
Los humanos somos seres muy complejos, y nos vamos volviendo más complicados conforme nos desarrollamos integralmente en una sociedad. En este sentido, además de crecer y ver cambios físicamente, también nos volvemos más conscientes del aspecto mental, pero más específicamente de nuestras emociones.
Si bien el termino puede sonar algo simple, la realidad es que se trata de un concepto que a muchas personas les cuesta trabajo describir. Esto se debe a que existen muchas ideas con respecto a esto, y con tantos individuos en el mundo es normal que esto se vuelva más complicado. Aun así, es posible darnos una idea general y ponerlo en palabras.
Las emociones.
Se trata de una reacción a un estímulo tanto interno como externo, y las cuales tienen efectos inmediatos a nivel neurobiológico y hasta físico. Si bien es un tema que divide opiniones, hay muchos pensamientos que también pueden ser considerados válidos. Por un lado, se describen como los procesos biológicos provenientes del cerebro, los cuales nos identifican como especie y determinan nuestra adaptación y supervivencia.
Por otro lado, también se ve como una forma de expresión donde las personas muestran sus sentimientos de distinta forma, y donde se ven involucrados distintos aspectos de la mente y el cuerpo. Si bien no es algo en lo que se tenga un consenso general, se puede ver que se identifica como una respuesta natural y biológica de la gente a distintos factores, la cual surge de manera automática.
Estímulos.
Una buena forma de entender este tema es por medio del concepto del estímulo, ya que una emoción puede ser el resultado de un factor externo que provoca algo en nosotros. Esto se puede relacionar con lo mencionado anteriormente, ya que se experimentan diferentes situaciones que nos dan experiencia y nos permiten adaptarnos y reaccionar a toda clase de eventos.
Factores que nos mueven.
De esta forma, se tienen una serie de reacciones que pueden incluso determinar las acciones que tomamos en la vida diaria.
Si una situación nos produce miedo, lo más normal es que nos paralicemos o que incluso salgamos corriendo del lugar. Nuestro corazón empezará a latir más rápido, probablemente sintamos un dolor de estómago u otras reacciones más relacionadas con el sistema nervioso simpático.
Al sentir enojo, es probable que dejemos de pensar racionalmente y digamos cosas que no sentimos o incluso que lastimemos a alguien. Por el contrario, al sentir alegría, estaremos más motivados a hacer diferentes actividades e incluso se propiciará la producción de endorfina en nuestro organismo.
Además de las ya mencionadas, se pueden incluir más elementos como:
- Tristeza.
- Vergüenza.
- Asco.
- Sorpresa.
Tipos.
Otro detalle en particular es que también se puede clasificar de acuerdo a sus características. Aunque se han identificado un gran número de emociones, las más comunes se pueden agrupar de acuerdo a su origen o su desarrollo.
- Primarias o innatas. Son todas aquellas que están presentes desde el momento en que nacemos, y que prácticamente poseemos todos los humanos. En esta categoría se encuentran la alegría, la tristeza o el miedo.
- Secundarias o aprendidas. Son las que vamos desarrollando después que las innatas y surgen a partir de éstas. Como su nombre lo indica, las aprendemos al crecer, mientras desarrollamos nuestras habilidades sociales. En esta categoría se incluyen los celos, la vergüenza o hasta la diversión.
Los sentimientos.
Un aspecto que confunde mucho a la gente en este sentido, es el error conceptual que se genera con esta palabra, ya que para muchos puede funcionar como sinónimo, pero la realidad es que tienen puntos, por muy ambiguos que sean, que los separan.
Para empezar, la emoción se puede identificar como la causa de que surja un sentimiento. Interpretándolo de otra forma, mientras que el primero es una acción que se expresa externamente, el segundo se mantiene internamente en nuestra mente. A partir de ahí, se puede desarrollar en algo más intenso, de manera positiva, como el amor, o de manera negativa, como el odio. Además, suelen durar más tiempo en la mente y es posible ocultarlos más fácilmente, ya que a diferencia de la alegría o el enojo evidentes en la gente, es difícil saber si un individuo ama u odia a alguien más.