generar el mayor número posible de propuestas, ya que algunas de ellas pueden resultar muy útiles. Aun así, también hay que considerar las contras de este método, y ver si es adecuado para cada quien.
Ventajas de la lluvia de ideas.
Todos pueden expresarse.
Cuando todos pueden decir libremente sus opiniones, se genera un ambiente donde muchas cosas pueden salir bien. En este sentido, nos ayuda a descubrir nuestros talentos, nuestras habilidades y nuestras aptitudes, también es un medio por el cual podemos encontrar soluciones que no sabíamos que existían y nos permite explorar grandes áreas de pensamiento.
Creatividad.
El brainstorming tiene una serie de beneficios, como la capacidad de generar nuevas ideas, mejorar la comunicación y crear consenso. Este proceso permite una mejor toma de decisiones, ya que se reúnen personas con diferentes perspectivas para considerar todas las soluciones posibles. También es una forma divertida de trabajar y puede dar lugar a ideas innovadoras que de otra forma no se nos habrían ocurrido de manera individual.
Encontrar soluciones y oportunidades.
El concepto tras esta actividad es que todos los presentes deben aportar sus ideas. Esto permite tener en cuenta una mayor variedad de propuestas, lo que suele ser la mejor manera de encontrar una solución y diversas oportunidades.
En este sentido, nos permite pensar de forma innovadora y resolver problemas que de otro modo no habrían sido posibles. Además, es un proceso constructivo, lo que significa que puede ayudarnos a establecer relaciones, resolver conflictos y aprender nueva información.
Muchas propuestas en poco tiempo.
La forma en que funciona esta actividad es que todos los participantes se turnan para compartir sus propuestas. Esto ayuda a que fluya la creatividad y a que se planteen nuevas soluciones a los problemas. Esto hace que en muy poco tiempo se tenga un repertorio muy grande de planes que dan suficiente trabajo para analizar y poner en marcha después.
Desventajas de la lluvia de ideas.
Caótica.
Tener tantos proyectos en animo puede hacer que nos perdamos el objetivo original de dicha actividad. Otro problema es que es difícil mantener la concentración durante mucho tiempo, lo cual se vuelve más complicado si todos hablan a la vez o no hay forma de ponerse de acuerdo. La lluvia de ideas puede conducir a la desorganización y, por ende, a la pérdida de información o ideas importantes.
Planes poco prácticos.
Pueden surgir opiniones donde lo propuesto no es sostenible por muy bueno que parezca. Podría estar justificado hacer un plan para alcanzar un determinado propósito, pero no tendría caso si no mejora el contenido o la calidad del trabajo. En este sentido, no hay una estrategia clara para completarlos y, por ende, la idea se queda en el papel. Además, muchas veces los líderes no saben vislumbrar más allá de sus propios triunfos y pierden el interés en los proyectos.
Al forzar el pensamiento a seguir algo que no es realista o fácil de llevar a cabo, las organizaciones pierden el tiempo y el dinero. Por eso, es importante pensar en cómo implementar los planes sencillamente y sin complicaciones para que sean fáciles de seguir.
Es posible que alguien acapare la actividad.
Algunas personas pueden participar más que otras, y esto no necesariamente podría resultar bien, ya que con una sola opinión es posible que cometan errores o consigan proyectos que no son viables. Si nos concentramos en nuestra actividad y dejamos que otras personas acaparen la atención, estaremos limitados en lo que podremos lograr.
Complicado evaluar muchas propuestas.
El problema de evaluar muchas ideas es que estamos siendo influenciados por el tamaño de la propuesta, el beneficio que ofrezca, el potencial de impacto en nuestra organización, y la capacidad de ponerse en práctica. Además, las ideas nuevas requieren una gran inversión en tiempo y recursos, lo cual nos lleva a otra razón para no tomar decisiones basadas en ellas.
Esto es una situación que puede resultar abrumadora y puede terminar dejando a los grupos sin un plan concreto de acción por no saber donde comenzar a actuar.
Al final, cualquier entorno requiere de ideas frescas que nos permitan trabajar y ser creativos. Si bien a veces la gente se cansa y su mente se nubla, con la ayuda de los demás y con los métodos correctos, es posible generar muchas propuestas. Solo hay que presentar una opinión de forma clara y concisa, pero también hay que ser flexible y abierto a la idea de que otras personas también hablen y muestren sus pensamientos.