
En la vida académica, la enseñanza y el aprendizaje se promueven de varias maneras y a través de diversas técnicas. Las escuelas han adoptado una serie de métodos para incitar la curiosidad y el deseo de aprendizaje en los estudiantes. Uno de estos enfoques es el uso de frisos escolares. Esta herramienta pedagógica, aunque simple en apariencia, tiene un efecto profundo en la comprensión y el aprendizaje de los estudiantes.
Los frisos escolares son elementos decorativos y educativos, destinados a adornar y mejorar visualmente los espacios educativos. Pero más allá de su propósito estético, actúan como recordatorios constantes de los conceptos y lecciones que los estudiantes deben asimilar. En otras palabras, no es solo un adorno, es una herramienta de aprendizaje en sí misma.
¿Qué es un friso escolar?
Es una forma de mural o pancarta que se cuelga o se adhiere en las paredes de las aulas, pasillos o áreas comunes de las escuelas. Su objetivo principal es promover el aprendizaje visual y activar la memoria de los estudiantes.
Estos frisos se suelen confeccionar con materiales livianos como papel, cartulina o tela, y suelen incluir imágenes, dibujos y textos relacionados con el contenido educativo que se busca reforzar. En general, los frisos escolares son temáticos, abordando temas como la historia, la geografía, las ciencias, las matemáticas, la literatura y la gramática, entre otros.
Importancia.
La importancia de los frisos escolares radica en su capacidad para fomentar la retención de información en los estudiantes. El ser humano tiende a recordar mejor la información que se recibe a través de múltiples sentidos. En este sentido, los frisos escolares ofrecen una oportunidad para reforzar el aprendizaje auditivo con estímulos visuales.
Además, su presencia constante en las aulas genera un ambiente de inmersión en el tema de estudio, facilitando el recuerdo y la comprensión de los contenidos. También sirven como un recurso pedagógico para los maestros, quienes pueden referirse a ellos durante las explicaciones de clase.
¿Cómo elegir el tema para un friso escolar?
Elegir el tema para un friso escolar es un paso crucial en su creación. El tema debe ser relevante para el currículo escolar y los intereses de los estudiantes. Los temas pueden ser sugeridos por el maestro, seleccionados por los estudiantes o surgir de un consenso entre ambos.
Al elegir un tema, se debe tener en cuenta la edad y el nivel educativo de los estudiantes, así como sus intereses y habilidades. Es importante seleccionar temas que sean atractivos, desafiantes y significativos para los estudiantes.
Materiales.
Los materiales para la creación de un friso escolar pueden variar dependiendo del tema, el diseño y la intención del friso. En general, se puede comenzar con una base de papel grande, cartulina o tela. Luego, se pueden utilizar lápices de colores, marcadores, pinturas, tijeras, pegamento y cualquier otro material de arte que se considere necesario.
Es importante tener en cuenta la durabilidad del friso. Si se espera que el friso esté expuesto durante un largo período de tiempo, es conveniente seleccionar materiales de alta calidad que resistan el paso del tiempo y las condiciones ambientales.
Proceso de creación.
El proceso de creación suele implicar varias etapas. La primera es la planificación, en la que se selecciona el tema, se determina el diseño y se recopilan los materiales necesarios.
Después viene la etapa de dibujo y diseño, donde se esbozan las ideas y se comienza a trabajar en el diseño final. Por último, se realiza la etapa de montaje y exposición, en la que se termina de ensamblar el friso y se coloca en el lugar seleccionado.
- Definir el tema del friso: Decide el tema central del friso escolar, como la historia, la ciencia, los valores, la diversidad cultural, etc.
- Planificar el diseño: Realiza un bosquejo o diseño del friso, considerando el tamaño del espacio disponible, los colores, las imágenes y los mensajes que deseas transmitir.
- Recopilar materiales: Reúne los materiales necesarios para crear el friso, como cartulinas, papel de colores, tijeras, pegamento, lápices, marcadores, fotografías, etc.
- Preparar el espacio: Limpia y prepara la pared o superficie donde se colocará el friso, asegurándote de que esté lisa y libre de polvo o suciedad.
- Cortar y pegar: Corta las formas y los elementos necesarios según el diseño previo y pégalos en la pared. Puedes utilizar cinta adhesiva, pegamento o chinchetas, dependiendo del material y la superficie.
- Agregar detalles y texto: Añade detalles adicionales al friso, como etiquetas, bordes decorativos, figuras recortadas o texto con información relevante. Puedes utilizar rotuladores o plantillas para hacer letras llamativas y legibles.
- Colocar imágenes y fotografías: Incorpora imágenes y fotografías relacionadas con el tema del friso. Puedes imprimir imágenes o utilizar revistas y periódicos para recortarlas y pegarlas.
Una vez que termines, evalúa el resultado en su conjunto y realiza ajustes o correcciones necesarias. Asegúrate de que todo esté nivelado, los elementos estén bien pegados y los colores sean atractivos. Para prolongar la vida útil, considera aplicar una capa de barniz transparente o laminarlo para protegerlo de posibles daños, como el desgaste o la decoloración.
Una vez completado, organiza una celebración para mostrar el friso a la comunidad escolar. Invita a estudiantes, padres y personal docente para que puedan apreciar el trabajo y aprender de él.
Inclusión de los estudiantes en la creación de frisos.
Involucrar a los estudiantes en la creación de frisos no solo los convierte en participantes activos de su propio aprendizaje, sino que también les permite desarrollar habilidades importantes como el trabajo en equipo, la planificación, el diseño y la creatividad. Los frisos creados por los estudiantes son más significativos y relevantes para ellos, y pueden ser una fuente de orgullo y logro.
La creación de un friso puede convertirse en un proyecto de clase que fomente la colaboración, la comunicación y el respeto entre los estudiantes. Además, puede proporcionar una oportunidad para que los maestros evalúen y refuercen habilidades y conceptos clave de una manera divertida e interactiva.
El mural que enseña.
El friso escolar es más que una simple decoración. Es un espejo que refleja el aprendizaje que se está llevando a cabo en las aulas. Cada trazo, cada palabra, cada imagen, representa un concepto, una idea, una lección que se ha internalizado y se ha hecho visible.
En su simplicidad, tiene la grandiosidad de un mural, la belleza de un collage y la utilidad de un libro de texto. Su presencia en las aulas es un recordatorio constante del viaje de aprendizaje que los estudiantes están realizando. Cada vez que miran el friso, ven reflejados sus esfuerzos, sus logros y su crecimiento.
Y quizás, lo más importante es que enseña sin pretensiones. Sin la rigidez de un aula, sin la formalidad de un libro de texto, ofrece lecciones en su estado más puro y accesible. De esta manera, no es solo una herramienta de aprendizaje, es una obra de arte que celebra y promueve la educación.