
Cuando se redacta un texto se suele incluir toda la información necesaria para que los lectores entiendan el mensaje que se quiere transmitir, pero hay veces que en situaciones especiales se pueden incluir lo que conocemos como anexos, para darle más valor al texto o mostrar algo aparte.
En estos tiempos modernos donde se utilizan las computadoras para escribir e incluso los dispositivos portátiles, se puede incluir mucha información por separado y en una gran cantidad de formatos. Estas herramientas son ideales para agregar elementos relacionados con el tema tratado, pero que de otra forma no tendrían lugar entre los párrafos. Aún así, se necesita entender exactamente a que nos referimos para poder utilizarlos adecuadamente.
¿Qué son los anexos?
Se trata de información suplementaria que ayuda a los lectores a entender de una mejor manera el texto que acaban de leer y que como su nombre lo indica, van anexados al final del documento. Cuando se quiere decir algo pero esto no tiene cabida en algún párrafo, se recurre a esta herramienta para complementar lo que se escribió.
Una de las razones por las que no suele ir al principio o en el cuerpo principal es porque puede tomar diferentes formas en cualquier clase de redacciones, y la mejor manera de clasificarlo sería como un material, porque puede ser una imagen, un folleto, un artículo de periódico o una tabla.
Además, con los avances de la tecnología y los medios para escribir ahora se agregan piezas musicales e incluso vídeos. Debido a esto no se limitan solo a simples notas, porque prácticamente es cualquier cosa que se pueda ver u oir.
Características.
Como se mencionó, van al final del documento y aparte de éste, razón por la cual también pueden ser una información completamente independiente. De igual manera, como son datos complementarios no necesariamente tienen que estar escritos por el autor del papel original, ya que se puede tratar de la investigación de otro experto en el tema o de algo que aporta valor.
Si bien se puede entender por sí solo, como funciona como un complemento requiere del texto original para funcionar adecuadamente. En este sentido, una foto por ejemplo, no necesita de nada más para comprenderse, pero siendo un anexo añade detalles visuales que fortalecen la lectura.
Usos.
Hay que considerar que en el documento original se puede hacer referencia a datos o artículos que se pueden anexar, de modo que si se conoce algo que le aporte valor a una investigación o un ensayo, se puede recurrir a esta herramienta.
Normalmente se utilizan cuando se quiere poner al lector en contexto, como por ejemplo, con un artículo histórico, o simplemente se le quiere invitar a conocer más sobre el tema, cuando se cita a otro autor, y todo esto sin interrumpir la lectura principal.