
El proteccionismo se refiere a las políticas económicas que restringen o limitan la libre circulación de bienes y servicios entre países. Esto puede conseguirse mediante aranceles, cuotas y otras formas de intervención gubernamental. El objetivo de dicho planteamiento es proteger las industrias y los empleos nacionales de la competencia extranjera.
Sin embargo, este enfoque también puede provocar precios más altos para los consumidores y puede ahogar el crecimiento económico, entre muchos otros efectos que pueden sentir todos. Si bien las ideas para adoptar esta posición pueden parecer razonables, también hay que considerar si el resultado valdría la pena o es siquiera lo que se esperaría.
Ventajas del proteccionismo.
Protección de las industrias y empleos nacionales.
Una de las principales ventajas de esta filosofía es que proporciona un escudo a las industrias y empleos nacionales frente a la intensa competencia que plantean las empresas extranjeras. Mediante la aplicación de aranceles, cuotas y otras barreras comerciales, los países pueden limitar la entrada de productos extranjeros más baratos, protegiendo así las industrias y los empleos nacionales.
Esto puede ayudar a las industrias nacionales a seguir siendo competitivas y a mantener un nivel estable de empleo para los trabajadores.
Capacidad para promover y desarrollar nuevas industrias.
También puede utilizarse como herramienta para promover y desarrollar nuevas industrias en un país. Aplicando barreras, los países pueden crear un mercado protegido para las industrias nuevas y emergentes, permitiéndoles desarrollarse y crecer sin la amenaza de la competencia extranjera. Esto puede conducir a la creación de nuevos empleos y a una economía más diversificada con el paso del tiempo.
Protección de los consumidores nacionales.
Otra razón importante por la que se considera esta posición es porque puede proteger a los consumidores nacionales de las subidas de precios o la escasez provocadas por las fluctuaciones del mercado mundial.
Aplicando aranceles y cuotas, los países pueden garantizar un suministro constante de determinados bienes y servicios, evitando así las fluctuaciones o la falta de ciertos productos. Esto puede proteger a los consumidores de los efectos negativos de las alzas del mercado y proporcionarles un suministro estable y fiable de bienes y servicios.
Preservación de la cultura y las tradiciones nacionales.
Otro detalle en el contexto social es que también puede utilizarse para preservar la cultura y las tradiciones de un país. Al proteger las industrias nacionales, las naciones pueden garantizar que los productos y prácticas tradicionales no sean sustituidos por importaciones extranjeras. Esto puede ayudar a preservar la identidad cultural única de un país y garantizar que no se pierda a causa de la globalización.
Mejor capacidad para negociar.
De igual forma se utiliza como herramienta en las negociaciones con países extranjeros. Los países pueden crear una sensación de influencia en las discusiones comerciales y utilizarla para conseguir mejores acuerdos con otros gobiernos. Esto puede ayudarles a conseguir acuerdos más favorables y garantizar la protección de sus intereses.
Protección de la seguridad nacional.
El proteccionismo también puede desempeñar un papel importante en la protección de la seguridad nacional de un país garantizando el suministro interno de bienes y servicios vitales. Cuando se habla de seguridad nacional, se incluyen elementos indispensables como alimentos, energía e industrias relacionadas con la defensa. Esto puede ayudar a los países a garantizar su autosuficiencia y a protegerse de posibles interrupciones del suministro.
Desventajas del proteccionismo.
Precios más altos.
Uno de los principales inconvenientes de este enfoque es que puede provocar precios más altos para los consumidores. Los aranceles aumentan el coste de los bienes y servicios extranjeros, haciéndolos más caros para los consumidores nacionales.
Esto puede provocar una disminución del poder adquisitivo y una reducción del bienestar de las personas. Además, el alza puede generar una disminución de la demanda de bienes, lo que repercute negativamente en las industrias nacionales.
Acceso limitado a bienes y servicios extranjeros para los consumidores nacionales.
Limita el acceso de los consumidores nacionales a bienes y servicios extranjeros. Esto se debe a que se restringe la disponibilidad todo lo que no sea nacional. Esto puede dar lugar a una reducción de las posibilidades de elección de la gente.
Reducción de la competencia.
Al reducir la competencia, se generan ineficiencias y falta de innovación en las industrias protegidas. Cuando están protegidas, pueden no tener los mismos incentivos para innovar o mejorar. Esto puede dar lugar a costes más elevados para los consumidores y a una disminución de la competitividad general de las industrias protegidas. Además, es posible que se generen monopolios que agraven más la situación y creen un espacio de poca calidad para el publico.
Represalias de otros países.
Esta situación también puede provocar represalias de otros países en forma de barreras comerciales y aranceles. Esto conduce a una guerra comercial, en la que los países se enzarzan en un ciclo de aumento de aranceles en un intento de proteger sus propias industrias. Dicha situación tiene repercusiones a nivel global, ya que hay una disminución del comercio mundial y una reducción del crecimiento económico de todos los implicados.
Dificultad para expandirse a otros mercados.
Relacionado con el punto anterior, al verse enfrascados en una situación donde solo se imponen barreras, es más difícil entrar a otros mercados, por lo que el desarrollo de las empresas se ve limitado exclusivamente al territorio nacional. Esto puede limitar el potencial de crecimiento y provoca una disminución de las exportaciones y de la inversión.
Si bien se puede tener la garantía o el apoyo del estado, hay muchos factores en juego, como la preferencia de la gente o la sostenibilidad del sistema, por lo que más bien se tiene un escenario lleno de incertidumbre.