
En el mundo actual se tiene una comunicación más eficiente y sencilla, todos están conectados, por lo que las empresas son capaces de alcanzar un publico mayor, pero también se encuentran con más competencia a su alrededor, por lo que se vuelve necesario establecer normas que generen un ambiente productivo tanto para clientes como para comerciantes.
En cualquier lugar siempre va a ser necesario seguir ciertos criterios que regulen el comportamiento de los participantes, con el fin de crear un entorno beneficioso para los demás. En los negocios esto no es la excepción, y aunque podría parecer una limitante, al final se trata de herramientas que facilitan destacar y ser competitivos de una forma efectiva.
Normas de competencia.
Son los lineamientos establecidos en un entorno que permiten normalizar ciertas actividades y a partir de eso, determinar qué actitudes son productivas o competitivas en las personas, ya que con un estándar es fácil saber la clase de desempeño que se espera de los demás. En este sentido, pueden ser habilidades o hasta valores mínimos que deben poseer los profesionales.
Con pautas para evaluar el trabajo del personal se tiene una herramienta que ayuda a identificar a los elementos más productivos, y hasta los que no lo son tanto para tomar las acciones correspondientes. Debido a esto, se genera un ambiente donde el publico y las empresas obtienen beneficios, tanto en satisfacción como en lealtad.
Importancia.
La relevancia de estas normas es que permiten tener un margen con el cual comparar el trabajo realizado y saber si se hace de acuerdo a los requisitos esperados. Por esta razón se adapta a muchas áreas, ya que cada institución o empresa puede tener sus propios criterios y contar con personal calificado en una gran cantidad de labores. Son desde certificaciones en la industria que garantizan que los trabajadores sean competentes en sus tareas, hasta títulos en el sector educativo que muestran las credenciales que tiene un profesor para impartir clases.
Si bien los puntos varían en cada lugar, se tienen muchos aspectos en común que crean un entorno donde predomina la calidad y las cosas bien hechas.
- El contexto para evaluar la labor realizada.
- Las capacidades de una persona.
- Como se adapta alguien a eventos inciertos.
Si bien pueden existir más, éstos ya dejan determinar lo que sería considerado competente para un empleado solo con observar su trabajo y actitud, comparándolo con lo que está en la normativa. En este aspecto, se tiene una referencia clara que ofrece un margen de mejora y brinda la oportunidad de destacar sobre los demás solo por trabajar correctamente.
Al tener estatutos de este tipo también se crea un ambiente transparente y justo, ya que debido a su naturaleza universal, tanto empresas como empleados tienen pleno conocimiento de las expectativas que están puestas sobre cada quien. A nivel individual se fomentará la iniciativa propia en cada persona para obtener certificaciones que constaten que poseen el conocimiento necesario para realizar cierta labor. Esto también proporciona una base, donde el crecimiento laboral o el aspecto económico puede aumentar.
Requisitos nacionales.
Si bien cada país puede tener sus propios criterios, al final una norma podría ser considerado como la estandarización de una competencia en particular. En este sentido, se tiene el trabajo en conjunto del sector empresarial y educativo de una nación, donde el primero marca las condiciones y el segundo ofrece los medios para capacitar a la gente, de modo que exista una formación para crear profesionales que trabajen de acuerdo a los más altos estándares.