
Los hábitos de estudio son útiles para cualquier persona interesada en adquirir conocimiento de una gran variedad de temas. Normalmente se pensaría que se atribuyen más a los jóvenes en las escuelas, pero cuando se trata de aprender, no hay distinción de nada y todos puede tomar las estrategias con las que se acomoden más y empezar a estudiar a su ritmo.
Hay muchas maneras con las que el estudio se facilita más, pero al final, depende de cada persona mantener cierta disciplina y constancia para ver resultados y justamente, crear buenos hábitos. Este tipo de actividades no tienen porque ser tediosas o molestas y menos cuando se le puede tomar gusto con unos simples pasos que vale la pena repetir cada día.
Hábitos de estudio.
Éstos son una practica regular y constante que los estudiantes realizan con el fin de mejorar su desempeño y su capacidad para retener la información, de modo que el tiempo invertido en estudiar sea más eficiente.
La experiencia ayuda a crearlos pero también es bueno ver la estrategias que usan los demás para ver si son para nosotros o si en cambio, pueden prestarse a tener algunas modificaciones propias que se adapten más al ritmo de cada persona.
Pensar como abordar el estudio.
El primer paso siempre es importante y en este caso, como abordar esta actividad puede determinar que todo de resultado o termine siendo algo frustrante. Muchos ven esto como algo aburrido o una obligación mandada por algún maestro cuando en realidad es algo muy valioso, por eso es bueno empezar a considerarlo como una oportunidad cuyos beneficios se verán al corto y largo plazo.
Elegir un lugar adecuado.
Es necesario estar en un lugar donde uno se pueda concentrar y para esto es mejor si no hay mucho ruido ni distracciones innecesarias. Una biblioteca es lo primero que se nos viene a la mente en esta situación, pero nuestra propia habitación puede cumplir los requisitos si hay un espacio designado para esta actividad, que esté bien iluminado, tenga los cuadernos al alcance y más que nada, nos haga sentir cómodos.
Usar solo lo necesario.
Para este tipo de labores solo hacen falta unas cuantas cosas, desde las notas que toma cada quien, hasta la motivación para empezar. Los celulares, los juegos e incluso las computadoras pueden hacerse a un lado durante unos momentos para concentrarse lo mejor posible.
Planear más de una sesión.
El estudio normalmente se da unos días antes de un examen o alguna prueba en especial y una vez que pasan ya no hay continuidad. Por esta razón vale la pena planear desde antes varias sesiones de estudio para que los temas vistos tengan seguimiento y los horarios creados no se limiten a los periodos antes de un examen.
En este caso, también hay que considerar que la información no se asimila de repente y que ésta requiere tiempo para ser comprendida, de modo que hay que dedicar solo unas cuantas horas al día con un horario bien establecido para poder descansar la mente e ir formando un hábito que combine la responsabilidad con la constancia.
Juegos de memoria.
No confundir con la practica de simplemente memorizar la información sin comprender lo que se lee, ya que en este caso es primordial entender el tema para aprovechar este método, porque lo que se hace es asociar juegos de palabras a los conceptos o términos de la clase para tenerlos presentes en la mente de una forma amena y practica.
También es útil asociar toda la información que procesa nuestro cerebro con imágenes para saber de lo que estamos hablando y recordar más fácilmente los temas. Aprovechando la tecnología actual, se pueden usar una gran cantidad de aplicaciones para crear tarjetas interactivas con una palabra en otro idioma, un elemento químico o una formula de un lado, mientras que al reverso se coloca una foto.
Resumir y revisar las notas.
Los resúmenes son útiles para captar los puntos clave de alguna lectura y así, repasar solo lo más importante y no tener que repetir todo el texto de nuevo. Los textos bien estructurados siempre presentan un punto central que se muestra en la primera parte y se desarrolla en los párrafos subsecuentes, de modo que identificarlo es muy sencillo.
Practicar con alguien más.
Algo que nunca falla es evaluar el desempeño que tiene cada uno con amigos, porque cada persona tiene un área donde se desenvuelve mejor y en un grupo, se complementan las habilidades de todos. Incluso si los temas resultan muy complejos, el simple hecho de trabajar juntos crea un ambiente que motiva a intentar más veces.
Al final, la clave está en hallar la forma de cómo aprender a estudiar de una forma inteligente y no enfocarse tanto en usar mucho tiempo o memorizar todo sin entenderlo, ya que a pesar de que esto puede ser efectivo en los niveles más básicos de educación, entre más se avanza las cosas se vuelven más complejas y lo ideal es comprender lo que se ve y no solo leerlo mecánicamente.