Los valores son parte de la esencia que tiene cada persona y lo que lo define a la vista de los demás en una sociedad que se fundamenta en las cosas que enseña a su juventud. Cuando crecemos tenemos varias influencias que van desde la familia hasta los amigos y en cada etapa vamos aprendiendo diferentes valores que moldean nuestra personalidad y nos llevan por un camino adecuado.
Al crecer vamos formando nuestra identidad y ésta se construye con base en los valores que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida. La actitud que tomamos con los demás viene de la educación que recibimos y de la forma en que se nos inculcó el respeto, la honestidad y muchas características más.
¿Por qué son tan importantes?
Somos guiados por todas estas actitudes para coexistir de una manera adecuada en la sociedad y para que las personas a nuestro alrededor puedan identificarnos por lo que somos y por lo que creemos. Al crecer, todas estas guías nos ayudan a diferenciar mejor entre lo que es correcto y lo que no, para ser así, personas de bien que contribuyan a la sociedad con su trabajo o sirviendo como modelos para nuevas generaciones.
El desarrollo personal está ligado a los principios y valores que tiene cada quien ya que la responsabilidad con la que tomamos nuestro trabajo, la disciplina con la que actuamos e incluso los hábitos de puntualidad que tengamos en algún momento serán recompensados con un crecimiento académico, profesional o personal.
Al hablar de la manera en que somos vistos, esto no solo se reduce a un pequeño circulo familiar, ya que se puede hablar hasta de culturas diferentes y los intercambios que puede haber entre ellas. Un país con una reputación limpia, basada en la honestidad de sus lideres o en el respeto de sus ciudadanos generará más confianza a la hora de establecer relaciones de amistad, a diferencia de otro país manchado por las mentiras o la intolerancia.
¿Y si se olvidan los valores?
Cuando no se les da la importancia necesaria a éstos, la sociedad sufre cambios negativos que afectan a todos. La violencia, las mentiras, la indiferencia, la falta de confianza se empiezan a hacer presentes y hay un contraste entre las generaciones que crecieron con valores inculcados y las que no: se le falta el respeto a las figuras de autoridad, la disciplina y el trabajo no se valoran, no se tiene conciencia entre las acciones buenas y malas por lo que no hay culpa en cosas como hacer trampa en la escuela o mentir en el trabajo.
Algunos actos puede parecer muy simples para ciertas personas y para otras son cosas que jamas harían, pero todo esto nos muestra la diferencia entre la educación de las personas y su moral. Al final, se trata de ser mejores personas con quienes nos rodean, esperando lo mismo de los demás.
Muchos países caracterizados por su tolerancia y respeto a diversas culturas son un ejemplo para otros por lo que enseñan desde la juventud y porque la convivencia armónica entre su gente los hace superarse de muchas formas.