Las personas tienen diferentes habilidades de acuerdo al esfuerzo que ponen en sus actividades, pero también de acuerdo a los genes con los que nacieron. En este sentido, las capacidades físicas coordinativas nos hablan de todas las características con las que una persona nació y que por medio de ciertas acciones puede influenciar para mejorar su rendimiento físico.
En este aspecto, tenemos habilidades como el equilibrio, el ritmo, el tiempo de respuesta y la orientación, y se heredan en su mayoría genéticamente. Por lo tanto, no podemos adquirir habilidades de coordinación, sino perfeccionar las que ya tenemos. Debido a esto, se trata de las habilidades responsables de los movimientos eficaces y precisos.
Capacidades físicas coordinativas.
Esto es algo controlado por el cerebro, y son responsables del movimiento exacto de la colocación de los músculos. Un estímulo permite a nuestro cerebro reconocer, procesar y producir una respuesta. El estímulo fluye a través de nuestro sistema nervioso, hasta la región cerebral y produce una respuesta que forma una acción a realizar.
La manera en como nuestro cuerpo realiza dichas acciones se describe por medio de estas capacidades de coordinación, donde cada acción que tomamos está relacionada y se puede clasificar de la siguiente manera:
Percepción. Coordinamos amplios conjuntos de entradas y procesamos rápidamente la información obtenida por nuestro cerebro para construir una respuesta.
Reacción. Ayuda a simplificar el control y la coordinación para obtener respuestas a cualquier situación con rapidez.
Equilibrio. Es una cualidad crucial que comparten todos los seres humanos. La necesitamos para mantenernos en pie, para resistir fuerzas externas, para ejecutar movimientos complicados y hasta para caminar y correr sin problemas.
Combinación. Esto es lo que nos permite crear una acción única y coordinada en el que se producen dos o más movimientos simultáneamente.
Adaptación. Nuestro cuerpo tiene capacidades que nos permiten modificar los movimientos aprendidos para adaptarlos a nuevos contextos y circunstancias.
Ritmo. Los seres humanos son capaces de trabajar en armonía basándose en medidas de ritmo. Al fusionar las acciones y los movimientos individuales, los esfuerzos humanos suelen sincronizarse entre sí de forma fluida.
Orientación. El sentido que utilizamos para saber dónde está nuestro cuerpo en el espacio. Es un sistema de percepción que nos permite hacer cosas como saltar y correr sin ningún problema. Si las personas orientadas pierden el sentido de la orientación, pueden volver a saber dónde están recordando lo que ha ocurrido justo antes de su posición actual.
Estas habilidades pueden desarrollarse y perfeccionarse, pero su naturaleza viene más por ser una parte natural de cada persona. En este sentido, un individuo aprenderá a enfrentarse eficazmente a las situaciones utilizando todos sus diferentes sentidos. Cuanto más practique una tarea determinada, mejor lo hará y más fácil será su ejecución.
Algo que hay que tomar en cuenta es que se trata de aptitudes que tienen un periodo de gracia donde es más fácil desarrollarlas, porque más tarde se vuelve más complicado ver una diferencia notable sin importar cuanto se entrene. Por lo general, es mejor practicar cuando se es muy joven y el desarrollo de cada uno se va dando de manera natural.
Aptitudes innatas.
El nivel de desarrollo de estas habilidades puede influir en el favorecimiento de las capacidades físicas condicionales, como la fuerza, la velocidad y la resistencia, las cuales si tienen margen de mejora porque se adquieren con esfuerzo y trabajo.
Por otro lado, la parte de la coordinación engloba los componentes básicos de la inteligencia motriz. Los expertos utilizan este término para describir cómo el cuerpo humano recuerda y aplica los movimientos realizados en el pasado, razón por la cual se hace mucho énfasis en poner más atención en esto cuando se es joven.
Al final, se trata de un tema que involucra tanto el rendimiento físico como la calidad de vida de la gente, ya que desarrollar estas cualidades motoras permite que los individuos no tengan que enfrentarse a un desarrollo disminuido más adelante, además de que pueden utilizarse para ser más hábil en las tareas físicas, así como en las actividades complejas de la vida cotidiana.