En la sociedad actual, la comunicación es fundamental. Ya sea al interactuar con la familia y los amigos, al hablar con un colega en el trabajo o simplemente al hablar con un desconocido en la calle, siempre tenemos la oportunidad de dialogar. Sin esta acción, no podríamos interactuar con los demás ni realizar tareas.
Por esta razón, es esencial para las relaciones personales y profesionales. La comunicación profesional se produce entre personas que trabajan juntas, como compañeros de trabajo o directivos, pero sobre todo, con los lideres, ya que para ellos es importante ser capaz de conversar eficazmente con su equipo y las partes interesadas. Aunque parece algo evidente, no muchos lo toman en cuenta al estar al frente de una organización y como factor de éxito, siempre será importante recordar ciertos puntos de este tema.
La comunicación es vital en el liderazgo.
No hay duda de que esta acción es una parte básica pero esencial en el repertorio de un líder. Tanto si se trata de gestionar un equipo, crear consenso o motivar a los empleados, las buenas habilidades de dialogo son fundamentales para trabajar.
Su importancia radica en que permite a la gente transmitir su mensaje, establecer relaciones con los demás y colaborar eficazmente. En este aspecto, hay ser consciente de las diferentes formas de comunicación que tiene la gente y del estilo propio que tenga uno para dialogar. Otro punto a tener en cuenta son las emociones que sienten cuando dialogan y tratar de mantenerlas bajo control para que no sean perturbadoras u ofensivas.
Sin embargo, hay que entender que no es sólo una cuestión de hablar con claridad y hacer entender su punto de vista, también se trata de escuchar con atención y responder con cuidado. Los líderes que triunfan saben leer a su público y adaptar su mensaje en consecuencia.
Además de ser capaces de hablar con eficacia, las personas deben ser capaces de establecer relaciones. Una buena relación con los empleados es clave para realizar tareas de manera más productiva, pero es especialmente importante para un líder, porque su fuerza está en la cooperación y el apoyo de su gente. Por esta razón, alguien al mando comprende la relevancia de la comunicación, las relaciones y la confianza. Al dominar estas habilidades, tienen la mayor parte del trabajo realizado.
Puntos para una buena comunicación.
Los líderes deben comunicarse eficazmente con los miembros de su equipo para crear un entorno positivo. Esto garantiza que los integrantes de un equipo sean conscientes de los objetivos actuales, y que como resultado, haya cooperación y productividad. He aquí cinco consejos para comunicarse con eficacia:
- Establecer objetivos claros y concisos. De esta forma se sabe lo que se espera de una organización y sus integrantes y es posible trabajar de mejor manera hacia la meta propuesta.
- Usar ayudas visuales. Cuando sea posible, los modelos, diagramas, tablas o las graficas pueden ayudar a la gente a visualizar conceptos complejos. Esto les ayudará a entender mejor el mensaje y a integrarlo en su propio pensamiento.
- Escuchar con atención. También hay que estar dispuestos a escuchar atentamente cuando se conversa con los demás. Esto les permite comprender plenamente los matices de la conversación y genera confianza y colaboración en todos los niveles de una jerarquía.
- Ser paciente y persistente. Hay que tomar en cuenta que a veces las soluciones no son inmediatas.
Tomando esto en cuenta, se puede tener una base sobre la cual entablar un dialogo productivo con la gente y de esta forma llegar a acuerdos, establecer metas y hasta reglas para todos. Lo importante es darle la debida importancia a la comunicación y entender que sin ésta no hay grupos que funcionen.
La importancia de la retroalimentación.
Las personas necesitan información para saber cómo funciona su equipo y qué debe cambiarse. En este sentido, sin feedback, los líderes no pueden tomar decisiones, ni motivar a su equipo, ni convertirlo en lo mejor que puede ser.
Por esta razón, la retroalimentación es esencial para el aprendizaje y el crecimiento. Cuando la gente proporciona un feedback oportuno, relevante y constructivo, hay aprendizaje y crecimiento. Todo esto es posible gracias a la comunicación, ya que por simple que parezca, es lo que permite dar pasos en la dirección adecuada cuando se trata de mejorar.
