
En cualquier lugar existen reglas que nos permiten interactuar con las personas de una manera amable y cortes, intercambiando opiniones e ideas con los valores que tiene cada uno y en las escuelas esto no es la excepción, ya que en sitios donde se educa a la juventud existen normas de convivencia.
Estas reglas enseñan desde una edad temprana la forma correcta de comportarse con la gente a nuestro alrededor en un espacio pequeño como lo es un salón, para que los niños se desarrollen de una forma adecuada y puedan actuar de la misma manera cuando sean parte de la sociedad.
¿Qué son las normas de convivencia?
Son reglas creadas para mantener el orden dentro del salón de clases de una forma respetuosa y que sirven tanto para los alumnos, como para los maestros. Normalmente las normas están hechas para evitar ciertas conductas inapropiadas pero en este caso en particular fueron creadas para fomentar buenas actitudes, hábitos y valores.
Todo está pensado con miras al futuro de los jóvenes, para que crezcan siendo personas de bien y unos excelentes profesionales. Se trabajan cosas simples que en la actualidad los trabajadores ya no valoran o incluso temas más complejos como superar cualquier tipo de obstáculos.
Puntualidad.
La puntualidad y una asistencia constante crea un compromiso constante en los niños que los invita a ser responsables para su propio beneficio. Se muestra que las personas que llegan a tiempo a cualquier cita están comprometidos realmente con sus acciones, ya sea aprender, trabajar o simplemente mantener su palabra con alguien más.
Levantar la mano antes de hablar.
Esta regla permite mantener el orden en las clases, además de que promueve el respeto hacia los demás, ya que escuchar atentamente lo que tienen que decir los compañeros es importante porque se muestra cortesía con las opiniones de la gente.
Mantener las instalaciones limpias.
Es una regla básica que aplica en cualquier situación y lugar, porque la limpieza que tengamos con el lugar donde estemos refleja el respeto que tenemos, la responsabilidad con los demás, y en general, muestra una gran parte de nuestra educación.
Se hace hincapié en la importancia de cuidar el material, las sillas, las mesas y los objetos que no sean nuestros, justamente porque pertenecen a alguien más. En el futuro esto les ayudara a comportarse adecuadamente en cualquier lugar y a respetar el valor de las cosas ajenas.
Hablar apropiadamente.
Se enseña a la juventud a referirse a sus compañeros, a sus maestros y a las personas en general de una forma respetuosa, es decir, sin malas palabras o si son adultos con alguna autoridad, no es correcto llamarlos por su nombre a menos que ellos mismos digan que no hay problema.
En este caso también es responsabilidad de los padres y los maestros dejar claro que términos despectivos no pueden ser tolerados. De igual manera, se enseña a procurar hablar con un tono adecuado, ya que no es correcto gritar o alzar la voz cuando se habla con las personas.
Pedir ayuda.
No tiene nada de malo pedir ayuda cuando se necesita y de hecho, es algo positivo darse cuenta de que hay más resultados trabajando con alguien más que por cuenta propia. Los jóvenes suelen tener la idea errónea de que esto los hará ver mal o les da vergüenza hablar con otro compañero.
Por esto se hace énfasis en la importancia de ayudar, ya que en la sociedad actual no se llega muy lejos estando solo y en cualquier ambiente el trabajo en equipo será fundamental para salir adelante.