La evaluación es una actividad fundamental en cualquier proyecto tecnológico, ya que ayuda a determinar si un sistema propuesto es viable y hasta los efectos que tendrá en los usuarios. En este aspecto, tenemos dos tipos, una interna para ver la fiabilidad o la eficacia, y la externa, que tal como lo dice su nombre, se enfoca en factores externos como la sociedad o el ambiente.
Hay muchos tipos de evaluación, pero todos comparten un objetivo general: proporcionar información que pueda ayudar a mejorar la eficacia de un sistema. Éstas pueden realizarse antes, durante o después de la puesta en marcha del sistema. Esto implica determinar si las cosas propuestas funcionarán y, en caso afirmativo, qué tan bien lo harán. Esto también puede incluir la búsqueda de posibles problemas con el sistema propuesto y el diseño de soluciones para ellos.
Evaluación externa.
Es un proceso que evalúa los impactos ambientales y los beneficios sociales de una innovación tecnológica propuesta. El propósito de la evaluación externa es proporcionar una valoración imparcial y objetiva de los posibles impactos que tendrá un proyecto considerando ciertos factores en su estructura. Para este fin se suelen utilizar tres herramientas fundamentales: el análisis económico, la comprensión del impacto ambiental y conocer el impacto social.
Esta estrategia puede utilizarse de diferentes maneras. Por ejemplo, es común su uso para saber si tomar decisiones sobre invertir o no en nuevas tecnologías. También puede utilizarse para mejorar la eficiencia de las elementos existentes, identificando formas de reducir su impacto medioambiental. En otras áreas, también sirve para fundamentar las decisiones políticas, aportando pruebas sobre los efectos de las distintas políticas en la sociedad y la naturaleza.
En este sentido, es importante porque nos ayuda a tomar decisiones informadas sobre el uso de la tecnología en nuestra sociedad. Al utilizar la evaluación externa, podemos asegurarnos de que los beneficios de las innovaciones se materializan al tiempo que se minimizan sus impactos negativos en las comunidades.
Realización.
Puede llevarse a cabo de varias maneras, entre otras: haciendo una encuesta a los usuarios, realizando experimentos, revisando la documentación y analizando los resultados. El objetivo es proporcionar información objetiva sobre la eficacia de un sistema y ayudar a tomar decisiones sobre su futuro desarrollo.
Una de las facetas más importantes de cualquier evaluación es garantizar la exactitud de los datos recogidos. Esto puede ser difícil, ya que la tecnología suele cambiar rápidamente y se realizan constantemente nuevas investigaciones. Aun así, la revisión y validación cuidadosa de las fuentes de datos es esencial para garantizar que las conclusiones extraídas sean fiables.
Otra parte importante es conocer la percepción que tiene el público de la tecnología propuesta. Esta información puede ayudar a los responsables políticos a tomar decisiones informadas sobre cómo desplegar los sistemas y cómo regular su uso.
En este aspecto, son una herramienta importante para los responsables de la toma de decisiones en muchos campos, como la ingeniería, el derecho, la política y el marketing. Al evaluar las posibles consecuencias de nuevos planes antes de que se generalicen, la sociedad puede estar mejor preparada para sus efectos tanto en los individuos como en el conjunto de la sociedad.
Aspecto social y cultural.
Cuando se trata de avances tecnológicos y su impacto en la sociedad, hay que tener en cuenta muchas cosas. Algunos de ellos son el contexto cultural en el que se desarrolla la tecnología, cómo se utiliza y si será aceptado de acuerdo a los usos y costumbres del publico. Por ejemplo, algunas personas pueden sentirse incómodas con la tecnología de reconocimiento facial por sus posibles implicaciones para la privacidad. Otros pueden estar preocupados por su uso en vehículos autónomos. Por esta razón, cada avance debe evaluarse por sus propios méritos y considerarse a la luz de otros factores.
Económicamente.
Otros de los elementos que hay que tener en cuenta es el aspecto económico, como el precio del producto o servicio, la frecuencia con la que habrá que sustituirlo y la cantidad de energía que necesitará. En este sentido, es importante saber si la gente podrá tener acceso a esto o incluso si habrá un rechazo por los precios planeados.
Otra perspectiva en este caso tiene que ver con las posibilidades de empleo que generará para la gente involucrada en los proyectos, viendo si éstos tendrán salarios justos o precarios que pongan en entredicho la moralidad de la situación. Esto se debe a que se plantea que esto sea una oportunidad para la gente, pero tampoco se descarta el hecho de que muchos buscarían aprovecharse de la necesidad de las personas.
Impacto ambiental.
En la evaluación externa también se tiene en cuenta el impacto medioambiental que puede generar la innovación. Algunos de los factores más importantes a considerar son el consumo de energía, las emisiones y los residuos creados por la tecnología.
Por ejemplo, algunas cosas pueden tener un impacto negativo en el medio ambiente si se utilizan con demasiada frecuencia, además de que algunas personas pueden considerar ciertos productos como un lujo innecesario que solo provoca daños.
Salud.
Otro punto importante para utilizar estas herramientas es comprender los efectos de las nuevas tecnologías en la salud humana. Por ejemplo, cuando se introduce una nuevo proyecto en una sociedad, se evalúa para ver si tiene efectos adversos en la gente.
Si los tiene, se pueden tomar medidas para evitar dichos efectos, ver si se pueden corregir y a partir de ahí, empezar de nuevo con los planes que se tenían. Al conocer las posibles repercusiones, los responsables de la toma de decisiones pueden decidir con conocimiento de causa sobre su implementación.
Como se puede apreciar, hay varios factores en los que hay que pensar antes de comenzar un proyecto. En este aspecto, dedicar el tiempo suficiente a la evaluación y a considerar otros puntos de vista puede determinar las posibilidades de éxito, por lo que esto debería ser un paso que siempre debe ser considerado.