En una discusión o un debate siempre se puede esperar que los participantes muestran sus puntos de vista de una forma educada, pero aún así, a veces es necesaria una figura de autoridad que mantenga el orden y el control o sepa dar rumbo a la actividad, en cuyo caso es una tarea que cae en el moderador.
Aunque el protagonismo de un evento no recae sobre esta persona, puede tomar un papel muy relevante cuando se trata de mantener el orden entre los participantes o incluso de hacer interesante la conversación para el público. Si bien es posible darse una idea general de lo que hacen estos profesionales, hay que analizar un poco más cada una de sus responsabilidades.
Moderador.
Prácticamente es un presentador o un maestro de ceremonias y se encarga de que los participantes aprovechen al máximo el tiempo y el espacio que se les otorga, mientras que el público comprende algo relevante para ellos. Es una figura que conecta los tiempos, las discusiones y a la gente durante una conferencia, la cual puede durar gran parte del día o se puede tratar de sólo una sesión.
Cabe mencionar que no es una tarea sencilla, y que de ésta depende que las cosas salgan bien o no. En este sentido, el encargado debe estar preparado para interactuar con los participantes, hacer una investigación de los temas, o tomar en cuenta que él no debe ser el centro de atención. Otro punto importante para entender su trabajo y la importancia de éste es conocer a fondo las tareas que tiene.
Funciones.
Revisar la sala.
Esto implica ser el primero en llegar para cerciorarse de que todo está funcionando como debe ser. Se pueden realizar desde pruebas de sonido, hasta asegurarse de que las personas en el fondo escucharan sin problemas la discusión. Si bien esto se podría considerar como parte de las responsabilidades del equipo técnico, como tiene que ver con el flujo adecuado del evento, también es algo que depende del moderador.
Contactar a los participantes.
En esta clase de eventos no se va a ciegas a una conferencia, por lo que siempre es una buena idea familiarizarse tanto con los profesionales que hablarán, como con los temas que se abordarán. Esto permitirá que se traiga contenido preparado, y que sea más sencillo identificar los momentos en los que es necesario intervenir.
Presentaciones.
Es importante conocer adecuadamente el historial de cada persona para saber qué clase de información es relevante al momento de presentarlos. En este sentido, hay veces que la gente tiene currículos muy grandes, por lo que es importante escoger los puntos más importantes o hasta anécdotas que conecten con la gente. Es una de las funciones más relevantes, porque permite que todos se conozcan entre sí, es decir, tanto quienes van a hablar como el público que los va escuchar.
Flujo de la discusión.
Esta se podría considerar como la característica más importante del moderador, ya que debe ser el encargado de promover la interacción entre las personas. Mientras se discute un tema puede permanecer callado, pero también puede optar por animar un poco el debate o incluso poner nuevos asuntos sobre la mesa.
Mantener el tema.
Este tipo de actividades giran en torno a un tema en particular, y una de las tareas de este profesional es encargarse de que nadie divague más allá de lo que se discute. A veces esto resulta inevitable, por lo que la intervención para regresar a la conversación principal se puede dar al menos una vez en cada conferencia.
Conducta ordenada.
También es el encargado de ver que las personas se manejen con respeto y mantengan el orden para no tener ninguna clase de incidente. Si se trata un asunto polémico el choque de opiniones puede ser más intenso, por lo que depende del moderador hacer que todo fluya de manera civilizada y que el evento sea provechoso para todos.
Revisar el tiempo.
Una de las características de este tipo de actividades es el tiempo límite que tienen, por lo que los participantes suelen tener turnos para hablar con cierta cantidad de segundos o minutos para su intervención. En este sentido, este profesional también se encarga de cuidar que no se pase el tiempo y que éste se aproveche al máximo.
La forma de trabajar de cada quien puede ser diferente, ya que al contactar a las personas previamente, puede decirles que podrán hablar por turnos o en cambio, tener una mesa de discusión donde todos hablen a la vez pero con unos minutos más.
Hacer preguntas.
Uno de los elementos más importantes en estos eventos es el público, y su interacción con el debate puede hacer aún más interesante esta actividad. Por esta razón, al estar a punto de finalizar, el moderador invita a la audiencia a hacer unas preguntas, que permiten que todos se involucren y si se realiza una pregunta muy buena, que la ocasión haya sido muy constructiva.
Una persona con poder.
Al final, se trata de un profesional al que se le ha dado un cierto grado de poder, y que tiene una responsabilidad para usarlo adecuadamente. Se puede ver que su papel es muy relevante, pero siempre hay que tomar en cuenta que el no es el protagonista y por lo tanto, sólo podría ser considerado como un apoyo para que las cosas se den adecuadamente.