
Las piedras preciosas son piedras que podemos encontrar en la naturaleza y que se caracterizan por tener una belleza única que las pone al mismo nivel que la más fina joyería. Cada una tiene rasgos que la distinguen de las demás y que aumentan su valor de acuerdo a su tipo, color, pureza, etc.
Como han estado a lado de la humanidad durante mucho tiempo también se les han atribuido mitos y leyendas rodeados de misticismo sobre poderes curativos, efectos especiales por poseer una e incluso algunas representan un mes de nacimiento en el calendario. Se pueden encontrar en todos los colores que imaginemos y vienen de todos los rincones del mundo, unas desde tiempos muy antiguos y otras descubiertas recientemente.
Piedras preciosas y su historia.
El termino de piedra preciosa se empezó a utilizar en los años 1800’s aproximadamente y solo las describían por su rareza. En ese entonces lo que fuera más común se llamó semiprecioso, siendo los diamantes, rubís, zafiros y esmeraldas las únicas piedras consideradas preciosas. En este sentido, su valor se determina por lo clara que es y por la riqueza de su color, aunque el diamante es una excepción ya que no tiene color.
A pesar de esto, en la actualidad se cuenta con diferentes factores para determinar el valor de una de estas gemas por lo que se puede encontrar en el mercado piedras semipreciosas con una mayor demanda de acuerdo a su composición, color o pureza. Por esta razón la clasificación de la antigüedad no es tomada tanto en cuenta y la mayoría de las piedras se consideran preciosas por su rareza y aspecto visual.
Se pueden ver piezas de jade en la misma familia de color que las esmeraldas, una aguamarina junto a un zafiro en la familia de joyas azules, algunos ejemplares de ópalo más caros que los diamantes, las perlas tan populares que todos conocen y ven en collares o aretes, etc.
Como se mencionó antes, también están rodeadas de cierto misticismo y algunas representan el mes de nacimiento de las personas, que contando a las 4 piedras preciosas principales, hay otras piedras semipreciosas como la turquesa, la amatista o el topacio que también entran en esta lista por considerarse efectivas para el espíritu dando valor, amistad o incluso protección.
Cuando la humanidad encuentra algo hermoso que admirar suele atribuirle poderes o efectos especiales a esto, crearles historias maravillosas pero sobre todo, darles valor. Todas estas joyas que vienen de la naturaleza fueron recibiendo poco a poco su valor por la demanda y el interés que se mostraba en ellas y en la actualidad, aunque no se posea alguna, al menos se conocen sus nombres por lo populares que terminaron siendo.