En el lenguaje existen diferentes herramientas que podemos utilizar para darle variedad a nuestras redacciones o conversaciones y aunque hay casos donde se cambia por completo lo que queremos decir, también hay elementos como la metáfora o la metonimia, que mantienen el sentido y un uso adecuado de las palabras.
Cuando hablamos con alguien más normalmente se hace una forma casual sin fijarse en estructuras o en la gramática, pero en las redacciones se tiene más cuidado y al evitar repetir lo mismo y una y otra vez se recurre a los diferentes medios que tiene el español. Aunque en este tema se tienen ejemplos prácticos, hay que entender qué es exactamente lo que los separa para poder utilizarlos correctamente.
Diferencia entre metáfora y metonimia.
En ambos casos se trata de figuras retóricas que se suelen utilizar en las analogías, ya que mientras que por un lado, la metáfora sustituye un significado por otro presentando las ideas como objetos, por el otro, la metonimia asocia los conceptos de diferentes frases con palabras que ya tienen un vínculo entre sí.
Su utilización puede variar, ya sea para resaltar algunos puntos positivos o para darle un énfasis distinto a las redacciones. En este sentido, la confusión entre dichas figuras es normal, porque se valen de otro vocabulario para construir las ideas, pero entendiendo bien sus características también es fácil distinguirlas.
Metáfora.
Como se mencionó, se trata de un recurso retórico que establece una comparación entre dos conceptos sin mucha relación. Lo que sucede es que el significado de una frase se transfiere a otra, con un nuevo sentido implicado pero entendible. Las comparaciones en este caso se hacen de manera indirecta y se ayudan con verbos como ser para establecer una conexión.
Si bien los términos usados no pertenecen a las mismas categorías, tienen al menos una similitud que permite unirlos y resaltar una característica.
Eres una máquina al trabajar.
Tu cerebro es una calculadora.
La felicidad es el sabor que nos hace apreciar las cosas.
Metonimia.
Aquí también se tiene una figura que sustituye, pero en este caso con palabras asociadas que están estrechamente relacionadas, lo que se conoce como contigüidad, y que hacen referencia al significado que se menciona. Debido a la concordancia que debe existir, son dependientes del contexto y cuando éste no se conoce bien es difícil entender lo que se quiere decir.
En general hacen referencia a un campo cercano y específico, de modo que los términos sustituyentes engloban ciertos elementos contiguos.
La oficina (los empleados) tiene mucho trabajo.
El Estado (voceros, gobernantes, etc.) se negó a hacer comentarios.
Los caballeros ofrecen su lealtad a la corona (el rey o la reina).
Las emociones (lagrimas) brotaban de sus ojos.

Cuadro comparativo.
Metáfora | Metonimia | |
---|---|---|
Función | Sustituir | Asociar |
Relación | Sin ningún nexo | Conceptos cercanos |
Medio | Verbo ser | Contexto |
Principio | Similitud | Contigüidad |
Como se puede ver, la confusión entre estas herramientas se presenta por las semejanzas que tienen, pero estudiandolas mejor es posible entender qué las hace únicas. Después de esto será posible darse cuenta que siempre han estado con nosotros, tanto en los textos como en las pláticas y que al final son recursos que enriquecen el lenguaje.