
El idioma español presenta muchas incógnitas incluso para los hablantes nativos y muchas de éstas tienen que ver con el uso adecuado de las palabras o la confusión por no saber su función y uno de los casos más representativos de esta situación se da con para y por, ya que en el uso diario nos podemos equivocar.
El vocabulario de nuestro lenguaje es muy variado y abundante, pero también por este motivo se presta a confusiones cuando no se tiene claro el significado de algo. En este sentido, se puede dar la situación de que estos términos se intercambien erróneamente o de que simplemente no se comprenda su gramática. Por esta razón es importante conocer a fondo sus características, ya que así mejorará el dominio del idioma.
Diferencia entre por y para.
En este caso se tienen dos preposiciones separadas por su función, porque por se utiliza cuando se quiere dar una razón, mientras que para es utilizado para hablar sobre un propósito o un objetivo. Si bien cada concepto no parece tener mucha relación entre sí como para que éstos se enreden, el problema principal surge al momento de determinar si se tiene una oración que denota una causa o un propósito.
Cabe mencionar que su gramática no termina con los conceptos anteriores porque además, expresan otro tipo de función dependiendo de la frase o el contexto en el que se hablen. Con los ejemplos suficientes incluso es posible ver en qué momento conviene usar cada preposición y al compararlos el matiz en cada oración será más evidente.
Para.
Propósito.
Me mudé a Alemania para aprender alemán.
Opiniones.
La familia es lo más importante para mí.
Dirección o destino.
El tren para la ciudad está en ese andén.
Tiempo o plazo.
La tarea para mañana se cambió a la próxima semana.
Comparación.
El piano suena muy bien para lo desgastado que está.
Por.
Razón.
Nos mojamos por la lluvia.
Medio.
El río sólo se puede cruzar por el puente.
Periodo de tiempo.
Me voy a quedar en la casa de la abuela por dos días.
Lugar por donde se pasa.
Como perdimos las llaves entramos por la ventana.
Pequeño y gran cambio.
En dos oraciones iguales es posible notar un matiz distinto cuando lo único que se cambia son las preposiciones. Esto permite captar mejor la función de cada uno y nos puede ayudar a usarlas adecuadamente porque así se evita decir cosas sin mucho sentido.
Mi mamá me compra juguetes para estudiar mejor.
Mi mamá me compra juguetes por estudiar mejor.
Su casa es muy bonita para ser bastante antigua.
Su casa es muy bonita por ser bastante antigua.
El primer caso no es algo que suceda muy seguido o que los padres estén dispuestos a hacer, mientras que el segundo ya tiene más lógica. En el siguiente ejemplo se tiene una oración que primero hace una comparación y con un ligero cambio pasa a dar una razón.
Antigua incógnita.
Este tema podría considerarse bastante viejo, ya que si en la actualidad existen estudiantes y hasta hablantes nativos con esta duda definitivamente en el pasado hubo alguien con el mismo problema. El español ha cambiado con los años y tal vez continué haciéndolo, pero este tipo de conocimiento nos ayuda a preservarlo al hablarlo correctamente.