El mundo está en constante cambio y crecimiento, al igual que las personas que lo habitan. Con el paso del tiempo, experimentamos muchas cosas diferentes que conforman quiénes somos y cómo vemos el mundo. Hacemos amigos y tenemos experiencias divertidas. También tenemos que lidiar con la escuela y todos los deberes que conlleva y aunque muchas cosas son complicadas, con una educación socioemocional adecuada es posible aceptar y vivir con todo lo que experimentamos.
Cuando somos adolescentes, empezamos a vivir cosas más serias. Puede que consigamos nuestro primer trabajo o que empecemos a salir con alguien. También es posible que empecemos a rebelarnos un poco contra nuestros padres y las figuras de autoridad. Pero aunque las cosas empiezan a complicarse, la vida sigue siendo buena porque tenemos una guía que nos muestra que todo es parte de un proceso que va definiendo nuestra identidad.
¿Qué es la educación socioemocional?
Es el proceso por el que los niños y adolescentes desarrollan las habilidades y conocimientos necesarios para gestionar sus emociones, establecer y alcanzar objetivos, sentir empatía por los demás y mantener relaciones positivas. Este tipo de educación comienza en la primera infancia y continúa durante la adolescencia. Es importante que los niños aprendan estas habilidades para que puedan tener éxito en la vida.
Incluye aspectos como la autoconciencia, la autorregulación, las habilidades sociales y la empatía. Se ha demostrado que el aprendizaje social y emocional mejora el rendimiento académico, reduce los problemas de comportamiento y fomenta la salud mental y el bienestar. Hay muchos enfoques diferentes, pero la mayoría de los programas incluyen actividades y ejercicios que ayudan a los jóvenes a comprender y gestionar sus sentimientos, además de resolver conflictos de forma pacífica y establecer objetivos.
Algunos programas también enseñan habilidades sociales específicas, como la comunicación, el trabajo en equipo y la cooperación. Por esta razón, no existe un enfoque único para todos los casos: lo que mejor funcione dependerá de las necesidades de cada niño.
¿Qué implica una educación socioemocional?
Comienza con la comprensión de que nuestras emociones afectan a nuestros pensamientos y comportamientos. Todos podemos beneficiarnos de aprender estos conceptos, establecer objetivos positivos, empatizar con los demás y establecer relaciones sólidas. Estas habilidades no son naturales para la mayoría de nosotros, sino que hay que aprenderlas.
La buena noticia es que son habilidades que pueden enseñarse a cualquier edad, pero se hace mucho énfasis en su enseñanza en etapas tempranas. Después de todo, los fundamentos de la educación socioemocional se basan en la idea de que los seres humanos son seres sociales y emotivos.
En este aspecto, hay ciertos puntos en los que se hace énfasis:
- Enseñar a los niños a conocer sus emociones. ¿Qué son y cómo nos afectan?
- Ayudar a entender y gestionarlas. ¿Qué podemos hacer para manejar nuestras emociones fuertes? ¿Cómo podemos calmarnos cuando nos sentimos molestos? ¿Cuándo debemos hablar con alguien sobre nuestros sentimientos?
- Animar a los pequeños a expresarse de forma positiva. Cuando nos sentimos enfadados, ¿cuáles son algunas formas sanas de dejar salir ese enfado? ¿De qué manera podemos expresar nuestra tristeza en lugar de reprimirla?
- Crear un entorno de apoyo. Un entorno seguro y de apoyo en el que los jóvenes se sientan aceptados y valorados para que puedan desarrollar su identidad sin dificultades.
Todo esto tiene como propósito integrar valores y comportamientos adecuados en los jóvenes que les permitan conocerse a si mismos de la mejor manera posible. Cuando los niños y adolescentes crecen, suelen sufrir muchos cambios. Sus cuerpos cambian, sus intereses varían y se vuelven más independientes.
En este aspecto, una de las cosas más importantes que pueden hacer los padres y educadores es ayudarles a identificar su identidad personal. Esto puede ser un reto, pero es importante animar a los niños a que exploren quiénes son y qué les hace especiales. Esto va desde animarles a explorar sus intereses, hasta ayudarles a entender y aceptar sus emociones, ya que pueden ser confusas, pero son una parte normal de la vida y es importante que aprendan a manejarlas de forma saludable.
Beneficios en distintos aspectos.
El desarrollo psicológico se ve favorecido, ya que esta fomenta el autoconocimiento y la autoestima. Los estudiantes que reciben una educación socioemocional tienen una mayor capacidad para lidiar con el estrés y las situaciones adversas. Por otro lado, en cuanto al desarrollo cognitivo, los estudiantes tienden a ser más creativos, tener una mejor capacidad de resolución de problemas y un mayor rendimiento escolar.
En cuanto al desarrollo del lenguaje, se fomenta el uso de un lenguaje más asertivo y adecuado para cada situación. En este sentido, son más capaces de expresar sus necesidades y opiniones de manera efectiva, lo que les permite interactuar mejor con los demás.
Habilidades que importan.
Cuando somos niños, desarrollamos un sentido de lo que somos y de lo que queremos ser cuando seamos mayores. Aprendemos sobre el mundo que nos rodea y empezamos a formar nuestras propias opiniones y creencias. A medida que avanzamos en la adolescencia, empezamos a ser más conscientes de nosotros mismos y de nuestro lugar en el mundo. Podemos experimentar con diferentes roles y opciones de identidad, mientras intentamos averiguar quiénes somos y qué queremos ser. También empezamos a desarrollar relaciones más profundas con los demás y aprendemos a navegar por las complejidades de las interacciones sociales.
Como adultos, seguimos creciendo y cambiando de muchas maneras. Podemos experimentar diferentes acontecimientos de la vida que nos desafían emocional, física o espiritualmente. También podemos cambiar de trabajo, de relaciones o de situación vital. A lo largo de todos estos cambios, seguimos desarrollando nuestro sentido del yo y nuestro lugar en el mundo gracias a las bases de una buena educación.