En la actualidad la apertura económica prácticamente es la norma en los mercados, ya que con la forma en que nos conectamos o en como las naciones forman lazos entre si, se puede ver que es un modelo que nos ha permitido obtener el mundo en el que vivimos ahora.
En este sentido se toman en cuenta las formas en que estos sistemas afectan el crecimiento de una nación económicamente hablando. Se puede medir por la cantidad de productos que son importados o exportados, por lo que sus efectos no pasan desapercibidos. A pesar de lo bueno que ofrece, también hay voces que no ven con buenos ojos esta tendencia y preferirían aislarse, de modo que para entender las diferentes perspectivas hay que analizar sus orígenes y los resultados que da.
Causas de la apertura económica.
Búsqueda de crecimiento y desarrollo.
Los países suelen tener efectos positivos cuando abren sus mercados y permiten el intercambio sin tarifas o mecanismos de otro tipo. En la actualidad existen muchos casos que relacionan un desarrollo continuo y efectivo a través de los años después de permitir la entrada de industrias extranjeras, de innovaciones o de capital, de modo que muchas naciones buscan imitar estos movimientos y obtener distintos beneficios.
Consecuencias de la apertura económica.
Mejor economía.
Se puede presentar de distintas formas, pero normalmente se trata del crecimiento de un determinado lugar porque se vuelve un lugar atractivo para hacer inversiones por las pocas barreras que hay para ingresar o porque hay muchos clientes potenciales. Los negocios locales, sean grandes o pequeños, tienen la oportunidad de expandir sus operaciones, por lo que se da un avance desde los bases de una nación.
Intercambio tecnológico.
Con un mercado más amplio se tiene acceso a más tecnología que permite el crecimiento en muchos sectores, pero sobre todo, se gana conocimiento que permite a largo plazo crear maquinaria o industrias propias. Esto también permite la creación de nuevos productos que combinan la imaginación o la innovación de un lugar nuevo.
Desaparición del mercado local.
En algunos casos los efectos no son positivos, ya que si bien hay sectores que ven buenos resultados, también hay otros que presentan mayores inconvenientes. El alcance que tienen las industrias extranjeras se incrementa, ya que tienen menos barreras o ninguna para ingresar y expandirse.
Pero si la apertura económica no se controla y se da de forma total, se le puede meter una presión excesiva a las empresas o negocios nacionales por la nueva competencia, con el riesgo de desaparecer por tener una clara desventaja ante gigantes con más capital.
Los precios son los que determinan muchas veces este camino, ya que si entra un producto similar al nacional, pero que fue hecho con mano de obra más barata, su costo también será bajo. A pesar de que haya más calidad en lo hecho por connacionales, si cuesta más, será menos competitivo y no se venderá, pero si su precio se reduce no habría retorno y por lo tanto, también se darían perdidas.

Sentimientos proteccionistas.
La apertura económica suele venir acompañada del proteccionismo, ya sea porque lo sustituye o porque es la causa para que se busque regresar a éste. Cuando se afecta negativamente a los pobladores de un país porque la competencia les hizo perder su empleo o porque sus ventas se han reducido normalmente se busca regresar a como se estaba antes, lo que en algunos casos podría resultar benéfico para algunas personas, pero también afectaría a otras y se retrocedería en lo logrado hasta el momento.