Las personas siempre han tenido la curiosidad de conocer a profundidad las cosas que nos rodean, y para este fin construyeron todo tipo de herramientas que les permitieran analizar de mejor manera la materia y uno de los mejores ejemplos para realizar esto son los microscopios ópticos y electrónicos.
Estos aparatos han tenido sus versiones más antiguas gracias el ingenio de la humanidad, ya que al usar vidrio u otros materiales empezaron a dejar antecedentes de esta herramienta. Con el paso del tiempo y el avance de la tecnología éstos se fueron sofisticando hasta el punto de tener diferentes alternativas de acuerdo a sus características. Por esta razón, hay que saber que distingue a cada uno cuando se vayan a usar.
Diferencia entre el microscopio óptico y electrónico.
Ambos se utilizan para hacer más grande una imagen y poder apreciarla mejor, pero es en la forma en la que hacen esto donde se separan, ya que con el óptico se ven los objetos con lentes de aumento iluminados por una luz, mientras que en el electrónico se usa un rayo de electrones, el cual ofrece una vista muy detallada de lo que se observa.
Como vienen usándose desde hace varios años se pueden encontrar en diferentes presentaciones, ya sea por su tamaño o en la actualidad incluso por apoyarse en programas con computadoras. Si bien tienen el mismo propósito, la diferencia entre estas dos máquinas yace tanto en la tecnología que usan, como lo avanzado que es uno comparado con el otro.
Electrónico.
Como se mencionó, utilizan electrones creados con un filamento de tungsteno para iluminar las imágenes que ven, reemplazando los lentes por electroimanes, lo cual permite que se puedan apreciar más detalles. Debido a las ondas más cortas que tienen los e−, los aumentos pueden alcanzar el millón de veces, por lo que en la actualidad son la opción predilecta de los científicos y los laboratorios especializados.
Prácticamente son equipos más modernos que requieren más cuidado y mantenimiento, porque necesitan energía constante para funcionar e incluso el personal que los maneja debe estar plenamente capacitado. Debido a esto son máquinas mucho más caras, pero también ofrecen mayor calidad, ya que su resolución alcanza los 0.01 nm, lo cual permite estudiar hasta células.
Los resultados obtenidos varían mucho cuando se comparan con otras opciones, porque los objetos también se pueden ver en 3D, aunque todo aparece en blanco y negro. Por la energía eléctrica que requieren, necesitan un sistema de enfriamiento porque generan mucho calor.
Óptico.
Cuando se habla de un microscopio tradicional, la imagen que nos viene a la mente es la de este aparato, ya que se puede encontrar en escuelas, laboratorios u hospitales. Son la opción más barata de los dos, pero también la más limitada, ya que los aumentos sólo llegan hasta los 1000X, con una resolución de 3 µm y la estructura de la materia analizada no es tan detallada.
Su funcionamiento es más simple, ya que sólo tiene los lentes con aumento para poder analizar las muestras que se coloquen en la platina. Son fáciles de manejar, porque solamente hay que girar el objetivo para ampliar la imagen y estudiar las muestras. Los especímenes que se colocan pueden estar tanto vivos como muertos, a diferencia de su contraparte que sólo se recomienda con materia muerta por el daño que hacen los electrones. Además es posible apreciar el color natural de las cosas y cualquier persona es capaz de usarlos con un conocimiento muy básico.
Cuadro comparativo.
Electrónico | Óptico | |
---|---|---|
Luz | Electrones | Visible |
Lente | Electroiman | Vidrio |
Color | No | Si |
Muestras | Muertas | Vivas y muertas |
Aumentos | 1,000,000X | 1000X |
Resolución | 0.01 nm | 3 µm |
Por un lado se tiene una opción más moderna y adecuada para la investigación, mientras que por el otro está la alternativa que nos ha acompañado desde siempre y nos presenta un mundo visto con una perspectiva más grande. Ambos son usados ampliamente, y aunque tengan sus beneficios e inconvenientes, sin duda son un buen medio para conocer mejor todo lo que nos rodea.