
Las metas académicas siempre están presentes en la mente de muchos estudiantes que quieren iniciar correctamente un nuevo ciclo escolar, ya sea porque no han tenido los resultados esperados o por el contrario, porque desean mantener el buen ritmo con nuevos retos.
Este tipo de propósitos pueden variar entre cada alumno, pero comparten el punto en común de que se busca ser mejores y aprovechar adecuadamente la educación que reciben. El problema para algunas personas es que por diferentes causas no tienen claro que metas plantearse y antes de darse cuenta ya están pensando en como redimirse el siguiente año. Por esta razón vale la pena conocer diferentes objetivos y así, darse una idea general de lo que cada estudiante puede necesitar.
Metas académicas.
Uno de los objetivos principales de este tipo de metas es mejorar el rendimiento que tienen los alumnos, pero también se pueden tener otro tipo de propósitos que hagan la vida escolar más relajante e incluso más divertida. Al final de cuentas, esta es una etapa que no se volverá a repetir, por lo que también vale la pena ver la escuela desde otra perspectiva.
Establecer una calificación concreta.
Esta puede ser de las metas académicas más claras que se tengan, ya que las calificaciones marcan el tipo de desempeño que tienen los estudiantes en clase. Aun así, se tienen que considerar ciertos factores para obtener mejores notas, ya que los temas varían y la forma de evaluar puede ser diferente.
En este caso hay que ser realistas y fijar un mínimo que esperamos alcanzar, sin ser conformistas pero tomando en cuenta la dificultad de la clase, la cantidad de materias que se cursan o que actividades se realizan. Si se evalúa por medio de exámenes, entonces estudiar constantemente y con anticipación será suficiente, pero si además se incluyen participaciones, tareas, investigaciones u otro tipo de trabajos, entonces habrá que hacer un esfuerzo más, siendo responsables y viendo siempre el objetivo marcado al principio.
Planear sesiones de estudio.
Siempre es importante repasar cada lección que se ve en clase, de modo que organizarse desde el principio para tener tiempo de estudiar es una buena forma de comenzar a mejorar. En este caso hay que tener la determinación de tomarse unos minutos o unas horas para leer y aprender, aun y cuando las lecciones sean cortas o se hayan dominado sin problemas, ya que uno también se puede adelantar a los temas vistos.
Si al comienzo del año o del semestre se establecen ciertos horarios para repasar y éstos se respetan, poco a poco se irá formando un habito bastante útil y sobre todo, mejorará el desempeño de cada estudiante que logre cumplir este objetivo.
Participar más en las clases.
Muchas personas evitan realizar este tipo de acciones por timidez o porque no saben mucho sobre el tema de la clase, por lo que tratar de participar más mostrará su disposición por cambiar para bien. Es normal que hablar frente a la clase cueste trabajo, pero si se tiene un buen dominio sobre los temas la confianza surgirá naturalmente. Por esta razón se tiene que estudiar más para hacerse notar, ya que las clases se entenderán mejor e incluso las dudas que se tengan servirán como una buena participación.
Crear un buen ambiente con amigos y compañeros.
No importa en que etapa de la vida nos encontremos, siempre vamos a estar rodeados de otro tipo de personas y aunque no deberían tener mucha influencia en nuestro desarrollo académico, establecer buenas relaciones de amistad y trabajo puede hacer una gran diferencia en nuestro tiempo en la escuela.
Los amigos con los que uno se pueda divertir nos ayudaran a olvidar el estrés de las tareas o los exámenes. Si son personas responsables y dedicadas se puede aprender mucho de ellos, pero si aparecen compañeros que solo son una influencia negativa, hay que saber alejarse y buscar amigos con los mismos valores y objetivos.
Tomar un curso extra.
Además de las clases que se toman en ciertos horarios, también hay que buscar cursos que complementen la educación y que nos puedan servir para el futuro. En este sentido las opciones son muchas y el reto estaría en dedicarle tiempo a un curso diferente cada semestre o cada año, después de todo, algo que nos brinde más conocimiento nunca viene mal.
Obtener una beca.
Entre las metas académicas más comunes, pero no por eso menos importante, siempre estará el conseguir una beca y tener un apoyo financiero o estudiar en el extranjero. El detalle aquí es que se tiene un objetivo claro porque los requisitos para ser un candidato también funcionan como metas, ya que van desde mantener cierto promedio, hablar un idioma en especifico, etc.
Llegar temprano.
Para algunas personas esto no es un problema, pero hay estudiantes que la primera impresión que dan de si mismos es por su impuntualidad. Un buen desempeño empieza desde la casa, por lo que levantarse temprano, organizar bien las horas y llegar a tiempo es una buena forma de comenzar a cambiar para bien. Si se marca esto como un propósito, se generarán buenos hábitos que no solo nos ayudaran en la escuela, sino que también serán útiles para el trabajo y nuestro vida personal.
Realizar actividades deportivas.
A las escuelas se va a estudiar, pero también se va a vivir nuevas experiencias que nos hacen crecer de distintas formas, académicamente, mentalmente y hasta físicamente. En muchas instituciones es posible practicar deporte de una forma más formal e intensa porque se compite con otras escuelas y hasta en ligas a nivel nacional.
Incluso si no se está en algún equipo, jugar de vez en cuando con un grupo de amigos o ir a los gimnasios que tenga la escuela ayuda a que los estudiantes se mantengan relajados, cuiden su salud y se diviertan. Por esta razón un buen propósito puede ser elegir un deporte y practicarlo u organizar un pequeño partido cada semana, de forma que no interfiera con los estudios de los alumnos.
Graduarse.
Tal vez parezca una meta obvia o simple, pero al final, es la culminación de años de estudio y es un punto donde se pueden englobar todas las metas anteriores e incluso muchas actividades más. Hay gente que por alguna razón no tiene la oportunidad de graduarse, de modo que hay que estudiar tomando en cuenta que de todas las metas académicas que podamos tener, está es la más importante.
El camino sigue.
Muchos estudiantes tienen la incertidumbre de no saber que pasará con su vida después de terminar la escuela, ya sea porque se continua en otro nivel escolar o porque se sigue en la vida laboral. Sin importar cual sea el camino que se tome, todo lo aprendido nos servirá en un futuro tanto en el aspecto personal, como en el profesional con otro tipo de metas. Al final las ideas para cada alumno serán diferentes, pero con varios de estos objetivos cumplidos se verá como hemos crecido y como cualquier otro reto no presenta tantas dificultades.