El cuerpo humano es una máquina asombrosa que se mueve y ajusta constantemente para mantener el equilibrio y la coordinación. A medida que crecemos, seguimos perfeccionando nuestras habilidades motoras y nos volvemos más coordinados gracias a algo conocido como el sentido cinestésico y del cual somos conscientes conforme vamos creciendo.
Este proceso es crucial para nuestro desarrollo, ya que nos permite explorar nuestro entorno, interactuar con los demás y participar en actividades que nos ayudan a crecer física, mental y emocionalmente. Nuestra capacidad de movernos eficazmente por el espacio es esencial para nuestra supervivencia y desarrollo, por lo que vale la pena saber como nos afecta.
¿Qué es el sentido cinestésico?
Es la capacidad de percibir el movimiento y la posición. El cerebro utiliza esta información para crear una representación del cuerpo en el espacio. En este aspecto, es el que nos permite saber dónde están nuestras extremidades sin tener que mirarlas. También es responsable del equilibrio y la coordinación.
Por esta razón es importante para actividades cotidianas como caminar, comer y escribir. También interviene en tareas más complejas, como conducir un coche o tocar un instrumento musical. Sin esta percepción de las cosas y el espacio a nuestro alrededor, no seríamos capaces de movernos con eficacia o precisión.
El sentido cinestésico también interviene en la propiocepción, que es la conciencia de la posición y los movimientos del propio cuerpo. La retroalimentación propioceptiva se utiliza constantemente a lo largo del día sin que nos demos cuenta, por ejemplo, al alcanzar un objeto o mantener la postura. Esta retroalimentación es esencial para mantenernos seguros, ya que ayuda a evitar que nos lesionemos accidentalmente a nosotros mismos o a los demás.
En general, es un concepto es vital tanto para el control motor como para la propiocepción. Nos permite interactuar con nuestro entorno de forma segura y eficaz al proporcionarnos información crucial sobre los movimientos del entorno y nosotros mismos.
El desarrollo del sentido cinestésico.
El desarrollo de esta idea es un proceso que comienza en la infancia y continúa durante toda la vida. Es la capacidad de percibir y responder a los cambios de posición, orientación y movimiento del cuerpo. Después de todo, proporciona información sobre el entorno y nuestro lugar en él. Esta información se utiliza para guiar nuestras acciones y movimientos.
Los bebés nacen con un sentido del tacto bien desarrollado, que es esencial para su supervivencia. Utilizan este sentido para explorar su mundo y aprender sobre su cuerpo y los objetos que les rodean. A medida que crecen, empiezan a desarrollar otros sentidos, como la vista y el oído. Estos sentidos adicionales les proporcionan más información sobre el mundo que les rodea y les ayudan a perfeccionar sus habilidades motrices.
A medida que los niños crecen, siguen desarrollando su sentido cinestésico. Aprenden a controlar su cuerpo por ensayo y error. Por ejemplo, aprenden a caminar cayéndose y volviéndose a levantar. Con la práctica, se vuelven más coordinados y pueden realizar movimientos más complejos. En la adolescencia, la mayoría de las personas han desarrollado una buena comprensión de cómo se mueve su cuerpo en el espacio.
Aun así, es algo que sigue desarrollándose durante la edad adulta. Las personas que participan en actividades que requieren coordinación o equilibrio, tales como bailar o hacer deporte, suelen tener una mejor propiocepción que las que no participan en estas actividades con regularidad. Además, las investigaciones han demostrado que las personas que realizan actividades físicas con regularidad tienden a tener una mejor función cognitiva que las que son sedentarias. Esto sugiere que puede haber una relación entre la actividad física y la salud del cerebro.
Los beneficios de un sentido cinestésico más fuerte.
Por un lado, las personas en esta situación tienden a ser más coordinadas y a tener mejor equilibrio. También suelen ser mejores en los deportes y otras actividades físicas. Además, suelen tener más facilidad para aprender nuevas habilidades y tareas que requieren coordinación o el uso de su cuerpo.
Esto se debe a que son capaces de sentir y comprender el movimiento en relación con los objetos y el espacio que les rodea. También es común que las personas con un fuerte sentido cinestésico tiendan a ser más conscientes de su entorno y puedan reaccionar rápidamente a los cambios en el mismo.
Papel en el aprendizaje
A menudo se subestima el papel del sentido cinestésico en el aprendizaje. Este concepto proporciona información sobre la posición y el movimiento de nuestro cuerpo, y es esencial para el movimiento coordinado. Sin él, seríamos incapaces de caminar o incluso de sentarnos erguidos.
En este aspecto, se tienen ejemplos diversos en muchas actividades. Cuando aprendemos a montar en bicicleta, tenemos que mantener el equilibrio. Tenemos que sentir dónde está nuestro cuerpo en relación con la bicicleta, y hacer pequeños ajustes para mantenernos erguidos. Del mismo modo, cuando aprendemos una nueva habilidad, como escribir a máquina o tocar el piano, tenemos que ser conscientes de dónde están nuestras manos en relación con el teclado o las teclas. Si no fuéramos capaces de hacerlo, cometeríamos errores y nos tomaría más tiempo aprender la actividad.
También es importante para la memoria y el recuerdo. Cuando recordamos algo que ocurrió en el pasado, solemos recrear las sensaciones físicas que lo acompañaron. Estos recuerdos se almacenan junto con la información sobre cómo se sintieron físicamente, lo que significa que asociamos las sensaciones de acuerdo a las acciones que realizamos, por lo que desempeña un papel importante a la hora de recordarlos posteriormente.