Los estilos de trabajo modernos han cambiado mucho. Los empleados disponen ahora de múltiples métodos de comunicación y flujos de trabajo. En este aspecto, cada empresa debe encontrar la forma que mejor se adapte a su entorno para ser lo más eficiente posible. Sin embargo, hay principios como los que planteó Frederick Taylor en el pasado, que se pueden aplicar en cualquier lugar y que siguen teniendo mucha relevancia.
No importa lo eficiente que seas, si no se tienen las condiciones adecuadas, en algún momento llegará a un punto en el que no será posible hacer el trabajo. En cualquier caso, hay varias formas de ser más productivo y eficiente, ya que mientras algunas personas prefieren trabajar en un entorno relajado y sin presión, para otros es necesario tener cierto orden y una administración adecuada, por lo que las bases de una buena gestión siempre son útiles.
Frederick W. Taylor.
Frederick Winslow Taylor fue un ingeniero estadounidense que mejoró la eficiencia de las fábricas. A menudo se le llama el «padre de la gestión científica». Las ideas y métodos de Taylor ayudaron a transformar las fábricas en lugares de trabajo más eficientes y productivos.
En 1911, Taylor publicó «Los principios de la gestión científica». En este libro, expuso sus ideas para mejorar la eficiencia con la administración científica. Defendía que el trabajo debía planificarse y organizarse para que los trabajadores pudieran trabajar de forma más eficiente. También abogó por el uso de estudios de tiempo y movimiento para analizar las tareas laborales y determinar la mejor manera de completarlas.
Las ideas de Taylor fueron controvertidas en su momento, pero rápidamente ganaron popularidad. Sus métodos ayudaron a mejorar la productividad y la eficiencia, y todavía se utilizan en muchos lugares de trabajo en conjunto con otros métodos que se fueron desarrollando a lo largo del tiempo.
Padre de la gestión científica.
Frederick W. Taylor es considerado el padre de la gestión científica, y sus contribuciones a la administración han sido extremadamente influyentes. Llevó a cabo una amplia investigación sobre cómo optimizar los procesos de trabajo para mejorar la eficiencia. Desarrolló una serie de principios que los directivos siguen utilizando hoy en día, como los estudios de tiempo y movimiento, la estandarización del trabajo y la especialización de las tareas.
Las ideas de Taylor sobre la gestión no siempre fueron populares, ya que a menudo implicaban la imposición de controles estrictos sobre el comportamiento de los trabajadores. Sin embargo, sus métodos demostraron ser muy eficaces, y ahora son una parte esencial de muchas empresas. Gracias a su trabajo, entendemos mejor cómo gestionar los procesos de trabajo y sacar el máximo partido al potencial del personal.
Los cuatro principios de la administración científica.
Con su trabajo, también desarrolló cuatro principios de la gestión científica, que todavía se utilizan en muchas organizaciones hoy en día y que ayudan a entender de manera general el éxito de estas estrategias cuando se aplican correctamente.
- Dejar los métodos basados en reglas por métodos con bases en estudios científicos.
- Formar y desarrollar a cada empleado en lugar de dejar que éstos elijan su propio trabajo y formación.
- Incentivar a la gente para que den lo mejor de sí mismos, evaluando su desempeño y guiándolos para que sean más eficientes con todos los recursos a su disposición.
- Dividir el trabajo de forma equitativa en todas las jerarquías de una organización.
Como se puede ver, los puntos mencionados tratan de no dejar nada al azar y se enfocan en la lógica y la razón que pueden proporcionar los datos precisos de una investigación. Aun así, también es posible darse cuenta el por qué es tan criticada esta postura, ya que al decidir el camino de los trabajadores en su formación, no solo se vuelve más estricto, sino que también muestra poco interés por el desarrollo personal.
Críticas al taylorismo.
Algunos sostienen que sus métodos son inhumanos y degradantes para la gente. Sus teorías fueron a menudo criticadas por su enfoque en la eficiencia y la productividad a expensas del bienestar de los empleados.
Después de todo, se basa en la idea de que los trabajadores pueden ser más eficientes si son disciplinados y trabajan de forma agrupada, supervisada y reglamentada. Sin embargo, este método ha tenido efectos negativos en la forma en que se trata a las personas. A menudo se obligaba al personal a trabajar muchas horas sin descanso y se les daba muy poca autoridad o autonomía.
Esta filosofía ha tenido un impacto negativo en la sociedad porque ha creado un sistema en el que los trabajadores sólo son productivos si realizan un conjunto específico de tareas sin ninguna creatividad o libertad. Este sistema también puede tener un impacto negativo en la salud mental y física de los individuos porque conduce a largas jornadas, bajos salarios y poca satisfacción laboral.
La importancia de las contribuciones de Taylor.
Sus ideas sobre la gestión han tenido un impacto profundo y duradero en este campo. Los conceptos y los métodos que creó ayudaron a tener una nueva era de eficiencia y productividad en las empresas e industrias de todo el mundo.
A pesar del paso del tiempo, sus contribuciones siguen siendo muy relevantes hoy en día, además de que su obra ha influido en otras importantes teorías y prácticas, como la gestión de los recursos humanos y la investigación operativa, ya sea como una estrategia complementaria o como una corriente que va en contra de sus principios. En este aspecto, fue un verdadero pionero en este campo, y su trabajo ha ayudado a dar forma a la práctica moderna de la gestión, donde no solo se depende de una sola filosofía, si no que se trabaja en conjunto con todos los recursos y la experiencia de años que se tiene en la industria.