
Como padre o madre de un alumno, las excursiones escolares se suelen ver con cierto escepticismo, ya que no se sabe si va a ser entretenida, educativa todo a la vez. Por esto hay que saber que en esta clase de actividades la cantidad de trabajo que se pone es fundamental para que sean un éxito y se cumplan sus objetivos.
¿Por qué son tan cruciales las excursiones escolares?
Las excursiones escolares son un aspecto esencial de la educación de los niños y no deben pasarse por alto. Ofrecen a los pequeños la oportunidad de conocer otras culturas e historias. También sirven para que los alumnos se relacionen entre sí y formen amistades para toda la vida. Las excursiones escolares tienen varias ventajas, porque las habilidades creativas, críticas y de resolución de problemas pueden perfeccionarse con ellas.
Uno de los principales objetivos de una excursión escolar es exponer a los estudiantes a situaciones completamente diferentes a las que tienen en los salones, ya que pueden conocer un lado diferente de su propia comunidad, pueden ser parte de las costumbres de otros pueblos, además de que también sirven para fortalecer un sentimiento de identidad con el lugar que visitan.
Un objetivo secundario de esta clase de viajes es el desarrollo de relaciones estrechas entre los estudiantes. Esto puede lograrse mediante ejercicios de creación de equipos o visitas turísticas conjuntas. Es normal ver nuevos grupos de amigos después de que termina el viaje, ya que la convivencia fuera del aula crea un ambiente más amigable para la socialización.
Una de las metas de este tipo de actividades también es pasar un buen rato. Esto puede lograrse participando en eventos locales o simplemente pasando tiempo con los compañeros. Es una excelente oportunidad para divertirse y despejarse de los estudios, los cuales pueden llegar a ser agotantes para los jóvenes.
Planificación ideal.
Hay unos cuantos puntos principales que hay que tener en cuenta al preparar una excursión. Si se es un maestro eligiendo el lugar, hay que procurar escoger un sitio que sea a la vez informativo y divertido para los alumnos, de modo que aprendan algo al ir, pero que no se aburran y no les parezca tedioso estar ahí. En segundo lugar, hay que organizar el transporte y el alojamiento si es que se quedarán más tiempo en el lugar. En este sentido, conviene planificar un itinerario para que todos puedan aprovechar al máximo el tiempo, desde los alumnos, hasta los maestros también.
Para estas ocasiones se tiene la posibilidad de llamar a un operador turístico especializado en viajes educativos si no se sabe a dónde ir. Su trabajo consiste en ayudar a elegir un lugar que se ajuste a los intereses y requisitos de los grupos.
Una vez que se hayan decidido por un lugar, el siguiente paso es averiguar los detalles del viaje, porque todas estas cosas deberán estar resueltas antes de que comience. Para los niveles más básicos de educación normalmente solo se requiere el permiso de los padres, pero aunque para niveles superiores a veces depende del mismo alumno, también hay que tomar en cuenta sus papeles, si por ejemplo, se va a salir del país.
No solo es un viaje más.
Desde hace tiempo se debate el valor educativo y la finalidad de las excursiones escolares. Las escuelas pueden obtener enormes beneficios de las salidas educativas que se organizan adecuadamente. Son una herramienta ideal para ayudar a los niños a aprender y desarrollarse de un modo que no puede recrearse en un entorno de clase si tienen objetivos claros desde el principio. Después de todo, estas actividades son las más esperadas por los pequeños y hasta los adultos, por lo que conviene aprovechar su potencial.