El estudio de la ética es una búsqueda milenaria que busca entender cómo debemos vivir nuestras vidas. En este sentido, las escuelas éticas de pensamiento nacen de un deseo humano profundamente arraigado de encontrar significado y propósito en nuestras acciones.
Durante siglos, los filósofos han explorado la naturaleza de la ética y han desarrollado una serie de teorías para ayudarnos a navegar nuestro camino a través de las complejidades morales de la vida. Si bien algunas de estas teorías pueden parecer obsoletas o irrelevantes, los principios básicos que las sustentan siguen siendo tan relevantes hoy como lo fueron siempre.
La deontología y el utilitarismo son dos de las teorías éticas más significativas, cada una de las cuales ofrece una perspectiva única sobre cómo debemos vivir nuestras vidas. Estas teorías se han utilizado para informar la toma de decisiones en una amplia gama de campos, desde la política y los negocios hasta las relaciones personales y los problemas sociales. Aunque comparten algunos puntos en común, las diferencias entre ellos son profundas, y comprenderlas puede ayudarnos a entender la perspectiva de quienes las hicieron.
Al final, las escuelas éticas de pensamiento filosófico son variadas y complejas, pero todas comparten puntos en común y se pueden estudiar ampliamente.
Deontología.
Es una escuela de pensamiento filosófico que se centra en la importancia de seguir los principios morales, independientemente de las consecuencias. Esto significa que las acciones deben tomarse porque son moralmente correctas, en lugar de porque producen un resultado deseable.
Esta teoría a menudo se asocia con el trabajo de Immanuel Kant, quien argumentó que las personas deberían actuar de acuerdo con una ley moral universal. Dicha ley se basa en la idea del «imperativo categórico», que es la idea de que nuestras acciones deben guiarse por un conjunto universal de normas morales.
Utilitarismo.
Es una escuela que se centra en la importancia de tener un principio de utilidad para el mayor número de personas. Esto significa que se deben tomar medidas que produzcan beneficios palpables para todos.
Dicha idea a menudo se asocia con el trabajo de John Stuart Mill, quien argumentó que algo solo es efectivo cuando es útil para muchos. Esta idea de maximizar esta emoción tiene implicaciones importantes sobre cómo interactuamos con los demás y cómo a su vez, influyen en nosotros.
Diferencias.
La principal diferencia entre la deontología y el utilitarismo es la fuente de la autoridad moral. La deontología se basa en la idea de seguir una ley universal, mientras que el utilitarismo se basa en la idea de encontrar los medios que todos pueda aprovechar. Una se centra en seguir los principios morales independientemente de las consecuencias, mientras que otro se centra en la búsqueda de un sentimiento dentro del bienestar general.
Otras escuelas de pensamiento.
La ética filosófica no es única a una sola rama de pensamiento y de hecho, se puede encontrar en muchas áreas, incluyendo la ética de la responsabilidad, la virtud, la justicia y muchas más. Estas ramas de la filosofía se esfuerzan por proporcionar una guía para comportamientos éticos apropiados, aplicando teorías a situaciones prácticas. A menudo se basan en principios generales que se aplican a todas las situaciones, como la justicia, la responsabilidad, el respeto por los derechos humanos y la integridad.
Aristóteles, por ejemplo, creía que la clave para vivir una buena vida era cultivar virtudes como el coraje, la sabiduría y la justicia. Según él, el comportamiento ético no era solo una cuestión de seguir reglas, sino de desarrollar un carácter que fuera capaz de tomar buenas decisiones.
Kant, por otro lado, veía la ética como una cuestión de deber, argumentando que los principios morales eran universales y debían seguirse independientemente de las consecuencias. Para Kant, el comportamiento ético requería el uso de la razón y la capacidad de pensar de manera abstracta, así como el compromiso de tratar a los demás con dignidad y respeto.
Epicuro adoptó un enfoque diferente de la ética, enfatizando la importancia del placer y la felicidad. Él creía que el propósito de la vida era experimentar placer, pero no a expensas de los demás. Según él, el comportamiento ético implicaba buscar el placer de una manera sostenible y respetuosa con los demás.
Sócrates veía la ética como una cuestión de autoconocimiento, argumentando que la clave del comportamiento ético era comprenderse a sí mismo y el lugar en el mundo. Él creía que la búsqueda del conocimiento era el bien supremo, y que la mejor manera de vivir una buena vida era participar en la investigación filosófica y la autorreflexión.
Sartre creía que la ética era subjetiva, y que los individuos eran libres de crear su propio significado y propósito en la vida. Argumentó que el comportamiento ético requería la voluntad de asumir la responsabilidad de las elecciones de uno y aceptar las consecuencias de esas elecciones.
La filosofía ética de Stuart Mill se centró en el principio de utilidad, argumentando que el mejor curso de acción era el que proporcionaba el mayor beneficio al mayor número de personas. Creía que el comportamiento ético requería un compromiso con la justicia social y la promoción del bien común.
Filósofo | Escuela de pensamiento ético | Puntos clave |
Aristóteles | Virtud | Cuestión de cultivar virtudes como el coraje y la sabiduría; El carácter es clave para tomar buenas decisiones. |
Kant | Deontológica | Principios éticos son universales y deben seguirse independientemente de las consecuencias; Uso de la razón y tratar a los demás con dignidad. |
Epicuro | Hedonista | Experimentar placer, pero de una manera sostenible que sea respetuosa con los demás. |
Sócrates | Autoconocimiento | Comprenderse a sí mismo y su lugar en el mundo; La búsqueda del conocimiento es el bien supremo. |
Sartre | Existencial | La ética es subjetiva, los individuos crean su propio significado y propósito en la vida. |
Molino Stuart | Utilitaria | Mayor beneficio al mayor número de personas. Justicia social y la promoción del bien común. |
Como vemos, el estudio de la filosofía ética puede ser tanto esclarecedor como desafiante, ya que requiere que confrontemos la naturaleza compleja y a menudo contradictoria del comportamiento humano. Si bien las teorías como la deontología y el utilitarismo ofrecen información valiosa sobre cómo debemos actuar en ciertas situaciones, también destacan las limitaciones del razonamiento moral y la importancia del contexto en la configuración de nuestros juicios.
A medida que navegamos por el panorama siempre cambiante de la vida moderna, es importante permanecer abiertos y receptivos a diferentes perspectivas éticas, reconociendo que rara vez existe una solución única para todos los dilemas. En última instancia, la búsqueda del conocimiento requiere que nos involucremos en un proceso constante de autorreflexión e introspección, desafiando nuestras suposiciones y esforzándonos por alinear nuestras acciones con nuestros valores. A través de este proceso continuo de investigación ética, podemos profundizar nuestra comprensión de lo que significa vivir una buena vida y hacer contribuciones significativas al mundo que nos rodea.