En este sentido, hay varios elementos clave para una buena retroalimentación:
- Oportunidad. Debe darse tan pronto como sea posible después de que ocurra el evento o el comportamiento para que el líder tenga una imagen completa de lo que sucedió.
- Relevancia. Debe ser específico para la situación y estar relacionado con los objetivos del equipo.
- Constructiva. Debe ofrecerse de manera positiva con la intención de ayudar al individuo a mejorar.
Cómo dar y recibir retroalimentación eficazmente.
Las personas deben ser capaces de dar y recibir comentarios de forma eficaz para desarrollar a los miembros de su equipo y motivarlos para que alcancen el éxito. La retroalimentación es fundamental para crecer y dar pasos importantes. Por esta razón no está mal tener ciertos consejos en cuenta, ya que es una pieza clave al comunicar y establecer un ambiente positivo.
- Dejar claras las expectativas. Hay que asegurarse de que todos saben lo que se espera de ellos antes de darles su opinión, para que no haya sorpresas. Esto ayudará a garantizar que todo el mundo esté en la misma página a la hora de criticar el desempeño.
- Ser muy especifico. No hay que dejar espacio a la ambigüedad a la hora de dar una opinión. Esto ayudará a las personas a entender en qué deben mejorar y les dará tiempo para reflexionar sobre los comentarios antes de responder.
- Evitar utilizar un lenguaje evaluativo. Esto ayuda a evitar que la gente se sienta a la defensiva o avergonzada por su rendimiento. En cambio, utilizar palabras descriptivas que destaquen aspectos concretos del comportamiento ayuda más y se relaciona con el punto anterior, porque se tiene que ser especifico para destacar tanto aspectos positivos como negativos.
Los líderes hablan con acciones y actitudes.
Las personas deben ser capaces de transmitir eficazmente sus acciones y su actitud para motivar y dirigir a su equipo. De este modo pueden generar confianza y crear un ambiente de equipo cohesionado. Una vez que se conocen a los integrantes de un equipo, se debe transmitir un mensaje de forma clara y concisa. Los mensajes mal comunicados pueden ser contraproducentes y provocar confusión o incluso resentimiento entre la gente.
Por esta razón, el encargado debe asegurarse de mostrar una actitud adecuada cuando habla con los demás. Si está enfadado o es negativo, probablemente afectará el tono de la conversación y, en última instancia, dañará las relaciones. En cambio, al mantener una actitud positiva en todas las interacciones creará confianza y a fomentar la cooperación del equipo. En este sentido, es un hecho que la persona al mando sirve como ejemplo para los demás, por lo que su actitud y las acciones que haga influirán de cierta forma en el trabajo.
Hablar y poner atención.
El liderazgo tiene que ver con la comunicación. No sólo el líder debe ser bueno para hablar, sino también quienes lo siguen. Dichos elementos son esenciales para dirigir eficazmente un equipo o grupo y asegurarse de que todo el mundo sabe lo que está pasando. Sin una gran capacidad de comunicación, resulta muy difícil dirigir y por ende, hacer las cosas bien. Para esto hay que ser capaces de entender diferentes puntos de vista y ser capaces de comprometerse para conseguir que las cosas se hagan.
En este aspecto, el dialogo empieza por establecer objetivos y expectativas claros. Las personas deben asegurarse de que los miembros de su equipo entienden lo que quieren que hagan y por qué es importante. También deben asegurarse de que cada integrante sepa cuándo han tenido éxito en el cumplimiento de esos objetivos, así como cuándo hay áreas en las que es necesario mejorar.
Otro componente clave en este tema que suele ser pasado por alto por evidente, pero que es igual de importante es la escucha efectiva. Hay que ser capaz de escuchar atentamente cuando los miembros de un equipo tienen algo que decir. Esto permite entender sus preocupaciones y también da margen para que cada encargado tome medidas basado en lo que escucha. De este modo se tienen acciones complementarias que garantizan el éxito en cualquier situación.