Los conflictos no son una novedad en la vida. La humanidad está rodeada de tensiones cada día, y aunque es posible solucionarlos, siempre están presentes. En este aspecto, los problemas pueden ser por diferentes razones: pueden involucrar a personas o grupos, dimensiones clave dentro de una organización o la sociedad en su conjunto. Sin embargo su solución no necesariamente será tan sencilla, por lo que a veces será necesaria la ayuda de un mediador.
La solución dependerá casi exclusivamente del medio en el que surgen. Los medios más importantes para resolverlos pueden ser: negociaciones pacíficas, decisiones razonables y respeto mutuo. Aun así, si las cosas se nutren de incongruencias entre ideas o culpa agresiva, será necesario llamar a alguien más para hacer entrar en razón a todas las partes y llegar a un acuerdo donde todos queden satisfechos.
¿Qué es un mediador?
Son personas o instituciones que, a través de su saber, pueden apoyar a las partes en conflicto para lograr una solución positiva. Su enfoque puede ser constructivo, es decir, que busca generar soluciones alternativas, o también puede tomar una dirección restauradora, al buscar mantener la estabilidad. En este aspecto, están enfocados tanto en atender la multidimensionalidad de los conflictos, o darle importancia al ámbito material material y humano.
La función de un mediador depende de la magnitud, la gravedad y el carácter particular del conflicto. Como se mencionó, son ser personas físicas, organizaciones u órganos oficiales. La mayoría de las dificultades se resuelven mediante una negociación; sin embargo, las formas varían de acuerdo a la gravedad de la situación o hasta por la disposición de las partes de negociar.
Principales facultades y responsabilidades.
Es el encargado de facilitar el diálogo y la colaboración entre las partes en disputa. Sus principales facultades son la capacidad de explorar los motivos, las intenciones y las necesidades de los involucrados, así como la habilidad para facilitar el respeto mutuo.
Pueden actuar como interfaz entre las partes, intentando facilitar la conciliación o la negociación. Normalmente están preparados para encargarse de las siguientes tareas:
- Gestionar y dirigir el diálogo.
- Facilitar la creación de un clima de confianza.
- Realizar pruebas objetivas sobre el problema en estudio.
- Hablar en nombre de alguien más.
- Mostrar las posibilidades legales que tiene cada quien.
En este sentido, la facultad fundamental del mediador es poder servir como punto de equilibrio entre todos. Por esta razón, es responsable de identificar y analizar el problema, proponer medidas concretas para facilitar el acuerdo, facilitar el contacto y mantener el diálogo.
Características de un buen mediador.
Debe poseer una gran habilidad para aprender y adaptarse rápidamente a cualquier contexto. Prácticamente son expertos en la conducción de reuniones, el manejo de la confrontación y el alineamiento de intereses. Su objetivo es buscar una solución satisfactoria para ambas partes y minimizar el daño causado a las relaciones.
Hay muchas características que hacen a un buen mediador, pero por lo general deben ser:
- Neutrales.
- Empáticos.
- Pacientes.
- Objetivos.
- Tener capacidad de escuchar.
Debe estar en sintonía emocional con las partes implicadas. Esto significa tener un fuerte sentido de la empatía, que le permita comprender la perspectiva de los involucrados. Por esta razón tiene que ser capaz de ponerse en el lugar de la otra persona para entender su punto de vista. Este nivel de comprensión le permite ser justo e imparcial en la resolución.
También debe tener experiencia en el sistema jurídico y conocer bien las técnicas de gestión de conflictos. Además, sus habilidades de comunicación son muy variadas, de modo que es capaz de facilitar conversaciones constructivas entre todos.
Algo particular es que estas situaciones requieren habilidad para resumir rápidamente la información, de modo que ambas partes puedan entenderla. Esta capacidad ayuda a los negociadores a tomar rápidamente decisiones acertadas durante las negociaciones, lo que constituye un factor importante para una mediación eficaz.
Un dialogo bajo control.
Los conflictos son inevitables en los relaciones humanas, y su solución no es sencilla. Los medios usuales, tales como la argumentación no siempre son efectivos y suelen estar llenos de estrés. Probablemente sea más fácil encontrar alternativas o ver otras perspectivas, pero como vimos, también es posible tener la ayuda necesaria para resolver el problema.
Muchas veces lo único que falta es la perspectiva de un tercero para ver las cosas con más claridad y, aunque en algunos casos parezca que no salimos ganando, la realidad es que la resolución de cualquier dificultad puede traer nuevas posibilidades.

Los mediadores tienen experiencia tanto en la negociación como en la mediación, lo que les da la capacidad de reunir y encontrar una solución que funcione para todos por medio de un dialogo controlado y pacifico. Esto es especialmente importante en situaciones en las que las partes implicadas tienen opiniones u objetivos diferentes, por lo que nunca estará de más considerar la opinión de un experto.