
La mejora continua es una filosofía de gestión que se centra en la identificación y eliminación de los problemas de calidad en un proceso mediante el uso de técnicas y herramientas de análisis. En otras palabras, es el acto de perfeccionar los productos, procesos y servicios. Se puede aplicar a cualquier área de una empresa, desde la producción y el marketing hasta el diseño y el servicio al cliente
Este concepto es simple, ya que es un proceso de tratar siempre de mejorar, pero lo que ofrece es mucho más complejo. Puede aplicarse a cualquier aspecto de la vida, desde el trabajo hasta la forma de relacionarse con los demás. La clave esta en buscar maneras de hacer las cosas mejor, más eficientemente o de una manera más simple. Sin embargo, aunque todo se escucha bien, también conviene ver los inconvenientes que puede traer esta forma de pensar.
Ventajas de la mejora continua.
Grandes éxitos.
Lo que distingue a las organizaciones que logran un éxito duradero de aquellas que no, es la capacidad de aplicar esta filosofía. Las organizaciones que practican esto pueden lograr una ventaja competitiva sostenible, ya que están en constante evolución.
Aunque no siempre es fácil lograr destacar, vale la pena el esfuerzo porque puede hacer que nuestros productos y servicios sean mucho mejores. También puede ayudar a nuestra las personas a crecer y prosperar, ya que esta idea suele estar asociada con el éxito a largo plazo.
Cultura proactiva.
Uno de los beneficios de tener esta filosofía de trabajo es que los empleados están constantemente aprendiendo y probando cosas nuevas. Esto los mantiene innovadores y ayuda a impulsar la mejora continua. El aprendizaje constante no sólo conduce a la innovación, sino que también mantiene a la gente comprometida y motivada. Es importante tener una cultura que fomente la retroalimentación y el aprendizaje para que todo el mundo pueda mantenerse al día con los últimos cambios y desarrollos dentro de la organización.
Mayor competitividad.
Las personas que se esfuerzan en mejorar constantemente sus habilidades y competencia son las que ganan el espacio en el mercado. Esta forma de trabajar permite aumentar tu productividad, reducir el tiempo dedicado a la inversión innecesaria y fortalecer la autoconfianza empresarial. Después de todo, es el resultado de la integración de distintos conceptos y tecnologías y supone una clara ventaja para aquellos que la utilicen.
Mayor interés de los empleados.
Esto sucede en las organizaciones que se destacan por su alta productividad, incluso cuando los cambios son menores. La razón es que hay gente interesada en aprender y se involucra activamente en el proceso de mejora. Dentro de este contexto, si se dan recompensas adecuadas, incentivan al empleado a ser más eficiente a pesar de las circunstancias adversas.
Sistemas más efectivos.
La mejora continua es la forma más efectiva y rentable de aumentar el rendimiento de las instalaciones. Se basa en el seguimiento detallado de los resultados, la evaluación constante de las habilidades necesarias para alcanzar esos resultados, y la implantación de un conjunto de estrategias que promuevan el éxito.
Clientes satisfechos.
Es una práctica que ayuda a construir una marca con sentido y compromiso. Esto permite a la empresa distinguirse de otras en el mercado, mejorar el ambiente laboral, y atender la necesidad de sus clientes. Todo esto genera confianza para los usuarios, lo que les permite continuar usando los servicios ofrecidos, generando fidelidad con la marca gracias a los resultados al publico.
Desventajas de la mejora continua.
Desgastante y costoso.
La primera desventaja es el costo. Implementar y mantener un enfoque de mejoramiento puede ser costoso, ya que requiere invertir en herramientas y tecnologías para medir y analizar los datos. También requiere la creación de equipos dedicados a la búsqueda de formas de perfeccionar los procesos y productos.
Implementación inadecuada.
Si bien se trata de una estrategia que se ha convertido en una necesidad para las empresas, debido a la filosofía de mejorar cada día, puede generar muchos problemas si no se realiza de forma adecuada. Esto puede suceder de distintas maneras, desde un mal mantenimiento a los equipos o la maquinaria, hasta la ineficiencia de las personas que están el mando.
En este sentido, es posible que la falta de comunicación entre los elementos de un equipo genere más problemas, ya que si por ejemplo, no se entienden bien las instrucciones o simplemente nadie está en la misma pagina, no habrá eficiencia por más que se quiera mejorar.
Cambiar accidentalmente lo que ya funciona.
Esta filosofía no siempre tiene el efecto deseado porque, a menudo, cambiamos accidentalmente los procesos que estaba funcionando bien hasta ese momento, solo por justificar un cambio. En este aspecto, es posible que se realicen acciones sin analizarlas detalladamente, además de que la presión por mejorar puede hacer que se olviden otros detalles importantes.
Al final, este concepto nos habla del principio de que siempre hay margen de mejora, ya sea en uno mismo o en el entorno que nos rodea. Es una forma de pensar que nos anima a buscar soluciones a los problemas y a no quedarnos con lo primero que se nos ocurra. Se trata de una filosofía muy útil tanto para la vida personal como profesional, ya que nos ayuda a superarnos día a día y a no conformarnos con lo que tenemos.