Hay muchas personas que prefieren el frío al calor. A algunos les parece que les hace sentirse más alerta y despiertos, mientras que otros simplemente disfrutan de la sensación de estar envueltos en capas de ropa. Sea cual sea el motivo, es evidente que hay ciertos beneficios y problemas asociados a estas condiciones que todos deben conocer.
Independientemente de las preferencias de cada persona, es inevitable llegar a ciertas épocas del año y los climas tan duros que vienen con el paso del tiempo. Por esta razón, vale la pena verle el lado positivo a la temporada, darse cuenta de que en algunos lugares será solo por unos meses, y que a pesar de los inconvenientes que presenta, hay muchas cosas que se pueden disfrutar.
Ventajas del clima frio.
Ayuda a dormir mejor.
El clima frío tiene muchos beneficios y uno de ellos es que puede ayudarte a dormir mejor. Cuando la temperatura baja, la temperatura de tu cuerpo también desciende y esto hace que te resulte más fácil conciliar el sueño. Además, el aire suele ser más seco en invierno, lo que también puede contribuir a un buen sueño nocturno.
En este aspecto, suele ser la época donde se lleva ropa más cálida por las noches, por lo que también se va más cómodo.
Es estupendo para la piel, el pelo y las uñas.
Por un lado, el aire frío puede ayudar a cerrar los poros y reducir la inflamación, haciendo que la piel tenga un aspecto más saludable en general. Además, el clima frío puede ayudar a mejorar la circulación y aumentar la producción de colágeno, dos cosas muy buenas para la piel.
También ayuda a mantener el pelo sano al reducir el encrespamiento y la electricidad estática. Por otro lado, las uñas tienden a ser más fuertes cuando hace frío debido a la falta de humedad en el aire. En este sentido, es común que las personas tengan un mejor aspecto en estas condiciones, siempre y cuando las temperaturas no baje a niveles extremos.
Ayuda a quemar más calorías.
Cuando el clima exterior es frío, el cuerpo tiene que trabajar más para mantener su temperatura central. Esto significa que se acaba quemando más calorías durante este tiempo incluso si sólo estamos sentados. Por supuesto, esto no significa que debas salir y pasar horas a temperaturas bajo cero. Pero pasar algún tiempo al aire libre en un clima más fresco puede ayudar a dar un pequeño impulso a tu metabolismo.
Desventajas del clima frio.
Incómodo e incluso doloroso estar al aire libre.
El frío puede ser muy peligroso e incluso mortal si no estás preparado para él. Para las personas mayores o con problemas en las articulaciones puede ser especialmente difícil moverse sin sentir dolor. Además, otras cosas también bajan su temperatura, tal como el agua, por lo que actividades como lavar la ropa o incluso bañarse se vuelven más tediosas.
Además, es común sufrir enfermedades respiratorias al exponerse al frío durante demasiado tiempo. Esta situación hace más complicado realizar actividades al aire libre, por lo que a diferencia de otras temporadas, hay que cuidar más el tiempo que pasamos afuera.
Problemas de salud.
Con el frío, nuestro cuerpo se esfuerza por mantener una temperatura interna normal. Pero a veces, la exposición a bajas temperaturas puede provocar problemas de salud como la hipotermia, la congelación o hasta simples casos de resfriado común.
En este aspecto, las enfermedades respiratorias, como la bronquitis y la neumonía, también son más frecuentes durante los meses de frío, porque los virus que las causan se propagan más fácilmente cuando las personas están juntas en espacios cerrados.
Difícil ir de un lugar a otro.
El tiempo invernal puede dificultar los desplazamientos, especialmente si hay nieve y hielo. Esto puede ser un problema para las personas que tienen que ir al trabajo o a la escuela. En algunos casos, la gente no puede salir de casa.
Incluso en lugares donde no haya nieve sigue siendo difícil salir, ya que las personas que trabajan en la mañana o que salen hasta la noche, se exponen a los momentos en que las temperaturas están en su punto más bajo.
Las facturas de la energía aumentan.
A medida que el tiempo se vuelve más frío, solemos utilizar más la calefacción. Esto se debe a que tenemos que usar más energía para calentar nuestras casas y negocios para estar cómodos. Aunque hay formas de compensar este coste haciendo que el hogar sea más eficiente desde el punto de vista energético, al final va a haber un aumento en el dinero gastado.
En general, la demanda de electricidad aumenta cuando hace frío. Esto significa que las empresas de servicios públicos tienen que generar más energía, lo que en última instancia se traduce en precios más altos para los consumidores.
Además, muchas personas utilizan fuentes de calor alternativas, como calefactores o chimeneas, lo que puede elevar aún más el coste de la electricidad.
Tuberías rotas.
El tiempo frío también supone un esfuerzo adicional para las tuberías y la fontanería, lo que puede dar muchos problemas. Esto se debe a que el agua puede congelarse y expandirse dentro de la tubería, provocando su rotura. Si esto ocurre, puede dar lugar a costosas reparaciones, así como a daños causados por el agua en tu casa.
Cortes de energía.
En invierno, cuando bajan las temperaturas y aumenta la demanda de electricidad, aumenta el riesgo de apagones. Las centrales eléctricas tienen que trabajar más para satisfacer la demanda, y si algo va mal, el sistema puede sobrecargarse y colapsarse.
En estos casos, también hay que considerar que tipo de condiciones hay para que suceda esto. Esto se debe a que puede haber desde nieve, hasta lluvia o viento, por lo que se trata de factores que pueden tener un impacto en la infraestructura de los sistemas eléctricos y afectar a muchas comunidades.