Las entrevistas pueden ser una herramienta útil para obtener información o una opinión de una persona con respecto a determinado tema. Sin embargo, es importante hacer las preguntas adecuadas para obtener la información que se necesita. En este sentido, existen dos tipos principales: abiertas y cerradas.
En cualquier intercambio, el objetivo es sacar la mayor cantidad de información posible de la persona con la que se tiene la conversación. Para lograr esto, se utilizan diferentes herramientas que permitan tener un intercambio exitoso, en donde se conozca más de un tema o simplemente se logre responder cada una de las cuestiones de manera satisfactoria.
En este sentido, una pregunta abierta es aquella que no puede ser respondida con un simple sí o no. En cambio, requiere que las personas expliquen sus pensamientos o den más detalles sobre lo que está siendo cuestionado. Esto permite obtener más información y comprender mejor las ideas y opiniones.
Generalmente son más útiles al comienzo de una entrevista para establecer un contexto y obtener información general sobre el candidato.
Las preguntas cerradas son aquellas que requieren una respuesta breve y que normalmente solo pueden ser respondidas de una manera. Son más apropiadas para obtener información específica y detallada sobre un tema en particular.
¿Cómo ayudan las preguntas abiertas?
Son una gran manera de comenzar la charla porque ayudan a encaminarla en cierta dirección, además de que pueden proporcionar información importante para la gente. También ayudan a crear un diálogo, en lugar de tener una simple duda y solo contestar.
Al permitirle al entrevistado responder de manera más detallada, pueden ayudar a revelar cómo piensa la persona y su manera de resolver problemas. Sin embargo, debido a que el entrevistador no controla la dirección de la respuesta, lo que se discute puede resultar ser muy largo y sin rumbo.
¿Cómo ayudan las preguntas cerradas?
Son útiles para obtener información concreta, ya que se dejan de lado las respuestas ambiguas. Ayudan al entrevistador a controlar la conversación y obtener información específica. Son generalmente más fáciles de responder para la gente, lo que ayuda a la gente a obtener una replica directa. Sin embargo, a veces pueden ser percibidas como rígidas y poco naturales.
Esto se debe a que limitan la capacidad de las personas para expresar sus verdaderos pensamientos y sentimientos, por lo que hay que saber cuando utilizarlas. Como su objetivo es limitar la conversación a una sola palabra o frase corta, es más fácil de responder y también más fácil de analizar. En este aspecto, los datos concretos que se pueden conocer son cosas tan variadas como por ejemplo, la edad de una persona, su nombre o hasta si ha viajado al extranjero.
Parte fundamental del dialogo.
Estas situaciones siempre tienen una mezcla de ambos tipos de preguntas para hacer la actividad más variada y efectiva, aunque también existen otras estrategias para hacerlas más interesantes. Por ejemplo, algunos entrevistadores buscan obtener solo respuestas más honestas y espontáneas. También hay quien busca generar polémica para atraer la atención del publico.
Aun así, es un hecho que se trata de una herramienta necesaria para establecer un dialogo ordenado, ya que la mayoría de las personas tienden a cambiar frecuentemente la interacción hacia los temas que les interesan, lo que no resulta muy fructífero desde el punto de vista profesional. Por esta razón es necesario saber con que elementos se cuenta para llevar la charla por la dirección adecuada y así obtener la información buscada.