La economía, desde sus inicios, ha sido tema de intensos debates en términos de su metodología, naturaleza y enfoque. Su naturaleza es especialmente debatida, en particular si se la considera o no una ciencia. A pesar de la diversidad de opiniones, es ampliamente aceptado que la economía es una ciencia social, una disciplina que aplica métodos empíricos y analíticos para el estudio del comportamiento humano.
El lenguaje de la economía está lleno de fórmulas, teorías y leyes que pueden parecer similares a las de las ciencias exactas. Pero se distingue por el objeto de su estudio: la actividad humana en la producción, distribución y consumo de bienes y servicios. ¿Cómo se reconcilian estos dos aspectos? ¿Cómo se puede considerar a la economía una ciencia a pesar de su aparente subjetividad? Este es el interrogante que exploraremos en este ensayo.
Historia de la economía como ciencia.
El nacimiento de la economía como disciplina autónoma tuvo lugar en el siglo XVIII con la publicación de «La Riqueza de las Naciones» de Adam Smith. Smith introdujo conceptos y principios fundamentales que aún hoy en día son utilizados por los expertos, como la división del trabajo y la «mano invisible» del mercado.
En el siglo XIX, con el auge del positivismo, comenzó a adoptar métodos más empíricos y cuantitativos. Economistas como David Ricardo y Thomas Malthus desarrollaron teorías que buscaban explicar fenómenos a través de leyes universales. En este sentido, se puede decir que comenzó a adoptar una metodología científica.
En el siglo XX, se formalizó aún más con el desarrollo de modelos matemáticos y estadísticos. Economistas como Paul Samuelson y John Maynard Keynes impulsaron el uso de estas herramientas en el análisis económico, consolidando la visión de ésta como ciencia.
Metodología de la economía.
Al igual que otras ciencias, utiliza una metodología específica para analizar y explicar los fenómenos que estudia. Esta metodología se basa en el desarrollo de teorías, la formulación de hipótesis, la recopilación de datos empíricos y el análisis de estos datos para verificar o refutar las hipótesis.
El desarrollo de teorías económicas se realiza a través de la construcción de modelos. Estos modelos son simplificaciones de la realidad que permiten a los expertos concentrarse en los aspectos esenciales de los fenómenos que estudian. Por ejemplo, el modelo de oferta y demanda se utiliza para analizar cómo los precios se determinan en los mercados competitivos.
También se basa en la formulación de hipótesis. Estas hipótesis, que a menudo se derivan de las teorías económicas, son declaraciones que pueden ser probadas o refutadas mediante la observación empírica. Por ejemplo, una hipótesis común es que los consumidores actúan racionalmente al tomar decisiones económicas.
En este aspecto, recopila y analiza datos para verificar sus hipótesis. Esto se hace a través de diversos métodos, incluyendo experimentos, encuestas y el análisis de datos históricos. Por ejemplo, los economistas pueden utilizar datos de ventas para evaluar cómo los cambios en los precios afectan la demanda de un producto.
El uso de matemáticas.
Como las ciencias naturales, hace uso extensivo de las matemáticas. Las matemáticas proporcionan una lenguaje común y riguroso que permite a los economistas formular teorías, desarrollar modelos y analizar datos de una manera precisa y consistente.
Las matemáticas se utilizan en esta disciplina de diversas formas. Por ejemplo, se utilizan para desarrollar modelos matemáticos de fenómenos, para realizar análisis estadísticos de datos y para predecir el impacto de distintas políticas.
Además, las matemáticas permiten a los profesionales comunicar sus ideas de una manera clara y precisa. Los modelos matemáticos pueden ser representados gráficamente, lo que facilita su comprensión y su discusión.
Limitaciones como ciencia.
Aunque tiene muchas características que la asemejan a una ciencia, también tiene algunas limitaciones importantes. A diferencia de las ciencias naturales, estudia el comportamiento humano, que es fundamentalmente variable y difícil de predecir. Además, está influenciada por factores políticos y sociales que a menudo son difíciles de cuantificar.
En particular, la presunción de racionalidad en economía ha sido objeto de críticas. Muchos argumentan que los individuos no siempre actúan de manera racional o predecible, lo que puede hacer que las predicciones sean menos precisas.
En este sentido, a menudo tiene dificultades para realizar experimentos controlados. A diferencia de las ciencias naturales, los economistas no pueden aislar fácilmente las variables en un entorno controlado para estudiar su impacto.
El arte de la economía.
A pesar de las dificultades inherentes al estudio de un fenómeno tan complejo como la economía, la disciplina ha logrado una serie de logros notables. Desde el desarrollo de políticas económicas que han impulsado el crecimiento y el desarrollo, hasta la predicción de crisis y recesiones, ha demostrado ser una herramienta valiosa para comprender y moldear nuestro mundo.
En última instancia, es una ciencia porque se esfuerza por aplicar una metodología rigurosa y empírica al estudio del comportamiento humano en relación con la producción y distribución de recursos. Sin embargo, también es un arte en el sentido de que requiere juicio, intuición y creatividad para comprender la complejidad y la incertidumbre inherentes a la actividad económica humana.
En este sentido, quizás sea más apropiado ver a esta disciplina no como una ciencia pura, sino como una «ciencia social«, una disciplina que combina elementos de las ciencias naturales y las humanidades para explorar uno de los aspectos más fundamentales y complejos de la existencia humana: la búsqueda y el uso de los recursos para satisfacer nuestras necesidades y deseos.