
La dependencia emocional puede describirse como la dependencia de una persona de otra o situación para sentirse emocionalmente segura y feliz. Suele considerarse un trastorno psicológico, pero no siempre tiene su origen en una enfermedad mental; también puede deberse a factores externos, como la codependencia en las relaciones, la dinámica familiar y las normas sociales que fomentan la necesidad de validación por parte de los demás para sentirse bien con uno mismo.
Los individuos en esta situación a menudo se encuentran con que necesitan de los demás para que les proporcionen sentimientos de seguridad, amor y satisfacción, lo que puede conducir a patrones de apego y comportamientos poco saludables que pueden causar un estrés importante en sus vidas e incluso llevarles por caminos equivocados.
Características de una persona emocionalmente dependiente.
Aunque es algo único para cada quien, las personas que sufren este problema suelen tener una serie de características en su comportamiento:
- Necesidad excesiva de atención o aprobación.
- Les resulta difícil tomar decisiones por sí mismas o actuar de forma independiente.
- Tienen dificultades para establecer vínculos con otros por miedo a ser rechazados o abandonados.
- Sienten constantemente la necesidad de complacer a los demás y buscar la validación.
- Suelen ser excesivamente sensibles o reactivas cuando se enfrentan a críticas o desaprobaciones percibidas de los demás.
También pueden sentirse ansiosos cuando están solos, lo que les lleva a buscar compañía aunque no exista una necesidad lógica de ello. Además, como resultado de estas actitudes pueden volverse excesivamente celosas o posesivas hacia su pareja o gente cercana, sintiéndose amenazadas por cualquier riesgo potencial de abandono o rechazo.
¿Por qué sucede esto?
Hay varias razones posibles por las que una persona puede volverse emocionalmente dependiente:
- Traumas infantiles no resueltos, como el abandono o el maltrato.
- Normas sociales que nos empujan a necesitar validación externa en todo momento.
- Baja autoestima causada por expectativas poco realistas.
- Mecanismos negativos de afrontamiento adoptados en momentos de estrés.
- Trastornos mentales como la depresión o la ansiedad.
Sea cual sea la causa de la dependencia emocional de una persona, es importante abordarla para que se pueda avanzar realmente hacia la recuperación del control de la propia vida.
¿Cómo dejar de ser dependiente emocionalmente?
Si tienes una relación con alguien que muestra signos de este problema, es posible que tengas que tomar las medidas necesarias para dejar la relación, de modo que puedas empezar a recuperar el control sobre tu propia vida y tus emociones.
Esto podría implicar el establecimiento de límites claros entre tú y la otra persona, de modo que entiendan qué tipo de comportamientos no se tolerarán más. Además, también sería beneficioso para las dos partes implicadas que se buscara ayuda a través de sesiones de terapia, individualmente o juntos, para poder abordar adecuadamente cualquier problema subyacente que cause dicho comportamiento, antes de seguir avanzando hacia el fin amistoso o la mejora de dicha relación.
Es importante aprender a identificar las situaciones en las que se puede ser propenso a repetir estas actitudes. Esto podría incluir darte cuenta de si hay ciertas personas que tienden a provocar emociones negativas en ti, es decir, personas de las que quieres obtener validación al instante, o situaciones en las que tu capacidad para tomar decisiones se nubla debido a sentimientos como la culpa, es decir, sentir que debes hacer algo simplemente porque otra persona quiere que lo hagas.
Una vez identificados esos desencadenantes, sería beneficioso poner en marcha estrategias para abordar esos sentimientos en lugar de esconderlos hasta que vuelvan a ser abrumadores.
Estrategias de afrontamiento.
Cuando se intenta romper con los sentimientos de dependencia, hay varias estrategias de afrontamiento alternativas que pueden ayudar junto con las terapias tradicionales:
- Hacer ejercicio con regularidad, ya que libera endorfinas que mejoran el estado de ánimo.
- Participar en actividades de atención plena que enseñan a estar presente en los momentos en lugar de dejar que las emociones tomen el control.
- Llevar un diario para poder registrar los progresos realizados cada día.
- Practicar la gratitud, porque ayuda a cambiar la perspectiva y a centrarse en los aspectos positivos.
- Buscar apoyo, ya sea a través de amigos o familiares que entienden por lo que uno está pasando o de compañeros que se enfrentan a luchas similares.
Aunque estos métodos alternativos no siempre garantizan una recuperación rápida, sí que pueden ayudar a cambiar nuestros procesos de pensamiento con el tiempo, de modo que la próxima vez estemos mejor equipados para manejar situaciones similares de forma diferente, en lugar de depender siempre de alguien más.
Peligros de esta situación.
Estar en este estado puede acarrear muchos problemas, tanto en las relaciones personales como en el ámbito profesional, debido a su impacto en la capacidad para tomar decisiones y en la autoestima general.
Es posible que la gente elija parejas románticas poco saludables simplemente con el propósito de tener a alguien en su vida, en lugar de buscar una pareja auténticamente compatible basada en rasgos y valores compatibles. Esto a menudo conduce a una mayor insatisfacción más adelante, cuando se dan cuenta de que han elegido mal una vez más debido a su incapacidad para tomar decisiones sin buscar primero una validación externa.
Desde el punto de vista profesional, pueden tener dificultades para decidir qué tareas deben realizar o para abandonar proyectos para los que saben que no son aptas, por miedo a decepcionar a su jefe, supervisor o hasta a sus compañeros, lo que obstaculiza aún más su tasa de éxito y puede dificultar su desempeño. Este ciclo puede resultar muy agotador con el tiempo y hacer que las personas se sientan estancadas en sus puestos actuales a pesar de querer más de la vida.