
El imperialismo es el acto de poseer el poder sobre otro país. Según la definición de la palabra, es una política excesiva por parte de un estado sobre sus vecinos territoriales en las que se persigue obtener beneficios económicos, políticos y militares. Fueron tres las potencias imperialistas más grandes del mundo: Reino Unido, Francia y Alemania. La historia nos muestra que estas naciones cometen atrocidades contra sus vecinos: robando su recursos naturales, asediando sus islas o dirigiéndose a su territorio para implantar el colonialismo.
Cada uno de estos grupos tiene sus particularidades, pero todos ellos tienen en común la forma en que se apoyaron en las colonias para dominar el mundo. En el primer grupo encontramos a Europa, que fue una potencia imperialista desde el renacimiento hasta el fin de su historia. Sus alcances fueron muchos y se extendieron por todo el mundo.
Aun así, no se puede negar que la actuación europea fue determinante en la formación de las naciones modernas, ya que forjó la identidad cultural del continente mediante la educación, la religión y el idioma, que daría paso después al desarrollo de los mismos valores en otras partes del mundo y a naciones que en la actualidad se convertirían en grandes jugadores de la geopolítica.
Características de países imperialistas.
Las características estos lugares se pueden contener en tres grandes áreas: economía, política exterior y sociedad. La economía está relacionada con el sector agrario y el comercio; la política exterior está relacionada con el manejo de las fronteras; y la sociedad se refiere a las diferencias culturales.
Los lugares que conquistaban eran predominantemente agricultoras a fin de que no pudieran desarrollarse más de la cuenta, mientras que los imperios eran industrializados o simplemente tenían una mayor ventaja gracias a los recursos que obtenían. Las colonias también eran más separadas una de otra que las economías imperialistas, lo que impidió el flujo entre ellas. Los productos industriales exportados provenían principalmente de territorios dominados.
Las colonias eran necesarias para defenderlos del rival europeos. Sin embargo, en muchos casos, estas naciones usaron su poder para beneficiarse a sí mismos en lugar de promover el bienestar general. La corrupción, la violencia, el abuso de poder y la exclusión social estaban entre las principales consecuencias del dominio imperialista.
Uno de los puntos más importantes y que permitió que estos países pudieran expandir su dominio a través del mundo fue su poderío militar, ya que era lo que les permitía mantener el control en los lugares a los que llegaban. En este sentido, se pueden destacar varios puntos, como el tamaño de sus fuerzas o su capacidad económica, pero algo que destaca sobre todas las cosas era su cultura naval, ya que en el caso del Reino Unido, fue el factor que les permitió ser una potencia y superar a sus rivales.
Colonias.
Fueron aquellos sitios donde las potencias imperialistas mantuvieron a sus poblaciones e inmigrantes en situación de sometimiento y explotación. Desde el punto de vista económico, se trataba de una forma excelente para arrear rentas a los imperios y además reducir el coste de los servicios militares que estaban obligados a prestar. Además, estas zonas se constituyeron en importantes puertos comerciales y fuentes de empleo para las respectivas sociedades. Sin embargo, estos mismos lugares acabaron siendo objeto de insurrección y la rebelión fue una constante durante toda la historia.
Alemania.
Las colonias alemanas fueron muchas y variadas, incluyendo Europa, África, Asia e incluso América. Las principales razones por las que el país se dedicó a estas actividades fueron la ganancia de una extensa zona de control económico y militar, así como la promoción de sus intereses económicos a través de la explotación laboral. A pesar de estas motivaciones, las colonias alemanas fueron duramente criticadas por su opresión y violencia.
Aun así, cabe mencionar que en algunos lugares se tuvieron modificaciones territoriales que no corresponden a los países que existen en la actualidad.
- Parte de Papúa Nueva Guinea.
- Parte de Venezuela.
- Ghana.
- Mauritania.
Francia.
Las colonias francesas fueron una de las principales potencias imperialistas en el mundo. Eran muy populosas e influyentes, ya que estuvieron presentes en todos los territorios importantes del Viejo Mundo. Conquistaron gran parte de África, América del Norte y hasta llegaron a islas muy remotas en cada continente. Además, fueron responsables de la formación de varios países donde se han llevado a cabo legislativas e instituciones propias en la era moderna.
- Canadá.
- Luisiana.
- Dominica.
- Granada.
- Tobago.
- Guayana Francesa.
- Argelia.
- Marruecos.
- Congo.
- Nigeria.
- Madagascar.
- Costa de Marfil
Reino Unido.
Fueron muchas y con una gran extensión territorial, por lo que dependía de ellas para contar con mercados africanos y asiáticos, que permitieron alcanzar diversificaciones y avanzar en la industrialización. Sin embargo, también fueron una constante amenaza para sus propios intereses, ya que podrían rebelarse contra su autoridad o la integridad territorial británica, tal como sucedió con las trece colonias en lo que actualmente es Estados Unidos. A pesar de estas circunstancias, el Reino Unido a través de su filosofía logró adquirir influencia regional predominante en el mundo.
- Estados Unidos.
- India.
- Nueva Zelanda.
- Australia.
- Canadá.
- Sudáfrica.
- Hong Kong.
- Kuwait.
- Egipto británico.
Las características socioeconómicas, políticas y culturales de los países que fueron potencias imperialistas tienen una influencia particular en el mundo actual. Prácticamente el mundo moderno tiene alguna clase de vinculo con los pobladores que alguna vez estuvieron en estos lugares en el pasado. Desde el idioma que se habla, hasta las costumbres que se tienen, muchas cosas llegaron para definir estilos de vida que perduran en el presente.