
Desde la antigüedad se han buscado diferentes formas de entretenimiento y como resultado han surgido muchos juegos que presentan distintos desafíos para sus participantes, pero uno en particular nos muestra que la diversión, la estrategia y la lógica pueden ir de la mano para crear una gran experiencia: el ajedrez.
El concepto de una batalla no es extraño para nadie, pero que esto se lleve a cabo en un pequeño tablero cambia la perspectiva con la que vemos esto. Este juego tiene muchos años entre nosotros y ha demostrado mucha consistencia en sus reglas y en la preferencia del público, de modo que al empezar a practicarlo uno se puede preguntar qué beneficios puede tener, o por el contrario, si habría algún inconveniente a pesar de sólo verlo como diversión.
Ventajas de jugar ajedrez.
Se ejercita la mente.
El hecho de ser un juego donde cada movimiento puede ser la diferencia entre la victoria o la derrota hace que se piensen mejor las jugadas y se desarrolle un pensamiento analítico en profundidad. En este sentido, el cerebro así como los músculos requiere de ejercicio constante, y con esta actividad siempre se trabaja la mente.
Mejorar la memoria y el aprendizaje.
Cada jugada está conectada con la anterior e incluso con los movimientos que se pueden dar en el futuro, por lo que una buena memoria es indispensable para desempeñarse correctamente. Por esta razón, practicarlo constantemente puede incrementar la cantidad de información que retenemos o incluso puede ayudarnos a recordar sólo los puntos más importantes.
Además, en el caso de las derrotas siempre hay espacio para la retroalimentación, por lo que es una buena herramienta para aprender y aplicar este proceso en otras actividades. Al final, la corrección de errores es lo que nos permite ser mejores.
Fortalece la concentración.
Sin duda el ajedrez requiere de toda nuestra atención para realizar una buena partida, de modo que al jugarlo también mejora la concentración de cada persona. Esto puede tener beneficios en la vida en general, porque el ritmo acelerado de la sociedad o factores como el estrés a veces nos hacen perder la noción de las cosas, pero con la práctica de este juego uno se puede mantener enfocado en lo que es importante.
Fácil de aprender.
A pesar de parecer un elemento con una barrera de entrada muy alta, en realidad tiene reglas muy simples que sólo aumentan su complejidad de acuerdo a la habilidad de cada jugador. Esto quiere decir que cada persona puede actuar a su manera o a su nivel y aún así divertirse con una buena partida.
Practicar en cualquier lugar.
Con los cambios que se han presentado en la era moderna, es posible jugar ajedrez con personas al otro lado del mundo gracias a las nuevas tecnologías como el Internet. Si bien los sitios tradicionales como los parques siempre estarán disponibles, no se puede decir lo mismo de las personas. Sin embargo, en línea es posible encontrar rivales de distintos países y de acuerdo al nivel de cada quien.
Desventajas de jugar ajedrez.
Puede llevar mucho tiempo.
Cuando se trata de jugadores con experiencia, los movimientos son más pensados e incluso el análisis del estado del tablero puede ser más tardado. Esto hace que no sea una actividad ideal para un simple momento de ocio, ya que cualquier otro juego de mesa puede tener una conclusión más rápida y ser igual de entretenido.
No siempre hay ganador.
A diferencia de otros juegos más simples donde al menos una persona está garantizada a ganar, aquí incluso se puede forzar un resultado para que todo termine en un empate, y si bien esta situación reconoce la habilidad de ambos jugadores por igual, no necesariamente es algo que deje satisfechos a todos, más aún si esta es la conclusión de una larga partida.
Complejidad estratégica.
Aunque este es uno de los puntos que lo hace único, también es uno de los elementos que impide que la mayoría de las personas lo disfruten en su totalidad. La diferencia entre alguien que ha jugado toda su vida y quien apenas va comenzando será muy clara, además de que para ser bueno hay que invertir mucho tiempo practicando, analizando jugadas e incluso investigar el estilo de otras personas.