El control de las emociones es una habilidad importante que se les enseña a los niños. Aprender a identificar y gestionar los sentimientos ayuda a los pequeños a tener mejores relaciones, rendimiento académico y bienestar general. Existen diferentes formas de enseñar esto, siendo una opción popular y didáctica la del semáforo de las emociones, que utiliza un símbolo conocido por todos para ayudar a los pequeños a comprender cómo funciona el control de las ideas que tenemos.
Después de todo, es un proceso gradual en el que van adquiriendo habilidades para reconocer y gestionar sus propias ideas. Existen diferentes formas en se consigue esto y los adultos pueden ser una guía para identificar y comprender esta etapa y además, mostrarles cómo expresarlos de una forma adecuada.
¿Qué es el semáforo de las emociones?
Es un modelo que utiliza un símbolo familiar para explicar cómo funciona el control de las emociones. Este modelo se basa en la idea de que las emociones pueden ser divididas en tres categorías: verdes (positivas), amarillas (neutras) y rojas (negativas). Los niños aprenden a identificar qué emoción se encuentra en cada categoría, así como a gestionar sus propias ideas.
El objetivo es ayudar a los niños a comprender que todos experimentamos diferentes tipos de emociones, y que podemos controlarlas si sabemos cómo hacerlo. El rojo representa la ira o la frustración, el amarillo la felicidad o la excitación y el verde la calma o la relajación.
Beneficios.
Ofrece una serie de ventajas para los niños. En primer lugar, este modelo ayuda a comprender cómo funciona el control de las emociones de manera didáctica con un elemento que ven todos los días. En segundo lugar, es un modelo visual que puede ser fácilmente comprendido, lo que lo hace más accesible para los niños. En tercer lugar, es flexible y puede adaptarse según sea necesario.
Este modelo ha sido utilizado con éxito por numerosos educadores y profesionales de la salud mental, lo que indica que es una herramienta efectiva para enseñar el control de las emociones.
Desventajas.
Aunque ofrece numerosas ventajas, también presenta algunos inconvenientes. Esto se debe a que puede ser confuso para algunos niños, ya que se utiliza para representar algo que es abstracto. Otro detalle importante es que es difícil de implementar en la vida real. Ya sea por que los pequeños no pueden asociarlos con experiencias en su propia vida o porque simplemente no tienen una buena referencia.
Además, puede ser percibido como restrictivo para algunas personas. Por ejemplo, si un niño está experimentando una emoción negativa, el modelo puede hacerle sentir que tiene que controlarla inmediatamente, lo que puede resultar abrumador y en algunos casos, es probable que traten de reprimir sus ideas.
¿Es una buena herramienta?
Mientras que muchos defensores creen que ayuda a los niños a mantenerse seguros y a tener un comportamiento responsable, otros no están tan seguros de su eficacia.
Algunas investigaciones sugieren que su uso puede servir como una buena guía para indicar cuándo es el momento de parar o cuándo pueden continuar. Esto contribuye realmente a aumentar el comportamiento responsable de los pequeños.
En este aspecto, la metáfora del semáforo puede ser útil para enseñar lo que está bien o mal. Por ejemplo, puede ayudar a entender que está bien sentir ira o tristeza, pero que deben expresar esas emociones de forma adecuada. También puede enseñarles a identificar cuándo se sienten abrumados y necesitan tomarse un descanso.
Sin embargo, no todo el mundo cree que el semáforo de las emociones sea útil para los niños. Algunos críticos sostienen que simplifica en exceso las emociones y no aborda las causas profundas de los problemas de comportamiento. Otros dicen que podría llevar a los niños a sentir que tienen que reprimir sus emociones negativas todo el tiempo.
Crecer emocionalmente.
Es importante fomentar el diálogo sobre los sentimientos, ya que esto ayudará a los jóvenes a compartir lo que sienten, expresarse correctamente y ser más conscientes de lo que les sucede por dentro. Tomando en cuenta que muchas personas crecen siendo individuos que reprimen todo lo que sienten o lo proyectan de manera muy agresiva, es importante enseñar desde una temprana edad las diferentes formas que existen para expresarse, mostrar el control que podemos tener de nosotros mismos y, el respeto que debemos mostrar a los demás.
Puede ser una herramienta útil si se utiliza correctamente. Sin embargo, no debe utilizarse como sustituto de una conversación con los hijos sobre sus sentimientos. En este sentido, la comunicación y la guía son importantes para mostrarles a los jóvenes que todo lo que sienten es natural, pero que requiere cierto control por cuenta propia.