
El trabajo en equipo juega un papel vital en cualquier organización de éxito. Ayuda a crear unidad y fomenta un ambiente de colaboración y respeto dentro de una empresa. Sin embargo, hay veces que también hay desacuerdos y problemas, por lo que muchas veces se busca que entre todos los miembros se maneje un alto desempeño.
Para conseguirlo, cada persona debe comprender sus funciones y responsabilidades individuales y tener las habilidades necesarias para llevar a cabo esas tareas. Si bien parece algo simple de lograr, la realidad es que requiere un poco más de análisis para elegir mejor a cada integrante, ver que haya química entre cada uno o incluso que se complementen con diferentes habilidades.
Equipos de alto desempeño.
Se trata de un grupo de personas que se reúnen y trabajan en colaboración para alcanzar objetivos comunes. Implica crear un entorno en el que las habilidades y talentos de cada uno puedan aprovecharse al máximo para que el equipo alcance su máximo potencial.
Se esfuerzan por conseguir resultados mayores que los que podría haber conseguido cualquier individuo trabajando solo: son más productivos, innovadores y tienen más éxito que los equipos tradicionales. En este aspecto, requiere un liderazgo fuerte que establezca expectativas claras para cada miembro del equipo, así como procesos que ayuden a garantizar su éxito.
El líder también debe proporcionar apoyo continuo cuando sea necesario y crear una atmósfera inclusiva en la que cada miembro se sienta valorado. La comunicación eficaz es esencial dentro de un sistemas como este, los miembros deben sentirse cómodos expresando sus opiniones sin miedo a ser juzgados o ridiculizados por los demás, sin dejar de respetar los distintos puntos de vista sobre los temas que se debaten.
Diferencia con una estructura normal.
El rendimiento de un equipo depende de las habilidades individuales de sus integrantes y de la forma en que estas habilidades se combinan para crear un entorno de trabajo eficaz. Un EAD suele caracterizarse por una serie de atributos que los distinguen de los equipos más normales. Estos atributos incluyen:
- Una comunicación sólida.
- La resolución eficaz de problemas.
- La toma de decisiones en colaboración.
- El pensamiento creativo.
- Mayor nivel de confianza y respeto entre sus miembros.
Todo esto les permite trabajar juntos con eficacia aunque tengan perspectivas o puntos de vista diferentes. Un detalle particular es que se esfuerzan más por alcanzar la excelencia y se enorgullecen de sus éxitos, sin dejar de ser responsables y aprender de sus errores. Se podría considerarles como perfeccionistas, pero incluso con un margen de error pueden sacar valiosas experiencias.
Se podría pensar que estas dinámicas están en cualquier grupo de trabajo. Sin embargo, en ultima instancia, la diferencia clave entre un equipo de alto rendimiento y uno medio se reduce a lo bien que los miembros individuales combinan sus habilidades para lograr los resultados deseados.
Estrategias para crear un entorno eficiente y productivo.
La creación de un entorno de equipo de alto rendimiento, eficiente y productivo comienza con la creación de confianza entre los compañeros de equipo; esto significa proporcionar canales abiertos de comunicación.
Este tipo de apertura permite que los problemas se aborden rápidamente, garantizando que no se interrumpan las operaciones del flujo de trabajo y que no se tomen retrasos innecesarios que afecten a los plazos.
Otras estrategias incluyen el establecimiento de objetivos realistas pero desafiantes, ofrecer reconocimiento, recompensar las actuaciones destacadas, fomentar la competencia sana, las rivalidades amistosas entre determinados grupos que luchan por el mismo objetivo, permitir la autonomía en el proceso de toma de decisiones o hasta delegar autoridad.
¿Qué retos pueden surgir al implantar esta estructura?
Al implantar una estructura EAD, hay retos importantes que deben abordarse. El primer reto es garantizar que se selecciona a las personas adecuadas para el empleo. Es importante asegurarse de que cada miembro posea tanto las habilidades y la experiencia necesarias para tener éxito en su función, como una gran capacidad de comunicación interpersonal que ayude a fomentar la colaboración entre todos.
Además, es esencial que todos compartan metas y objetivos similares para que puedan trabajar juntos, a fin de que no haya de por medio intereses individuales. Otro reto importante gira en torno al desarrollo de estrategias eficaces para gestionar los conflictos dentro de un entorno tan altamente motivado, sobre todo porque este tipo de trabajo fomenta la creatividad y las ideas innovadoras, que no siempre cuentan con el acuerdo de todos.
En este aspecto, mantener los niveles de motivación durante periodos de intensa presión también presenta sus propias dificultades; debido a los plazos ajustados o a los proyectos complicados que completan equipos con recursos limitados, depende de los lideres encontrar formas de evitar que la moral baje demasiado durante los momentos de estrés, pues de lo contrario se arriesgan a perder elementos valiosos.
Ventajas.
Tener personal así aporta numerosas ventajas, entre ellas una mayor eficacia, gracias en gran medida a una mayor orientación a las tareas en lugar de a estructuras jerárquicas, lo que permite a las personas asignadas a funciones específicas una mayor autonomía a la hora de realizar sus tareas, sin temor a la microgestión o a la falta de apoyo de los superiores si las cosas no salen según lo previsto inicialmente.
Se ha demostrado que los equipos formados por personas con talento que poseen diferentes perspectivas tienden a obtener mejores resultados en general, por lo que tener acceso a diversos conjuntos de habilidades permite a los grupos lograr lo que una sola persona no podría hacer por sí sola, además de contribuir a fomentar aún más la cultura de colaboración dentro de una organización, lo que conduce a resultados aún mayores.
Desventajas.
Aunque hay muchas ventajas obvias en la formación de una estructura como esta, también se pueden generar problemas que merece la pena considerar antes de lanzarse a nada concreto.
Como se ha mencionado antes, la selección del personal adecuado es un factor clave para el éxito de cualquier grupo, pero los errores cometidos en este sentido pueden tener consecuencias desastrosas, con niveles de rendimiento más bajos o, lo que es peor, un fracaso total si se elige a las personas equivocadas. Es posible hacer un análisis exhaustivo de cada candidato, pero siempre existe la posibilidad de dejar pasar a un mal elemento.
Sistemas que generan resultados.
El éxito de un EAD se traduce directamente en mejores resultados para las empresas, debido al aumento de los niveles de productividad, entre otros factores de naturaleza tanto cuantificable como cualitativa. Cuando todos se centran en alcanzar objetivos comunes en lugar de competir entre sí, hay menos esfuerzo desperdiciado debido a la confusión sobre funciones, lo que significa que se aprovechan mejor los recursos y se alcanzan los objetivos más rápidamente, con resultados de mayor calidad en general, todo lo cual conduce en última instancia a un aumento de los márgenes de beneficio.
Otras pruebas demuestran que los empleados que participan en este tipo de entornos experimentan niveles de estrés más bajos que los que sólo participan en ejercicios regulares de trabajo en equipo, gracias en gran parte a que las decisiones tomadas colectivamente no suelen causar conflictos internos como los que causan las decisiones tomadas por una sola persona, lo que les permite sentirse mucho más cómodos asumiendo la responsabilidad cuando las cosas van mal, en lugar de sentirse aislados si algo sale mal en circunstancias normales.
También es importante destacar si se implementa de manera correcta, la moral se mantiene positiva la mayor parte del tiempo, dado que los trabajadores se dan cuenta de que sus contribuciones se reconocen constantemente, lo que aumenta la motivación y el compromiso en todos los ámbitos y mejora aún más la eficiencia organizativa a corto y largo plazo.